Cómo hacerles frente a las “suegras gringas”

Llegó septiembre, el mes patrio por excelencia, que curiosamente este año coincidirá con la introducción a El Salvador de las monedas de un dólar, suegras gringas, moderinlós, como usted quiera llamarlas.

Nadie puede negar el shock sicológico que esto implicará para los salvadoreños. Si usted nació antes del año 2000, recordará las tristemente célebres “suegras”, las monedotas de a colón que en su versión original eran grandes y pesadas, y que se habían ganado el apodo, precisamente, porque “nadie las quería” —esta aseveración es relativa, yo de chiquita me volvía loca cuando me regalaban una—.

Por eso le vamos a dedicar este post a las suegras gringas que nos llegarán, primero, compartiéndoles algunos aspectos sobre el cambio:

–         El Banco Central de Reserva quiere sustituir los $50 millones en billetes de $1 que circulan en el país, por igual número de monedas.

–         En un primer momento, el Banco Central introducirá $9 millones de monedas, pero la idea es completar la sustitución de los billones, con $50 millones en monedas, en los próximos meses.

–         Los billetes de dólar seguirán siendo válidos y podrán usarse, los bancos los recibirán pero, gradualmente, los irán sustituyendo por las monedas.

–         El Gobierno ha dicho que con este cambio esperan ahorrar unos $500,000 que invierte cada año en enviar a la Reserva Federal de Estados Unidos los billetes deteriorados que va sacando de circulación, para canjearlos por nuevos.

–         Aunque en Estados Unidos la vida promedio de un billete de un dólar es de dos años, en El Salvador dura en promedio nueve meses, por el maltrato al que se somete.

Entonces, en resumen, pronto los billetes de un dólar serán artículos de colección, y únicamente tendremos acceso a las moneditas. Hay que destacar que esto no solamente afectará el espacio que usamos en nuestros monederos, y nos obligará a remendar los agujeros de nuestras bolsas, también supondrá un posible impacto a nuestras finanzas al comenzar a ver los dólares como “sencillo” o “cambio”. ¿Cómo evitarlo? Veamos algunos consejos:

–         Lleve un control de sus ingresos y gastos: Recuerde que ahora es posible que usted pague algo con un billete de a $10 y le den de cambio un montón de monedas. Esté siempre conciente de cuánto efectivo maneja y vaya anotando lo que gasta. Así no se descontrolará ni gastará más de la cuenta.

–         Haga paquetes de efectivo según el destino, y etiquételos: Aparte lo de la cuota del colegio, lo de la gasolina de la quincena, lo que destina para el súper, lo de las facturas por servicios, y etiquételos con la cantidad y el destino. Así evitará cambiar los billetes y ver que se le desaparecen como agua entre los dedos cuando le den su vuelto en monedas.

–         Registre las operaciones que hace con sus tarjetas: el dinero plástico toma aún más auge cuando llevar efectivo significa cargar un montón de monedas. Ya sea que su tarjeta es de crédito o débito, de nuevo lo más recomendable es anotar la fecha, hora y monto de cada compra o retiro que haga, e ir guardando los vouchers. Esto le ayuda, en primer lugar, a no excederse en los gastos, y en segundo lugar, a verificar, a fin de mes, que el estado de cuenta que le envían incluya exactamente lo que usted gastó, ni un centavo más.

–         Finalmente, si usted es de las personas que no gusta de llevar monedas en el bolsillo, cómprese una alcancía y meta en ella las monedas que le sobran del día. Se sorprenderá ver las cantidades que logrará ahorrar. Hay bancos, como el Promérica, que tienen servicio de contador de monedas y le permiten depositarlas de una vez en su cuenta de ahorros.

Hagámosle buena cara a la suegra gringa, y no permitamos que nos salga más cara de la cuenta. Gracias por leer, y bienvenidos sus comentarios y consejos.