MALDITA INDIFERENCIA

NO se trata del FMLN, NO se trata de Sánchez Cerén, NO se trata del actual Gobierno, se trata de El Salvador; si ellos terminan mal todos terminaremos como ellos, "no se puede ser fontanero de casa vieja” es la de no terminar, iniciemos hoy nuevos procesos para la pacificación y entendimiento de la sociedad en general, nos corresponde a nosotros hacer nuestra parte.

Como iglesia estamos trabajando por una mejor sociedad desde hace 39 años y  parece que el trabajo es interminable, estamos presentes en orfanatos, hospitales, dormitorios públicos, cárceles, bartolinas, migración, indigentes, alcaldías, policía, ejército y en las calles de nuestro hermoso El Salvador; y todo lo que cosechados son críticas de parte de la sociedad en general.

Lo bueno de ello es que quienes nos critican ni participan, ni aportan, ni conocen lo que hacemos y con la pasión que lo hacemos para exaltar el nombre del amor de Dios, y por ello nos tiene sin cuidado sus mezquinos comentarios, ellos no serán el impedimento para que sigamos creciendo y ayudando a todo aquel que nos lo permita en este largo y fatigoso camino de la vida que Dios nos ha dado por su misericordia.

Trabajamos con ancianos, niños, jóvenes, prostitutas, homosexuales, transexuales, religiosos y políticos por igual; todos son parte de la visión. No serán los partidos políticos los que limiten nuestra labor por la sociedad salvadoreña, no serán los nuevos o antiguos gobiernos los que nos desmotiven a llegar a la meta que como institución nos hemos trazado alcanzar en los próximos años de trabajo.

Lo que sí nos puede limitar como personas o como institución es la "MALDITA INDIFERENCIA” esa que reina en el corazón de muchos de los acomodados, esa indiferencia que reina en las vidas de los bonitos, los famosos, los privilegiados, quienes los bienes que adquieren con su duro trabajo y honesto salario los guardan como si el día de su partida podrán llevar consigo un poco de todo lo que ahora tienen.

Esa indiferencia paraliza, esa indiferencia retrasa, esa indiferencia enferma, es tiempo de cambiar de actitud, El Salvador nos pertenece a todos; Ricos, Pobres, Trabajadores, Jefes, Empresarios o Religiosos todos somos parte de esta gran familia llamada “SALVADOREÑOS”. Tanto policías como pandilleros necesitan entender que no podremos corregir el problema sin antes entender el origen del malestar, este inició en la “MALDITA INDIFERENCIA” practicada por muchos de nuestros antepasados, aquellos que tenían esa mentalidad mezquina o egoísta.

Terminemos con esa "MALDITA INDIFERENCIA” con una dosis de amor de los unos para con los otros; seamos mediadores y no críticos, seamos una generación marcada por el amor.

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