BICIFEST

Por segundo año consecutivo, en Zacatecoluca se realizó una fiesta por el ciclismo: el Bicifest. Este evento es organizado por el Comité Cívico Ciudadano de Ciclismo Viroleño y este año tuvo una participación de colectivos ciclistas de San Salvador, La Libertad y El Paisnal. Fueron más de 150 ciclistas de todas las edades quienes disfrutaron un recorrido de 30 kilómetros por la zona urbana y rural de Zacatecoluca.

En la zona urbana de Zacatecoluca los ciclistas fueron la noticia del día, ya que no es común ver tantos ciclistas por las calles.

El recorrido es muy tranquilo, ya que está diseñado para que todos, sin importar condición física o edad, puedan realizarlo tranquilamente. El trayecto está divido en calle asfaltada y carretera balastrada, lo cual hace que la pedaleada sea tranquila. En el camino se pasó por el río Sapuyo, donde los ciclistas tuvieron mucha diversión y un par de ellos quedaron mojados.

El volcán Chaparrastique fue el fondo del Bicifest. Chicos y grandes disfrutaron de esta fiesta ciclista.

«El Bicifest es un día especial donde el ciclismo viroleño celebra cada año su aniversario. Nacimos un 5 de agosto de 2016 y por eso agosto es bien significativo para nosotros. Es un día donde reunimos a diferentes grupos ciclistas de todo el país y apoyados por Bicired El Salvador, que es una organización que agrupó a muchos de los ciclistas que vinieron a apoyar ahora. Este año sobrepasamos las 150 personas y cada año vamos teniendo mayor cantidad de participación», comenta Denny Chicas, fundador de Ciclismo Viroleño.

La ciudad de Zacatecoluca tiene mucho colorido, gente amable; es una mezcla entre lo moderno y lo antiguo.

El recorrido nos llevó por diversos cantones de la parte sur de Zacatecoluca, lugares muy pintorescos. Esta zona fue habitada originalmente por grupos maya-quiché o mayances, pero alrededor de los siglos XI y XII, arribaron grupos nahuas provenientes del valle de México, que serían conocidos como pipiles o nonualcos.

Los zacatecoluquenses, o mejor conocidos como viroleños, son gente amable, amistosa y muy jovial con los turistas.

Los nonualcos dejaron en estas tierras un gran legado cultural y de tradiciones que aún se pueden sentir entre su población, muy orgullosa de sus raíces. Entre su historia se encuentra que en esta zona se originó la rebelión indígena conducida por Anastasio Aquino. De hecho, existe un circuito histórico y cultural en el cual se recorren cinco pueblos convertidos en un solo destino, donde se puede observar su patrimonio cultural, atractivos naturales, artesanías, fincas agroturísticas, ríos, danzas folklóricas, moliendas y festivales.

El comité ciudadano de ciclismo viroleño es un colectivo muy activo en la zona de Zacatecoluca y todo el departamento de La Paz.

En este circuito se realizan a lo largo del año una serie de festivales temáticos propios de la región, entre los que se destacan el festival del cerdo, el del mango, feria y paseo por San Sebastián, noches sampedranas, feria de frutas, feria ganadera, festival del tamal y festival de la piña ostumeña. Las principales fuentes de ingreso en la zona rural son el comercio y el servicio, y en la zona rural, el cultivo de granos básicos, caña de azúcar, la ganadería y las granjas de camarones y peces.

Ciclistas de todo el país participaron en el Bicifest, un evento que ya es reconocido a escala nacional. Se celebra durante la tercera semana de agosto.

«Cada año vamos innovando con las rutas. El año pasado fue volcán, ruta nonohualca, y ahora este año fue diferente. Fuimos hacia el sur, llegamos hasta el estero de Jaltepeque y luego regresamos a un lugar bonito de Zacatecoluca, que es Ichanmichen», comenta Chicas.

La parte más divertida del recorrido fue el paso del río Sapuyo, el cual tiene un caudal medio en verano y en invierno sube de forma considerable. Esta es una de las fuentes de irrigación para los cultivos de maíz, arroz, frijol, caña de azúcar y algodón.
El paso del río fue uno de los atractivos del recorrido.
Debido a la forma de construcción del puente, que es más como una plataforma a nivel del agua, crea una sensación como que si se estuviera navegando sobre el agua. Muy divertido.

Tradición ancestral

Hemos recorrido muchos lugares de El Salvador y ha sido en esta zona, que comprende los caseríos San Francisco de Los Reyes, Hatos de Los Reyes, Ánimas Arriba, Ánimas Abajo, San Faustino, San Marcos de la Cruz, Las Tablas, El Despoblado, El Resedo y Hacienda Vieja, que hemos visto muy marcada una tradición ancestral: enterrar a los muertos frente a las casas. La primera vez que vi esta tradición fue durante un recorrido por la zona rural del departamento de Cabañas y en algunos cantones de Chalatenango, colindantes con Honduras. Pero en esta zona de Zacatecoluca me sorprendió mucho ver que esta costumbre todavía se mantiene muy vigente, sobre todo en el caserío San Francisco de Los Reyes y Ánimas Arriba, donde en muchos terrenos hay cruces y tumbas frente a las casas. En algunos hay hasta 35 tumbas diseminadas en todo el terreno, algunas datan del siglo pasado y otras son más recientes. Usualmente las tumbas se colocan en la parte frontal de la casa y es una forma de honrar la memoria de los difuntos.

Los cementerios familiares son parte de una tradición ancestral precolombina que los habitantes de la zona rural de Zacatecoluca no abandonan.

En nuestro país en la mayoría de cantones y caseríos de la zona rural esta tradición se perdió debido a las leyes impuestas por la alcaldía y gobiernos municipales, por temas de salubridad, las cuales obligan a los habitantes a enterrar a los difuntos en cementerios municipales. Pero en este caserío la tradición no se ha perdido. Al ver que había algunas tumbas recientes en una de las casas, le preguntamos a uno de los pobladores si no obligaba la alcaldía a llevar a los difuntos hasta el cementerio, y nos comenta:

Esta tradición es una forma en que las familias recuerdan a sus familiares fallecidos. Es usual encontrar tumbas muy antiguas.

«Todavía se tiene la tradición, aquí todavía no se ha dado eso.  La obligación aquí es hacer bien la tumba y lo que nos piden es que preparemos bien el nicho a 3 metros de profundidad y encementado, y podemos sepultar a nuestros difuntos en nuestras casas. Hace varios años atrás la alcaldía trató de convencernos de que los lleváramos hasta el cementerio, pero no les funcionó. La costumbre puede más», comenta José Vela, poblador del caserío Animas arriba. Aunque el cementerio municipal más cercano está en el cantón La Lucha, a unos 5 kilómetros. Una distancia relativamente corta. Pero la tradición ha pasado de generación en generación e incluso la mayoría de los habitantes actuales de estas poblaciones quieren ser enterrados frente a sus casas y permanecer ahí.

Aunque la municipalidad ha tratado de que las personas entierren a sus difuntos en el cementerio municipal, ubicado a unos 5 km, los habitantes se niegan.

Tal como lo dijimos anteriormente, Zacatecoluca es una zona que conserva muchas de las tradiciones de sus habitantes originales y el sepultar los restos de familiares en el área de la vivienda, aunque no es costumbre exclusiva de los Viroleño, aquí la preservan a pesar del paso del tiempo. “Eso era una práctica común en la Mesoamérica prehispánica”, comenta el arqueólogo Roberto Gallardo. «Lo que sucede en caseríos como San Francisco Los Reyes y Hatos de Los Reyes es prueba de que nuestro pueblo se debate entre el pasado y el presente”, agrega el antropólogo Ramón Rivas.

Para los turistas puede que resulte extraña esta tradición, pero para los habitantes de la zona es de lo más natural.

En excavaciones realizadas en Vía del Mar y en el sitio arqueológico conocido como La Viuda, ambos ubicados en Nuevo Cuscatlán, se encontraron cementerios cerca de los lugares donde habitaba la población indígena. El tema de los cementerios municipales, tal y como los conocemos ahora, vino con los conquistadores españoles, a quienes las tradiciones indígenas les parecían salvajes.
“Quiero que cuando me muera me pongan enfrente de la casa para que mis hijos me vean siempre que vengan de San Salvador”, dice Eduardo Quinteros, habitante del caserío San Francisco de Los Reyes.

Un día en dos ruedas

En esta pedaleada participaron varios colectivos ciclistas como Club Los Leones, Km Biking,  Pedaleando El Salvador y ciclistas de El Paisnal. «El recorrido fue de unos 30 km, comenzamos en el casco urbano, la carretera del Litoral y terminamos en aquí en el lugar que le conocen como Hato de Los Reyes. Pudimos conocer  lugares muy bonitos donde pudimos disfrutar y tener una bonita convivencia», comenta Denny Chicas, fundador de Ciclismo Viroleño y organizador del Bicifest.

Moisés Bonilla, de San Salvador, es uno de los ciclistas que disfrutó mucho del Bicifest, en especial en el tramo rural.

«Para el próximo año esperamos que vengan más grupos ciclistas. Siempre es una sorpresa, la ruta se va cambiando cada vez más. El enfoque es turismo interno, turismo ecológico y darle a los ciclistas una muestra de la belleza de la zona», agrega Chicas. Unos de los colectivos a escala nacional con mayor actividad comunitaria es el de Ciclismo Viroleño, que tiene actividades ciclistas durante todo el año.

El recorrido finalizó en una granja camaronera ubicada en Hato de los Reyes. Es un lugar con varios estanques que al reflejarse las nubes en el agua crean la ilusión de que todo aquí es cielo.

«Las actividades que se vienen son en octubre, que tendremos el Festival de la Convivencia Infantil; y en diciembre celebramos ‘Navidad feliz y en paz sobre ruedas’. Desde ya hacemos la invitación a todas las personas a que lleven a sus hijos al centro histórico de Zacatecoluca, donde vamos a tener bicicletas para uso totalmente gratis para ellos, les vamos a tener promocionales, sorpresas, premios y muchas sorpresas», finaliza Chicas.

 

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