CICLISTA EN LOS PLANES

 

El Parque Nacional Balboa, en los Planes de Renderos, en el municipio de Panchimalco, es uno de los lugares turísticos cerca de San Salvador al que se puede llegar en bicicleta. Desde el Kilómetro Cero hay una distancia aproximada de 10 km, y hasta la Puerta del Diablo, 12 km. La carretera que lleva hasta los Planes de Renderos es de dos carriles sin hombros y con tráfico moderado con vehículos livianos y autobuses; aunque la calle no es estrecha, da poco espacio para que los ciclistas puedan desplazarse sin complicaciones.

Hermoso paisaje desde el mirador de los Planes de Renderos. Al fondo, el lago de Ilopango.

Todo el trayecto es de subida desde los 600 m hasta los 1,070 m, con pendientes con una inclinación de entre 5° a 12°. No es una cuesta muy empinada, pero sí es larga. Ármate de paciencia, mantén la respiración y la cadencia y llegarás a la cima. El esfuerzo vale la pena, ya que si buscas un lugar alejado del bullicio de la ciudad, con clima agradable y rodeado de la naturaleza, es el lugar ideal, donde puedes hacer un picnic o simplemente relajarte. Este es un parque que lo reúne todo.

El Parque Balboa

Los negocios de artesanías ofrecen una gran variedad de recuerdos hechos por manos salvadoreñas.

Un lugar que no debes perderte antes de hacer tu ingreso al parque es el mirador de los Planes de Renderos, ya que desde ahí puedes ver el lago de Ilopango, el volcán de San Salvador,  cerros como el de San Jacinto y el de Guazapa. Este mirador está ubicado a 1 km  del desvío hacia el Parque Balboa, sobre la carretera hacia Panchimalco. Luego de hacer hermosas fotos puedes dirigirte al Parque Balboa, el cual es uno de los más visitados del país, ya que cuenta con múltiples atractivos como la Puerta del Diablo y el Parque de la Familia.

Este parque lleva el nombre del navegante español Vasco Núñez de Balboa, a quien se le atribuye el descubrimiento del Océano Pacífico, fue el primer turicentro creado en el país en 1949 y es considerado como una de las reservas ecológicas de la capital.

La venta de comida típica elaborada de maíz es uno de los atractivos del parque Balboa.

Cuenta con 40 manzanas de extensión que ofrecen a los ciclistas diversos espacios para descansar o pedalear por sus senderos y ciclovías.
Después de la pedaleada puedes disfrutar de la oferta culinaria de los muchos restaurantes, comedores, áreas de picnic que ofrecen a los turistas una variada gastronomía que va desde las pupusas, comida típica, comida rápida y, por lo que muchos llegan hasta la Plaza del Maíz, el atol de elote y el atol shuco, entre muchos suculentos platillos de nuestra región derivados del maíz. Los merenderos permanecen abiertos aun después de las 6 de la tarde.
La entrada al parque en bicicleta cuesta $1.50 para nacionales y $3 para turistas internacionales. Cuenta con servicios sanitarios, estacionamiento, guardaparques  y un puesto de la Policía Turística.
Nosotros nos decidimos por hacer un picnic para almorza bajo un árbol de maracuyá que daba una sombra fresca. Ahí comimos y descansamos antes de dirigirnos a nuestro próximo destino.

La leyenda de la Puerta del Diablo

A 1.5 kilómetros del parque Balboa se encuentra la Puerta del Diablo. Se llama así por una leyenda que dice que en los tiempos de la Colonia existía un terrateniente español de nombre Rosendo Renderos, quien era dueño de todos los terrenos en donde se encuentra hoy en día los Planes de Renderos. Don Rosendo tenía muchas plantaciones de naranjas de Sevilla que dicen eran tan dulces que daban un jugo sinigual. Asegura la leyenda que su hija mayor, María de La Paz, era hermosa y de dulce trato con los trabajadores y pobladores del lugar.

En la cima del cerro El Chulo se puede tener una vista panorámica de 360°.

Esta hermosa mujer era cortejada por los nativos, criollos y españoles que vivían en la Villa de Panchimalco. Un día, por la noche,  subió desde más abajo de Panchimalco hasta el rancho de la familia Renderos un extraño jinete en un corcel negro azabache a cortejar a María de La Paz. Llegaba siempre por las noches y se escuchaba afuera de la casa el relinchar del caballo y los cascos golpeando en el empedrado de las calles, luego desaparecía sin dejar rastro. Poco a poco se propagó más el rumor de que el oscuro jinete, que nadie conocía o había visto en persona, era el mismísimo Satanás que quería secuestrar a su hija.
Ante tales rumores una noche don Rosendo,  junto a un cura y varios españoles e indígenas,  salieron en persecución para atrapar al jinete misterioso. Este, acosado por todos aquellos hombres, huyó a todo galope hacia la montaña; desafortunadamente no lograron su misión, ya que tal era la velocidad a la que el jinete cabalgaba que al llegar a la cima del cerro el jinete perdió el control de su caballo y se estrellaron contra una inmensa roca y la partieron en dos, para finalmente caer al vacío. Nunca más supieron de él.

Los turistas no se pueden ir sin subir al cerro El Chulo.

Al día siguiente, Don Rosendo y sus acompañantes,  quedaron sorprendidos al ver que la piedra con la que había chocado el extraño jinete había quedado en esas condiciones. La mitología popular dice que, desde entonces y debido al golpetazo, se talló en la cordillera un agujero en  forma de arco, por lo que el lugar fue denominado La Puerta del Diablo.
En los últimos años grupos religiosos han querido cambiar sin éxito el nombre de este lugar por «La Puerta de Dios» o «La Puerta de Los Ángeles», ya que para ellos el nombre actual tiene una connotación negativa para nuestro país. Independientemente de su nombre es un lugar muy popular por su ambiente de alegría y el desafío que ofrece a los turistas el poder subir a la cima de las tres rocas que ahí se encuentran.

Panchimalco vista desde la Puerta del Diablo.

Qué chulo desde El Chulo

La roca más alta está 1,131 metros sobre el nivel del mar y se llama cerro El Chulo. Desde ahí se puede tener una vista panorámica de 360° donde se puede observar el océano Pacífico, el lago de Ilopango, el volcán de San Salvador y el Chinchontepec y el pueblo de Panchimalco.

Este es el mojón que se encuentra en la cima del cerro El Chulo.

La Puerta del Diablo atrae a los amantes de las aventuras extremas, quienes llegan a practicar deportes como el canopy o el rapel. Si no eres un conocedor, no te preocupes, en la zona siempre hay expertos que te darán tus primeras lecciones. En el lugar nos encontramos a un grupo de jóvenes de la Federación Salvadoreña de Escalada que estaban realizando sus prácticas de escalada en roca e hicieron una invitación a todos aquellos que quieran federarse y comenzar sus prácticas. El ascenso al cerro El Chulo no es complicado, pero hay que hacerlo con cuidado ya que algunos de los senderos son de roca lisa.

Manuel, un joven artesano, pintor y poeta.

En una de las vueltas del serpenteante camino, escondidos entre la vegetación y de fondo una vista impresionante, se encuentran dos artistas artesanos. Manuel, quien es también poeta y pintor, nos dedicó un poema a todos los ciclistas salvadoreños. Aquí un fragmento:

El amanecer de los jaguares
Una orquídea de luz en la frente
El cabello y sus retoños ancestrales
El río del rito, la estrella del pecho…

Joshua y sus rastas esperan a los turistas en su puesto de artesanías.

Cerca se encuentra Joshua quien con música reggae y una mesa llena de coloridas pulseras recibe a todos aquellos que se animan a subir al cerro El Chulo. La motivación de su negocio es «darle a la juventud un nuevo comienzo, que aprendan la cultura de las artesanías puras y naturales hechas a mano», asegura. En su negocio también tiene el servicio de elaboración de tatuajes temporales. «Ya tengo muchos años de estar aquí y tengo muchos clientes que ya vienen solo a buscarme para llevar pulseras al extranjero», asegura.

En conclusión Los Planes se Renderos es un lugar muy singular cerca de la ciudad que ofrece muchos atractivos, pero sobre todo permite a los visitantes descansar por un momento de lo ajetreado de la ciudad sin gastar mucho. En nuestro viaje del día gastamos en total $7.00, entre el pago de entrada al parque, atole de elote y compra de artesanías y pulseras para regalar. ¿Qué le hace falta al parque? Quizás una zona de camping, sería genial, ya que daría la oportunidad a familias y aventureros a dormir al aire libre en este hermoso parque y permitiría a los comerciantes locales ofrecer por más tiempo sus productos. Otro detalle importante, fuera del parque, es la creación de una ciclovía para incentivar el turismo interno en bicicleta.

Joshua en su negocio de artesanías en el cerro EL Chulo.

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