Al año, en el mundo se producen más de 100 millones de bicicletas, en comparación a la producción de automóviles, que oscila en alrededor de 60 millones de unidades por año. Las bicicletas se usan todos los días y en todos los continentes habitados, en las naciones más ricas, así como en los países en desarrollo y menos desarrollados. Esto tiene sentido: el ciclismo es a menudo la forma más rápida, flexible y confiable de moverse por las ciudades.
Solo en Europa, 655,000 personas se emplean en servicios, en turismo y en otras facetas relacionadas con la industria del ciclismo. Esto genera más empleos que la minería y casi el doble que la industria del acero. La Federación Europea de Ciclistas tiene un mensaje muy simple para los gobiernos y las autoridades locales: «Sabes que invertir en el ciclismo está justificado porque soluciona problemas de congestionamiento, el cambio climático y reduce los presupuestos de salud. Ahora podemos demostrar claramente que cada bicicleta que se construye y cada nuevo ciclista que creas contribuyen al crecimiento del trabajo y mejoramiento de la salud. Invertir en el ciclismo proporciona un mejor rendimiento económico que casi cualquier otra opción de transporte. Esta debería ser la primera opción todo el tiempo».
En los países en vías de desarrollo, el uso de las bicicletas para generar empleos no solo proporciona beneficios económicos, sino que el desplazamiento de personas en bicicleta –en comparación a los que lo hacen en automóviles– ayuda a reducir los congestionamientos, la contaminación del aire y las emisiones de CO2, además de mejorar la salud de los que la utilizan.
¿Los que trabajan en el desarrollo de políticas sociales deberían prestar atención a la inmensa popularidad del ciclismo y a las cualidades de las bicicletas? Los beneficios que las bicicletas ofrecen y el potencial de mejorar las vidas de las personas necesitadas son demasiado poderosos como para pasarlos por alto al momento de pensar en el desarrollo social y el emprendimiento. A continuación se muestra un ejemplo de un salvadoreño que utiliza su bicicleta para un negocio de venta de panes. Así como él existen muchos compatriotas que están comenzando a poner sus ojos en la bicicleta como vehículo ideal para comenzar una fuente de empleo.
Panes «chorreados»
Carlos es una persona de sonrisa amplia y buena actitud. Es un poco tímido al hablar sobre su negocio de venta de panes «chorreados», o también conocidos como panes «mata niños». Hace cinco años emprendió su negocio en una bicicleta de carga que él mismo ha ido adaptando. En la parte frontal ha instalado una caja de madera que le sirve de alacena y mesa para elaborar sus panes.
En la parte posterior lleva una hielera con refrescos, los cuales tienen un precio adicional al de los panes. Sus clientes se encuentran en la zona de Nuevo Cuscatlán, carretera al puerto de La Libertad y Santa Tecla, en donde se desplaza con su vehículo de dos ruedas. «Diariamente recorro unos ocho a 12 km. Depende. Algunas veces termino la venta mucho más temprano, pero comienzo temprano para que la gente desayune, y luego trato de llegar al mediodía», asegura este emprendedor ciclista.
Carlos vende sus panes a tres por un dólar, y esto lo puede hacer gracias a su medio de transporte. «La bicicleta me ayuda a mantener los precios, ya que como no gasto en combustible, puedo darlos a este precio», comenta.
Los panes los prepara con una fórmula que él aprendió, no se acuerda cuándo ni dónde. Aunque su elaboración es sencilla (les coloca mortadela, mayonesa, salsa de tomate), su sabor es especial. Esto lo logra con un ingrediente secreto: el curtido, el cual es hecho a base de cebollas rojas y otros ingredientes que hacen una fórmula secreta.
Pero además tiene una ventaja competitiva: sus panes están calientes. ¿Cómo lo logra? En la parte delantera ha instalado una cocina de gas de dos quemadores en donde, dependiendo del gusto del cliente, tuesta o calienta los panes; esto le da un toque mucho más especial a su producto. «Como recién hechos en casa», asegura. En la parte inferior ha instalado artesanalmente un tambo de gas de cinco libras con el cual provee de combustible a su cocina.
«Estos panes son sabrosos, yo me como para el desayuno hasta cuatro. Son de lo mejor», afirma Marvin Guerrero, de 23 años, empleado de una empresa de lavado de autos.
Carlos y su bicicleta tienen una clientela que lo espera todos los días, ya sea que llueva o haga sol. La bicicleta le permite desplazarse a un bajo costo por toda la zona e incluso, si es necesario, ampliar sin mayor costo su recorrido.
Los beneficios de la bicicleta
Además de los beneficios económicos que representa la bicicleta para el negocio de Carlos, se encuentra uno adicional: el beneficio para su salud. De acuerdo con el World Bycicle Relief, en comparación con caminar, los niños y adultos que utilizan bicicletas pueden reducir su tiempo de viaje hasta en un 75 %. Como resultado, tienen más tiempo para estudiar, son más productivos y experimentan menos fatiga. Con una bicicleta, los emprendedores ahora pueden viajar cuatro veces más, transportar más bienes (la capacidad de carga se quintuplica) y pueden aumentar sus ganancias hasta en un 50 %. En las escuelas donde los estudiantes tienen bicicletas las tasas de asistencia aumentaron en un promedio del 27 % y el rendimiento académico mejoró hasta en un 59 %. Los trabajadores de la salud que se movilizan en bicicletas también han podido visitar más del doble de pacientes por día.
Esto queda evidenciado con un negocio como el de Carlos, en el cual el peso aproximado de carga que lleva es de unas 100 a 120 libras. Claro, muchos dirán que podría cargar más en una motocicleta, pero para emprendedores con poco presupuesto inicial una bicicleta representa un menor costo, y el solo hecho de tener un vehículo para desplazarse aumenta las posibilidades de llegar a más clientes. Por otra parte, el mantenimiento de una bicicleta y sus repuestos son significativamente mucho menores que los de una motocicleta, sin contar el gasto de combustible.
Carlos asegura que ha tenido algunos problemas mecánicos con su medio de transporte y un par de accidentes, pero dice que no dejaría de andar en bicicleta, ya que para él es un vehículo al cual le ha encontrado muchos beneficios. «En una motocicleta sería más caro para mí por la gasolina y los repuestos. La bicicleta me mantiene en buen estado de salud y me puedo desplazar por diversos lugares», agrega Carlos.
La bicicleta es una poderosa herramienta de cambio urbano y social; lo reúne todo para ser considerada como un medio de transporte alternativo, no solo para desplazarse, sino para la generación de nuevos emprendedores. Parece un objeto de tienda de ocio, indefenso, que nos evoca buenos recuerdos de la infancia cuando, viento en la cara, pedaleábamos en los días soleados. La realidad es que la bicicleta tiene cada días más adeptos. Es un medio de transporte que reclama tener presencia en países como el nuestro, donde cada día caben menos autos y hay más necesidades de fuentes de trabajo y transporte.