CUANDO CALIENTA EL SOL. Parte I: Rumbo al Deininger.

Uno de los lugares cerca de la ciudad capital para ir a acampar es el Parque Nacional Walter Thilo Deininger, ubicado en el departamento de La Libertad. Partiendo del Kilómetro Cero, tomando la carretera al puerto de La Libertad, se encuentra a 43.5 km de distancia. Todo el trayecto es por carretera pavimentada, y lo bueno es que es un trayecto suave, ya que la mayoría del tiempo es de bajada. Aunque uno de los detalles que hay que tomar en cuenta es que desde Zaragoza hasta el puerto de La Libertad es una carretera de dos carriles sin hombros y con bastante tráfico liviano y pesado.

Combustible especial para ciclistas: ¡quesadilla!

Esta carretera presenta una característica que solo en bicicleta se puede experimentar. Debido a que el descenso es rápido, a medida que se va bajando se pueden experimentar en la cara y el cuerpo los diferentes cambios de clima. Alrededor del km 43 está el cantón Guadalupe, en donde se encuentran varios restaurantes donde venden sopa de gallina india y una especialidad de la cocina salvadoreña: la quesadilla en horno de leña.
Ahí se puede descansar un rato, tomar una taza de café y un buen pedazo de quesadilla recién hecha. El precio de uno de estos manjares de la gastronomía salvadoreña es de $5 la entera y de $2.50 la mitad. De aquí al puerto de La Libertad hay unos 20 minutos a velocidad moderada. La presencia de buses, camiones y tráileres hace que la llegada a esta ciudad se deba tomar con precaución, ya que las calles son angostas y existe una gran cantidad de ventas callejeras y personas que requieren que seamos cuidadosos al montar nuestra bicicleta, sobre todo si llevamos las alforjas.

Una llanta pinchada cerca de Zaragoza nos provocó un retraso de varios minutos y nos hizo sudar la gota gorda. Nótese mi cara al darme cuenta de que era una aguja.
La entrada al puerto de La Libertad es como llegar a un carnaval con varias cuadras adornadas de inflables de todos colores y formas, que junto con el calorcito costeño anuncian la alegría, el buen ánimo y la amabilidad de los porteños.

SAN RAFAEL ARCÁNGEL: EL PATRONO DE LOS PESCADORES

Frente al parque central de la Ciudad Puerto se encuentra la iglesia Inmaculada Concepción, cuyo estilo arquitectónico es moderno con un amplio atrio. Esta parroquia forma parte de la Arquidiócesis de San Salvador y consta de un aproximado de 40 comunidades que se extienden a lo largo de la zona sur del departamento de La Libertad. Desde hace unos 38 años ha sido administrada por sacerdotes de la Misión de Cleveland, Ohio, y atiende a una población aproximada de 45,000 habitantes, en su mayoría católicos.
Esta iglesia es mejor conocida por su copatrono San Rafael Arcángel, venerado por los pescadores del puerto de La Libertad y cuya fiesta se celebra cada 24 de octubre con una hermosa procesión en lancha mar adentro, en donde celebran una acto litúrgico para bendecir a los pescadores en su ardua y peligrosa labor. Se dice que esta imagen vino de Italia a mediados del siglo XX e iba dirigida hacia otro municipio. Después de sobrevivir milagrosamente a un incendio provocado por una explosión en el puerto, se intentó mover pero fue imposible, lo que se interpretó como un deseo del santo de quedarse allí para siempre.
San Rafael, dentro del cristianismo, se refiere a un arcángel, siendo uno de los tres arcángeles conocidos por nombre dentro del cristianismo católico y ortodoxo, dado que la referencia al personaje se da dentro del libro de Tobías o Tobit. Los otros dos arcángeles son Miguel y Gabriel.
Luego de visitar la iglesia y comprar agua y comida en el mercado del puerto, continuamos nuestro viaje hacia el Parque Nacional Walter Thilo Deininger, ubicado a unos 10 kilómetros. Este trayecto fue un fuerte golpe de calor porque súbitamente la temperatura subió de 35 ºC a 40 ºC con un fuerte sol de verano. A pesar del calor, el trayecto no requiere mucho esfuerzo físico. La calle, aunque de dos carriles, posee un hombro en el cual se puede transitar con la bicicleta y tener un poco más de seguridad, ya que los vehículos pesados y buses no disminuyen la velocidad. Es recomendable hidratarse bien y llevar bastante agua.

Esta es mi otra cara en la carretera, manejando la bicicleta bajo un fuerte sol y con 48 °C de temperatura.

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