MARÍA: SOLO WOMAN CYCLIST

Es una mujer que siempre sonríe, alegre y jovial. Habla contigo como que si te conociera de hace tiempos. Habla en inglés, luego en español y algunas palabras en polaco, su lengua natal. Con 36 años de edad, con una carrera en investigación científica en Polonia, un día decidió tomar su bicicleta y recorrer América de Norte a Sur. Su meta es llegar a Ushuaia, Argentina. Hace unos días conversamos con ella en su paso por El Salvador.

Foto cortesía: http://solowomancyclist.com/

La conocimos por primera vez en Facebook cuando recién iniciaba su viaje en Canadá luego de cruzar toda Alaska desde el poblado de Coldfoot. En ese momento no iba sola, era acompañada por otras dos ciclistas de su país, Marta y Justyna. Con ellas inicio su recorrido desde el Circulo Artico hacía el Sur, hasta Ushuaia, Argentina.


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¨Cuando di mis primeros pasos en mi Nuevo Mundo, no sabía si estaba bromeando o en qué consistía mi viaje. Ni siquiera sabía si quería viajar, si quería hacerlo en una bicicleta o incluso por qué. Fui muy ingenua y temerosa. En Alaska las distancias eran terriblemente grandes, que comenzaron a abrumarme, y mi tienda de campaña para una sola persona parecía ser un sarcofago por lo pequeña que era¨, relata María sobre su inicio en este viaje.

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¨Afortunadamente, no estaba sola entonces. Junto con Marta, logré viajar toda la ruta de Anchorage hasta Coldfoot, detrás del Círculo Ártico. Pedalear en grupo siempre es más fácil. Cuando estaba con otras personas, no sentía miedo en ningún momento¨, asegura. Pero las cosas cambiaron en el viaje, como suele suceder, a Justyna se le murió su abuela y se tuvo que regresar a Polonia y un par de meses después Marta fue flechada por el amor luego de conocer a un galán en Alaska y ahí decidió emprender otra aventura, casarse y quedarse a vivir allá.

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A partir de ese día María Garus se convirtió en: una mujer viajando sola por toda América. Eso fue hace dos años atrás y luego de 14 mil kilómetros mucho ha cambiado en su vida. Ha cruzado Alaska, Canadá, Estados Unidos, México y Guatemala. Luego de tantos kilómetros y años viajando la pregunta que todo mundo siempre le hace es: ¿cómo haces para viajar sola?

Foto cortesía: http://solowomancyclist.com/

“Para viajar sola unicamente necesito dinero para comer y conocer los lugares a los que llegué y para costear esos gastos me ayudo vendiendo postales con imagenes de mis viajes, además (como en México) trabajé en un taller mecánico de bicicletas en donde aprendí el español, que de no ser así no podría conocer la cultura y dialogar con la gente. Cuando puedo laboro por temporadas en lugares a los que voy. Algunas veces nada más por hospedaje y comida. Es lo único que necesito”, asegura.

Pero como muchos piensan que los cicloturistas son personas que en sus países poseen grandes fortunas o una fuente ilimitada de dinero para costear sus viajes, María asegura que no es así ¨tuve que vender todas mis cosas en Polonia. Mi carro, mis televisor, aparato de sonido, incluso mi ropa para poder llegar a Alaska y empezar mi ruta. Vine a América con solo 2 mil Euros. Ese dinero ya no está y cuando se acabó a partir de ahí solamente me he dejado llevar por este viaje¨, relata María.

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Lo primero que sorprende es que ella viaja en solitario. De hecho quiere ser la primera mujer de su país que lo hace sola. ¿Es dificil viajar sola siendo mujer? ¨En parte es mental. Muchos me dijeron que México era peligroso para las mujeres, pero ahí me quedé 11 meses visitando diferentes lugares.

Antes que yo llegara en Chiapas asesinaron a un compatriota , Krzysztof Chmielewski, esto fue muy duro y triste y realmente me puso a cuestionar mi viaje, pero luego comprendí que tengo un mensaje que llevar y que debía de seguir y lo que hice fue hablar en diversas instituciones sobre los derechos de la mujeres¨, dice María.

Foto cortesía: http://solowomancyclist.com/

Siendo mujer y viajando sola también le ha traído algunos momentos desagradables. Asegura que ¨ En Chiapas por ejemplo las mujeres no pueden manejar bicicleta, en un poblado fue la primera vez que vieron a una mujer conducir una bicicleta, lo cual estaba prohibido, no tuve problemas con los hombres, pero sí con otras mujeres que me decían cosas.

Para muchos soy gringa, aunque no sea verdad, me estigmatizan, es triste para mí ver que hay mujeres en México que tienen 15 años y ya son mamás de tres hijos y no tienen educación, ni la posibilidad de conocer el mundo. En Guatemala la situación fue similar, la gente me sacaba el dedo, me gritaban `gringa vete de aquí´e incluso se me ponían en frente para bloquearme el paso ”, señaló. 

Sobre El Salvador asegura que  ¨al entrar a El Salvador todo fue diferente. A pesar de lo que la gente me decía. Pero lo primero que me sorprendió fue ver a otras mujeres en bicicleta. ¡Que alegría! Me dí cuenta que aquí es un país diferente, más abiertos mentalmente. La gente es muy amigable y amistosa. Todo lo contrario a lo que  escuché en las noticias fuera. Muchos me decían que aquí era peligroso, pero me encontrado a gente muy buena¨, relata María.

De El Salvador se enamoró de tres cosas: de la playa, de su gente y de las pupusas. ¨Pupusas, deliciosas¨, dice con la sonrisa que la caracteriza. Su paso por El Salvador le tomó dos semanas en las cuales acampó en diversas playas, conoció muchas personas y se llevó una gran impresión de nuestro país. ¨Un día quiero regresar y conocerlo mejor. Me encantó El Salvador¨, añade. 

Como su viaje es de autosuficiencia y en solitario. En sus alforjas lleva todo lo que necesita como una cocina de gas, llantas de repuestos, herramientas, una hamaca, una tienda de campaña, sartenes, una estufa, su ropa y una pequeña cámara con la que documenta en fotografías que luego publica en su blog.

¨No tengo un plan de viaje establecido. Soy una cicloviajera improvisada, solo elijo en el mapa a qué lugar ir; nunca pagó hospedaje, ya que usualmente trato de ahorrar dinero y dormir en mi tienda de campaña o en alguna estación de bomberos, palacio municipal, parques o en los diversos clubes de ciclistas que contacto vía internet¨, relata.

En el tramo desde playa el Zonte, La Libertad, hasta Zacatecoluca, La Paz, María pedaleó los 85 km bajo un ardiente sol con una temperatura de 45ºC. ¨No estoy en mi mejor condición física porque me acabo de recuperar de una fuerte gripe¨, señala.

Aún así llegó a la ciudad viroleña en donde fue recibida en la casa de doña Gloria Sibrian quien muy amablemente le ofreció un lugar donde dormir. Cuando doña Gloria le enseño la habitación lo primero que dijo María fue ¨¡Tiene cama! ¨, y se dibujó una sonrisa en su rostro. Luego añadió ¨desde que salí de México no había dormido en una cama¨.

Podríamos decir que desde El Salvador hasta Usuhuia está a medio camino de terminar su viaje. Le restan por recorrer unos 15 mil kilómetros más. María continúa su viaje sola simplemente acompañada de su fiel bicicleta a quien ella le llama ¨la Loca¨. María tiene tantas experiencias que contar y tantas experiencias que vivirá que es dificil poder terminar la entrevista con ella .

Antes de despedirnos le preguntamos: ¿ya desapareció el miedo que sentiste el primer día que comenzaste tu viaje sola? Su respuesta fue directa y fue la primera vez que la vimos sería. ¨Los miedos a viajar sola sigue estando ahí. Cada vez que me subo a la bicicleta y comienzo a pedalear hacia lo desconocido estos vuelven, pero es bueno tener miedo. El miedo te reta y no debemos dejarnos vencer por este. Sobre todo cuando eres una mujer viajando sola¨, concluye María. Se despide con una gran sonrisa.

Si quieres conocer más de su viaje o ponerte en contacto con ella puedes visitar sus redes sociales:
Facebook: Solo Woman Cyclist
Instagram: MariaGarus
Sitio web: #SoloWomanCyclist


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