RUTA PANORÁMICA | Parte II: Nativo

Fue una tormenta de esas que no dejan duda de que estamos en El Salvador; casi toda la noche cayendo agua. Ya entrada la madrugada vino la calma y con ella, la tranquilidad y frescura. Al finalizar la lluvia, a lo lejos, se escuchaba la música de una fiesta, aunque nunca supe si fue en un bar cerca de Candelaria o al otro lado del lago. Este fue un detalle peculiar porque eran las mismas canciones repetidas una y otra vez, algo extraño.

Un buen baño en el lago de Ilopango al amanecer, rodeado de pájaros, es algo maravilloso.

Otro dato interesante es que en la madrugada se podían observar dentro del lago luces de linternas que se movían cerca de la orilla; se escuchaba la voz de los hombres que conversaban de fútbol: que si el Real Madrid aquí y el Barcelona allá. Hablaban como si caminaran en el parque, y eran acompañados por la música ranchera que salía de un radio de transistores. Luego supe que eran pescadores de «ejotes», una especie de pececillos o pescadetas que solo salen a la superficie en la madrugada y que es más fácil capturar cuando las luces de las lámparas los atraen. Este tipo de pez se hace frito y es servido como entrada en los comedores y bares del lago. Con limón, sal y chile son una delicia.
El amanecer en las riberas del lago de Ilopango es espectacular, con un coro de pájaros de todo tipo: cachas, chejes, zenzontles,  dichosofuí, chíos, clarineros, urracas, pericos y otras más que no logré identificar. Su canto es interrumpido desde muy temprano por el ruido de los motores de las lanchas que se dirigen hacia el balneario de Apulo y otros puntos cercanos en las riveras del lago. Transportan a personas que tienen negocios, trabajan o que llevan la pesca del día para ofrecer a los restaurantes y comedores.

NATIVO ECOLODGE

Nativo Ecolodge ofrece un buen espacio para acampar, tranquilo y retirado de la ciudad.

Debido a que llegamos de noche y con una fuerte tormenta, no tuvimos la oportunidad de ver el lugar de campamento, el cual está ubicado en la punta Cutaliya, departamento de Cuscatlán. A unos 12 km del turicentro Apulo se encuentra Nativo Ecolodge, ubicado en una antigua finca de la zona que posee unas 40 hectáreas de bosque formado por una gran familia de árboles nacionales y regionales donde habitan diversas especies de animales y vegetación, de aquí su nombre «Nativo». La finca ha sido arrendada a un grupo de campesinos y residentes que han unido esfuerzos para mantener la zona limpia, segura y proteger el bosque nativo, y de esta forma aumentar el turismo en esta parte del lago, que dicho sea de paso, es hermosa, con una vista hacia el volcán de San Salvador y aguas calmas. El lugar es clasificado como un ecolodge, que es un hotel o lugar para turistas ecológicos. Está diseñado para dar cabida a los ecoturistas, las personas que están interesadas ​​en hacer «turismo sostenible» y «turismo verde».  Nativo ofrece la opción de hacer un viaje de día o acampar y pasar la noche a la orilla del lago. En lo personal, recomiendo acampar, así realmente se puede disfrutar plenamente del lugar.
Nativo está ubicado a unas dos horas en lancha desde Apulo, a 5.5 km de Candelaria y a unos 14 km de Cojutepeque.

Existen muchas variedades de árboles dentro de las 42 hectáreas que comprenden el terreno de Nativo.

El lugar es amplio para albergar grupos grandes y ofrece muchos sitios para colocar tiendas de campañas, hacer fogatas, senderismo, andar en lancha o simplemente relajarse y tomar un baño a la orilla del lago.
Nativo está a cargo de personas muy amables y atentas. Posee servicios sanitarios y agua potable. El costo de campamento por persona es de $25 la noche, incluye un delicioso desayuno; puros carbohidratos, excelentes para ciclistas.  Puede que sientas que el precio de la acampada es alto, pero según nos comentaban los encargados, este dinero está destinado a los esfuerzos de conservación, para mantener limpia y segura esta pequeña reserva forestal de nuestro país, y así continuar apoyando a los habitantes de la zona, quienes están dispuestos a preservar y compartir esta belleza natural con aquellos que vivimos entre el cemento y el asfalto.

AL AGUA, PATO

La tranquilidad del lugar es inigualable.

Antes de hacer un recorrido por el bosque y al ver las aguas mansas y cristalinas del lago decimos comenzar el día remando en una lancha que muy amablemente nos prestaron. El lago estaba calmado y pudimos observar muchas aves acuáticas, disfrutar de este paseo y ver desde dentro del agua ese verde multicolor de la floresta que hace que uno se sienta en paz. A un kilómetro al sur de Nativo Ecolodge se encuentra una granja de tilapias, las cuales son criadas para ser comercializadas en los restaurantes de la zona turística del lago y mercados cercanos. Asimismo, ofrecen almuerzos con pescado fresco en el campamento.
Al finalizar nuestra ruta pudimos recorrer la zona boscosa en conservación y constatamos que es un gran esfuerzo el que están realizando los habitantes de punta Cutaliya para preservar y mejorar el bosque. Unas ceibas centenarias nos despiden de nuestra estadía en este hermoso lugar, en donde algo que no tiene precio es la tranquilidad. Si quieres visitar Nativo Ecolodge, puedes obtener más información en su página web: http://www.nativo.com.sv/ o llamando al  7802-2004, con Sofía González.

CONCLUSIONES FINALES

Punta Cutaliya es accesible por una calle de tierra en la que pueden pasar vehículos.

La Ruta Panorámica desde Santiago Texacuangos hasta Candelaria es una calle muy hermosa. Hay mucha vegetación y clima agradable en todo el trayecto, aunque es bastante pesado recorrerlo en bicicleta. Si quieres llegar a Nativo Ecolodge, puedes hacerlo saliendo de San Salvador sobre la carretera de Oro y luego sobre la Panamericana pedalear hasta Cojutepeque, de ahí bajar a San Ramón, Cuscatlán;  luego a Candelaria y pósteriormente a punta Cutaliya. Si quieres hacerlo por la ruta que hicimos con KmCero503, lo mejor es salir muy temprano de San Salvador hacia la carretera rumbo al Aeropuerto Internacional, luego buscar el desvío a Santiago Texacuangos y posteriormente dirigirte hacia Candelaria.
La verdad es que es una ruta dura, pero vale la pena. La experiencia es muy hermosa, ya que se pasa por diferentes poblaciones y las personas son muy amables. No te olvides de pasar por el mariposario Alas y Flores. 

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