Lecciones de la pandemia e Internet para la humanidad

Podría parecer obvio que Internet ha dado mucho a la humanidad, y que situaciones globales, como la pandemia, o más locales, como las modalidades de la formación y la educación de las personas, el desarrollo de aplicaciones y emprendimientos, la agilidad de los trámites de toda índole, tanto privados como públicos, entre otras, lo hace evidente.

Además de los logros generales en eficiencia, agilidad, velocidad, desplazamiento de horarios y limitaciones físicas, se puede reflexionar sobre algunos beneficios que han sido desarrollados o potenciados gracias al uso generalizado de Internet. Por supuesto, como la mayoría de creaciones humanas, es posible que también haya lados riesgosos o incluso nocivos.

Nuestro amigo, Alejandro Pisanty, describe un análisis de 6 factores (6F) en su artículo Open Internet governance: The 6F framework and COVID-19, que presenta algunos elementos que, en general, han sido parte clave en los años de pandemia y la utilización amplia de Internet.

Los 6 factores

Escalamiento

A pesar de que durante años algunas políticas públicas, planes estratégicos, proyectos multinacionales, y esfuerzos locales por personas y organizaciones de todos los sectores han venido trabajando por conectar a más personas en distintos lugares, rurales y urbanos, es válido pensar que ha sido la necesidad de realizar muchas actividades sin salir de casa, lo que ha motivado un incremento en las conexiones a Internet.

Este aumento, que fue inesperado para la mayoría, fue bien acogido por la infraestructura y el diseño de Internet. Es decir, la implementación de la red de redes ha demostrado soportar el escalamiento en cantidad y variedad de conexiones, intercambio de tráfico y uso de los anchos de banda.

Identidad

Es importante para varias actividades en línea, como comercio electrónico, transacciones financieras, educación, publicación de datos y hechos, que los autores sean quienes aseguran ser, ya que los paquetes de datos transitan en la red en grandes cantidades, y se han prestado para suplantaciones, información falsa e incluso fraudes y delitos.

Se continúa avanzando en la identificación correcta y completa de las personas, conteniendo formas más allá de la contraseña habitual, con métodos algorítmicos y posibilidades biométricas, así como el trabajo en leyes, normas y reglamentos que protejan la identidad de los usuarios al mismo tiempo que la puedan confirmar.

Transjurisdiccionalidad

Internet ha cruzado fronteras, países y accidentes geográficos desde su inicio. Está en su génesis, pues las señales y los paquetes no se detienen en los puestos fronterizos. Sus efectos atraviesan jurisdicciones, y esta característica, que ha sido positiva en muchas ocasiones, cuando se persigue actos ilícitos, demanda la colaboración entre varios equipos y estados.

La pandemia ha sido también transjurisdiccional, y ha demostrado que solamente por medio de la cooperación e intercambio activo de información y experiencias puede ser trabajada.

Reducción de barreras

Compartir información es uno de los principales objetivos de Internet, desde su creación. Este hecho, que puede dar lugar a muchas actividades cooperativas, logra reducir las barreras para que, por ejemplo, se formen equipos de trabajo multidisciplinarios y diversos geográficamente, logrando mejores y más ricos resultados en cualquier proyecto, por el aporte conjunto y conciliado de una buena parte de expertos.

Reducción de la fricción

Al facilitar y posibilitar el compartir información la fricción se reduce, por ejemplo, en los mercados y economías, pues al contar la mayoría de usuarios y consumidores con igual información, el comercio puede fluir de manera más ágil. Los métodos de pago y, en algunos casos, de entrega y servicio post venta, hacen posible un comercio más fluido.

Lo mismo se puede decir de otras áreas de la actividad humana, lo que ha incrementado la velocidad de desarrollo, entrega y difusión de nuevas creaciones, productos, avances y noticias.

Efectos en la memoria

Considerando Internet como el conjunto global de servidores, repositorios, así como la facilidad y velocidad de recuperación de la información almacenada, es posible aseverar que la memoria humana ha sido ampliada por un factor importante, ya que a veces incluso sin nuestra intervención y/o conocimiento, existe una importante cantidad de datos, hechos, imágenes y otras formas de representación de información, correspondiente a la historia.

Los reconocimientos del Salón de la Fama de Internet

El 14 de diciembre de 2021 se llevó a cabo una ceremonia especial, en línea, durante la cual 21 personas de diversos países, fueron incluidos en el Salón de la Fama de Internet (www.internethalloffame.org), una iniciativa de Internet Society que comenzó en 2012.

Con los 21 nuevos miembros de ese año, el Salón de la Fama de Internet alcanzó la cantidad de 135 personas que se encuentran destacados en dicho espacio virtual. De acuerdo a su propia definición en el sitio web respectivo, “El Salón de la Fama de Internet es un programa de reconocimiento y un museo virtual que celebra la historia viva de Internet y las personas cuyas contribuciones extraordinarias han hecho posible Internet, su disponibilidad y uso en todo el mundo y su naturaleza transformadora”.

Fuente. Salón de la Fama de Internet

Del total de miembros actuales, solamente 12 son de origen latinoamericano: 5 brasileños, 2 mexicanos, 1 uruguaya, 1 peruano, 1 chileno, 1 venezolano y 1 salvadoreño. La decisión para incluir a una persona es sometida a una revisión de pares, incluyendo un subgrupo de los que ya son parte del Salón de la Fama, y requiere algunas cartas de recomendación.

Expresiones físicas de este honor

El 6 de enero de 2022 recibí el paquete con los reconocimientos físicos de este honor: Un diploma, una cartulina con el mensaje personal del presidente y director ejecutivo de Internet Society, un pin para solapa y una medalla dorada de aproximadamente 8 centímetros de diámetro, bellamente enmarcada.

Fuente. Salón de la Fama de Internet

El mensaje de Andrew Sullivan, Presidente y Director Ejecutivo de Internet Society dice:

Estimado Sr. Lito Ibarra

Internet no nació, sino que sucedió gracias a personas como usted. Usted trabajó para traernos, hoy, una tecnología profundamente humana de conexión y colaboración. El Salón de la Fama de Internet existe para reconocer sus contribuciones y las de sus compañeros en beneficio de toda la humanidad.

La cohorte de miembros de este año, como siempre, se caracteriza por personas como usted, de todo el mundo, que ofrecieron su tiempo, ingenio y trabajo para la creación y el desarrollo de Internet. Hay muchas maneras diferentes en que los miembros contribuyeron. Pero todos han sido fundamentales para acercarnos a la visión de Internet Society: Internet es para todos.

Nos sentimos honrados de reconocer sus contribuciones. Bienvenido al Salón de la fama de Internet y gracias.

(English original)

Dear Mr. Lito Ibarra

The Internet did not spring into existence, but happened because of people like you. You worked in order to bring us, today, a deeply human technology of connection and collaboration. The Internet Hall of Fame exists to recognize the contributions of you and your fellow inductees to the benefit of all humanity.

This year’s cohort of inductees, as ever, is characterized by people like you, from all over the world, who offered their time, ingenuity, and labor to the creation and development of the Internet. There are many different ways that inductees contributed. But everyone has been instrumental in moving us towards the Internet Society vision: the Internet is for everyone.

We are humbled to recognize your contributions. Welcome to the Internet Hall of fame and thank you.

Ficciones que se propagan con mayor velocidad y alcance

Las narrativas de ficción que la humanidad ha creado son tan importantes como la realidad misma. Desde que se tiene registro de la historia, los seres humanos necesitamos creer en elementos de tradición, cuentos, leyendas y dogmas, como una forma de mantener a un grupo de personas realizando ciertas conductas.

Estos sistemas de ficción son, por ejemplo, las naciones o países, con todos su símbolos, creencias, historias y cultura. Lo mismo se puede decir de las religiones, los equipos favoritos en los deportes, las empresas y lugares de trabajo, los centros de estudio y, por supuesto, los esquemas políticos.

Se trata de construcciones en el imaginario colectivo, y si bien muchas de ellas las adquirimos desde pequeños, por nuestras familias cercanas que nos infunden los valores, creencias, temores y admiraciones, algunas otras las obtenemos o las reforzamos cuando vamos creciendo.

Una difusión ampliada

Mucho de este razonamiento y reflexiones son las contenidas en el libro “Homo Deus”, de Yuval Noah Harari, el segundo en una serie que comenzó con la obra “Sapiens”, y continúa con “21 lecciones para el siglo XXI”.

Al respecto, dice “La ficción no es mala. Es vital. Sin relatos aceptados de manera generalizada sobre cosas como el dinero, los estados y las empresas, ninguna sociedad humana compleja puede funcionar.”

Pero también nos advierte: “Pero los relatos sólo son herramientas. No deberían convertirse en nuestros objetivos ni en nuestras varas de medir. Cuando olvidamos que son pura ficción, perdemos el contacto con la realidad. Entonces iniciamos guerras enteras para ´ganar mucho dinero para la empresa´ o ´para proteger el interés nacional´”. Y concluye esta idea, refiriéndose al futuro inmediato: “Diferenciar la ficción de la realidad y la religión de la ciencia será en consecuencia más difícil, pero también más esencial que nunca”.

Estos libros fueron publicados en 2015, por lo que el autor incluye en sus reflexiones el papel tan relevante que las nuevas tecnologías y el avance de la conectividad y el uso generalizado de redes sociales y otras aplicaciones digitales están teniendo en la velocidad y el alcance de las noticias, informes, documentales, películas, series de cable y streaming, memes y demás fuentes de información contemporáneas.

Lo vemos a diario: muchas personas que creen con devoción y fe ciega en lo que se publica por grupos o personas específicas, por supuesto alineadas con las propias ideas y concepciones de la realidad, y de las cuáles es muy difícil sacar a esos seguidores fieles y devotos.

La tecnología digital y la conectividad mundial son un gran legado de muchas personas, ingenieros, técnicos y otras profesiones, que concretaron Internet y aún contribuyen a su expansión en el mundo. Es deber de cada persona analizar y recibir con prudencia y mente crítica todo lo que circula en este inmenso océano de información y datos.