Alberto Masferrer recargado

Hace 100 años, a principios del siglo XX, fueron publicados una serie de ensayos humanistas y filosóficos, escritos por Alberto Masferrer (1868 – 1932), reconocido intelectual salvadoreño, que reflejan la situación demográfica, política, religiosa, social y cultural de El Salvador a un siglo de su independencia.

En los centros escolares salvadoreños se suele incluir como materia de estudio algunas de las obras de reflexión de este pensador, autor, periodista y político que, entre otras cosas, tuvo la oportunidad, menos frecuente en aquellos tiempos, de viajar y conocer múltiples países y sistemas sociales de gestión de la cosa pública. Su filosofía se puede resumir en el “vitalismo”, la defensa de los derechos fundamentales del ser humano como la única manera de que los pueblos se desarrollen.

Así, entre sus ensayos más reconocidos se encuentran “El Mínimum Vital”, “El dinero maldito”, “Leer y escribir”, y muchos más, en los que, con una mezcla de idealismo, fe en la humanidad, pragmatismo y lucha pacífica, expresa sus planteamientos acerca de cómo los gobiernos, pero sobre todo los mismos ciudadanos, deben llevar su convivencia con el resto de sus paisanos, a fin de que todos podamos vivir y disfrutar de felicidad, autorealización y desarrollo nacional.

Pasión por los libros y más allá

Una de las características más notables y tema recurrente en el planteamiento de Masferrer es el valor de los libros, las bibliotecas y las capacidades de leer y escribir en el ser humano, y cómo estas habilidades podían hacer la diferencia entre un pueblo civilizado y uno que dista de serlo, en todos los aspectos de la vida, comenzando por los más sencillos y básicos.

Los ensayos “Leer y escribir” y “La cultura por medio del libro” reflejan claramente esta devoción y respeto por los beneficios que se pueden obtener de la lectura. Masferrer llega a proponer, con cantidades específicas de títulos, lo que debería ser, a su juicio, una biblioteca básica, constando de 300 títulos, de los que él mismo lista 100. Esta biblioteca básica debería repetirse y encontrarse en cada ciudad del país, dejando para las ciudades más pobladas bibliotecas mayores, con más cantidad y variedad de libros.

Es fácil y válido deducir que si Masferrer viviera hoy, aunque seguiría promoviendo la existencia de bibliotecas, la promoción de la lectura y escritura, así como de los libros, seguramente sería un gran promotor y defensor de los infocentros, telecentros, cibercafés, centros de cómputo escolares conectados y demás formas de acercar la cultura, el conocimiento y el entretenimiento mundial a nuestros conciudadanos, usando los computadores, teléfonos, tablets y, sobre todo, la conectividad a la red Internet.

La versión moderna, ampliada, de los libros del tiempo de Masferrer, es la conectividad a la red mundial Internet, puesto que además de todas las ventajas que detalla en sus ensayos, incluidos los mismos libros clásicos que lista, contamos con gráficos, imágenes, animaciones, vídeos, audios, y otras formas de expresión que hacen aun más sencillo comprender los conceptos y adelantar en nuestro fortalecimiento intelectual.

Sin duda, Masferrer haría también advertencias sobre los mejores y más saludables usos de la red, pero no la descalificaría a priori, sino reconocería su inmenso potencial para continuar caminando en la dirección de su Mínimum Vital.

No esperemos ni dependamos del gobierno

Otro de los planteamientos innovadores de Masferrer fue la no dependencia del gobierno para realizar las tareas que debían ser ejecutadas para lograr el mínimo vital para cada ciudadano de una comunidad. En sus palabras, y al estilo de su época, este insigne humanista nos requería a todos una contribución en tiempo, ideas, recursos y esfuerzo para alcanzar el ideal del ser humano. En este sentido, su posición no era en contra del gobierno, ya que esperaba del mismo las actividades mínimas que debe hacer un gobierno, pero asumía responsabilidades también en el resto de ciudadanos.

Bajo el razonamiento de que los impuestos son, como su nombre lo indica, una contribución al erario público de parte de los ciudadanos que no es voluntaria, Masferrer afirma que los contribuyentes forzados, es decir, todos los que pagamos impuestos, no tenemos facultades para decir qué hacer con ese dinero. Distinto es, según su lógica, cuando damos parte de nuestro dinero a una causa o a una faena definida por nosotros. En ese caso, como cuando contratamos a un albañil, a un músico o a un obrero, podemos decirle qué hacer a cambio de la paga.

De aquí que para la mayor parte de tareas que suponen mejorar la calidad de vida de los habitantes de un país, Masferrer propone que seamos los demás sectores (no los llamaba así en ese entonces) los que conduzcamos las decisiones y las acciones necesarias. Afirma “ese perpetuo intervenir del Estado es funesto para la conciencia e los individuos, quienes se acostumbran poco a poco a no pensar, a no cuidarse de las cosas que más les importan.”

Dicho de otra forma y basado en otras razones, este planteamiento coincide con el de buscar liderazgos fuera del gobierno, que sean más estables y continuos, para permitir darle continuidad a políticas y proyectos más allá de los 5 años que dura una gestión presidencial. Es parte de lo que se plantea con la estrategia ES Digital, cubierta en otra entrada de este blog.

Por lo que vemos en apenas dos ejemplos, lo reflexionado por Alberto Masferrer hace un siglo puede tener validez aun en nuestros días. ¿Incorporamos al Mínimum Vital de Masferrer el derecho a la información, al conocimiento y a las tecnologías de información y comunicaciones?

 

2 comentarios sobre “Alberto Masferrer recargado”

  1. El pensamiento de Alberto Masferrer sigue siendo de actualidad. Las Tecnologías de Información y Comunicaciones (TIC) deben ser, en ese sentido, una herramienta que conlleve el humanismo en todas nuestras actividades, particularmente en la educación y la salud.

    Miguel Alcaine
    [email protected]
    Representante de Área de la UIT
    para México, Centroamérica,
    Cuba y República Dominicana

  2. Muchos ahora sazones, en nuestra juventud optamos por revolucionar un país militarizado y despojado de derechos, recursos materiales y espirituales, inspirados en los escritos de Alberto Masferrer. Muy pocos habían estudiado Marxismo como lo pregonaban sus adversarios politicos y ellos mismos. La propuesta de MASFERRER es integral y aplicable a El Salvador para buscar un futuro mejor, en el actual contexto internacional y nacional. No es una filosofía elitista sino que un pensamiento que debe ser abrazado por la población para convertirse en verdadera ciudadanía y darse gobiernos responsables de conducir su destino. Es muy recomendable leer La Vida de Masferrer, para aprender a vivir como ciudadano de El Salvador y el mundo entero.

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