Se aprobó la Ley de Firma Electrónica en El Salvador: punto de llegada y de partida

El jueves 1 de octubre de 2015, solamente cuatro días antes de que se celebre el Día del Profesional en Informática en El Salvador, la Asamblea Legislativa tomo el acuerdo por mayoría de votos de aprobar la Ley de Firma Electrónica, cumpliendo así un requerimiento hecho por algunos sectores de la sociedad salvadoreña desde hace más de quince años.

Como parte de la historia salvadoreña, sería injusto decir que el atraso en lograr esta ley en el país se debe a una falta total de conciencia y conocimiento por parte de sus ciudadanos. Al menos no de todos sus ciudadanos. Cuando menos desde el año 2000 se ha venido promoviendo y discutiendo la necesidad de ésta y otras legislaciones, necesarias para apoyar el desarrollo del uso y aprovechamiento de las tecnologías de información y comunicaciones en los ámbitos social, económico y comercial. Despachos de abogados y expertos en tecnología formularon las primeras versiones, basados en lo que ya existía en otros países.

Quince años después de esos primeros intentos, desarrollados en aquel entonces en una propuesta discutida por varias entidades de la sociedad civil, el sector privado, e incluso el gobierno, por medio del Ministerio de Economía, se formuló la ley de comercio electrónico, que incluía varios aspectos, tales como la firma electrónica, la admisibilidad de la prueba electrónica por los jueces y los nombres de dominio, entre otros.

Foto cortesía de Flor de María Barraza (Capítulo ISOC El Salvador)
Foto cortesía de Flor de María Barraza (Capítulo ISOC El Salvador)

Gracias a la actual Comisión de Economía de la Asamblea Legislativa, estos esfuerzos y anhelos para que nuestro país se uniera a la gran mayoría de naciones que ya contemplan estas legislaciones, se retomó el trabajo, se acudió a la consulta pública ante expertos y entidades y ciudadanos interesados, y se impulsó decididamente el trabajo necesario para culminar con esta aprobación.

Punto de llegada y de partida

Además de proveer una herramienta para garantizar seguridad, integridad, identificación, no repudiación y autenticación a las transacciones comerciales, legales, gubernamentales, jurídicas y de todo tipo, realizada por medios electrónicos a través de la red mundial de computadores, dispositivos móviles y servidores, esta nueva ley abre la posibilidad oficial en los ámbitos legislativos de El Salvador para el estudio inmediato y aprobación en el corto plazo de otras piezas de reglamentación nacional.

Ejemplos de las que deberían ser las próximas propuestas de ley son la factura electrónica, el comercio electrónico, los delitos informáticos, las contrataciones digitales, la protección de datos personales, la neutralidad de la red, el derecho al olvido y muchas más, que se continúan desarrollando en el resto del mundo.

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Internet es una, en tanto las jurisdicciones nacionales son muchas y variadas. Este simple y real hecho, nos plantea retos importantes, pues significa que además de crear y propiciar la aprobación de leyes nacionales en los ámbitos mencionados, también debemos buscar la homologación o al menos la conciliación con las leyes en los demás países.

Cada vez más es necesario contar, a nivel de toda la humanidad conectada, que crece día a día, con formas de protección ante fraudes, robos, intrusiones, hurto y mal uso de datos personales, ataques a infraestructura de comunicaciones, y otras formas de interrupción y usufructo ilegítimo de propiedades y elementos en forma digital que hoy constituyen parte de nuestro patrimonio y estructura de trabajo, vida, salud, educación y convivencia social.

Contribución a la cultura digital

Para un país que aspire a ser usuario y productor de la Sociedad del Conocimiento, además de los aspectos relacionados a la infraestructura tecnológica, el marco legal, la institucionalidad, la formación de recursos humanos tecnificados, los servicios ofrecidos vía la tecnología y otros muchos aspectos adicionales, es de suma importancia su nivel de cultura digital.

En una definición simple, la cultura digital de una comunidad se puede comprender como la familiaridad, intensidad y flexibilidad con que los miembros de esa comunidad conocen, utilizan y demandan los elementos tecnológicos a su alcance.

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Con la aplicación de leyes como la Firma Electrónica, no solamente nos colocamos en el mismo ambiente y condiciones de otros países para desarrollar transacciones en forma digital, sino también contribuimos al desarrollo de más empleos, cursos y certificaciones, mayor conectividad, más usuarios que hacen uso de la tecnología, más empresas proveyendo distintos servicios (certificados, almacenamiento de información histórica, servidores, seguridad, etc.) y una mayor elaboración y complejidad en las aplicaciones de los ciudadanos, empresas y gobierno de una nación.

Felicitaciones y agradecimientos a los diputados de la Asamblea Legislativa, especialmente a los miembros de la Comisión de Economía. Esperamos que ésta sea la primera de una serie de leyes en el ámbito del derecho informático, que acerque la legislación salvadoreña a la aplicación de la tecnología, y al resto del mundo.

 

3 comentarios sobre “Se aprobó la Ley de Firma Electrónica en El Salvador: punto de llegada y de partida”

  1. Cada vez lo quieren tener más controlado a uno y los profesionales y medios informáticos son la forma ideal, acá sólo reseñan bellezas, ya quiero ver

  2. Que mal que no se pudiese hacer un mejor proyecto, pues tiene errores y faltas de conceptos muy básicos. Ya el Dr.Portillo Cuadra indicó algunos por ello no voto a favor de la ley. Equiparar la firma autografa a la firma electronica es lo mas tonto que he leído, la verad es que la firma electronica es muy superior, pues es equivalente a una firma autógrafa certificada por un notario, por lo que si tiene todas las calidades jurídicas necesarias.

  3. La firma electronica es parte del desarrollo de un pais. y que bien que el Salvador ya forma parte de esto.

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