Industria 4.0: otro vagón del tren que podemos abordar o dejar pasar

Para documentar algún fenómeno social, tecnológico, económico, científico o político, y poder referirnos al mismo de una forma abreviada, los humanos tenemos la tendencia de crear y acuñar nombres y acrónimos para los sucesos que nos parecen relevantes para la humanidad. Existen muchos ejemplos de estos términos, aplicados a épocas, regiones, sucesos y movimientos de diversa naturaleza.

Dentro del ámbito tecnológico social, se habla de las revoluciones agrícola, industrial, e informática, y se identifican algunas fechas en la historia, no necesariamente concordantes según los distintos autores, para establecer su inicio y final. En cualquier caso, es más definitorio la tecnología predominante y el nivel de difusión y popularización de la misma en todo el mundo.

Si bien es cierto que la denominación de estas tendencias y taxonomías puede ser calificada de arbitraria, y podemos optar por no seguir ni utilizar dichos nombres, la realidad es que los fenómenos, eventos y tendencias que se identifican con esos nombres, suelen ser reales y, más importante aún, revelan las posibilidades y reales que están ocurriendo sobre todo en países desarrollados, y que usualmente impactan la economía nacional e internacional.

Dada la gran proximidad de las relaciones de cada país con sus pares en cada parte del mundo que las comunicaciones actuales ha propiciado, el que una tendencia impacte en la economía de otros países y en el concierto mundial de las relaciones comerciales nos debiera motivar al menos a conocerla y, si es posible y adecuado, tratar de apropiarla localmente.

Revolución industrial 4.0

De acuerdo a Wikipedia en inglés, la Industria 4.0 es un nombre para la tendencia actual de la automatización y el intercambio de datos en las tecnologías de fabricación. Incluye sistemas ciberfísicos, Internet de las cosas, computación en la nube y computación cognitiva.

La Industria 4.0 crea lo que se ha llamado una «fábrica inteligente». Dentro de las fábricas inteligentes estructuradas modularmente, los sistemas ciberfísicos monitorean procesos físicos, crean una copia virtual del mundo físico y toman decisiones descentralizadas. A través de Internet de las cosas, los sistemas ciberfísicos se comunican y cooperan entre sí y con los seres humanos en tiempo real a través de la Internet de Servicios, en la que tanto los servicios internos como los organizativos son ofrecidos y utilizados por los participantes de la cadena de valor.

Se dice, adicionalmente, que es la integración de diversas tecnologías que ya se encuentran disponibles y que son cada vez más accesibles a nivel popular, para ser utilizadas en las fábricas y en los sistemas de producción y manufactura.

Internet de las cosas, impresión 3D, big data, minería de datos, analítica, robótica, hardware y software abiertos, corte en laser, diseño y construcción por computadora, prototipado, RFID, NFC, redes inalámbricas, etc., son algunas de las tecnologías que, aunque se conozcan por separado, deben poder ser combinadas y puestas en producción.

El recurso humano debe dirigirse ahí

Las acciones requieren que las personas tomen decisiones, acopien recursos y ejecuten planes adecuados y diseñados para conseguir propósitos específicos. En casos como el tratado, no sólo se necesita que se tomen decisiones críticas, sino también un país como el nuestro demanda que la fuerza laboral nacional también esté calificada en estas tecnologías especializadas y, con una comprensión adicional de cómo aplicarlas.

El Instituto Salvadoreño de Formación Profesional (INSAFORP) desarrolló esta semana su IV Congreso de Formación Profesional, denominado “El Salvador y la Industria 4.0: desafíos y oportunidades para la formación profesional”, contando con la presencia de dos ponentes internacionales, y finalizando con un panel de cuatro profesionales salvadoreños de ámbitos diferentes, reflexionando sobre la aplicación a la realidad nacional lo discutido.

La capacitación del recurso humano para apoyar a la industria nacional es un tema estratégico de nación, considerando que dependiendo de la calidad de dicha formación, el país puede, o no, acompañar la posible decisión de los empresarios e industriales de enfocar los esfuerzos y recursos en orientar su cadena de producción para seguir las tendencias contemporáneas.

Es un tema también relacionado a la competencia mundial y al lugar que queremos, como país, tener en el mercado mundial. Si la producción y manufactura eficiente en el mundo se logra siguiendo las definiciones e intuiciones que la Industria 4.0 propone, es importante que para mantener la competitividad individual y colectiva, tomemos acciones concretas en ese sentido. Podemos decidir abordar o dejar pasar, una vez más, el tren de la tendencia tecnológica mundial, y eso definirá el futuro de nuestras generaciones por venir.

 

 

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