Ficciones que se propagan con mayor velocidad y alcance

Las narrativas de ficción que la humanidad ha creado son tan importantes como la realidad misma. Desde que se tiene registro de la historia, los seres humanos necesitamos creer en elementos de tradición, cuentos, leyendas y dogmas, como una forma de mantener a un grupo de personas realizando ciertas conductas.

Estos sistemas de ficción son, por ejemplo, las naciones o países, con todos su símbolos, creencias, historias y cultura. Lo mismo se puede decir de las religiones, los equipos favoritos en los deportes, las empresas y lugares de trabajo, los centros de estudio y, por supuesto, los esquemas políticos.

Se trata de construcciones en el imaginario colectivo, y si bien muchas de ellas las adquirimos desde pequeños, por nuestras familias cercanas que nos infunden los valores, creencias, temores y admiraciones, algunas otras las obtenemos o las reforzamos cuando vamos creciendo.

Una difusión ampliada

Mucho de este razonamiento y reflexiones son las contenidas en el libro “Homo Deus”, de Yuval Noah Harari, el segundo en una serie que comenzó con la obra “Sapiens”, y continúa con “21 lecciones para el siglo XXI”.

Al respecto, dice “La ficción no es mala. Es vital. Sin relatos aceptados de manera generalizada sobre cosas como el dinero, los estados y las empresas, ninguna sociedad humana compleja puede funcionar.”

Pero también nos advierte: “Pero los relatos sólo son herramientas. No deberían convertirse en nuestros objetivos ni en nuestras varas de medir. Cuando olvidamos que son pura ficción, perdemos el contacto con la realidad. Entonces iniciamos guerras enteras para ´ganar mucho dinero para la empresa´ o ´para proteger el interés nacional´”. Y concluye esta idea, refiriéndose al futuro inmediato: “Diferenciar la ficción de la realidad y la religión de la ciencia será en consecuencia más difícil, pero también más esencial que nunca”.

Estos libros fueron publicados en 2015, por lo que el autor incluye en sus reflexiones el papel tan relevante que las nuevas tecnologías y el avance de la conectividad y el uso generalizado de redes sociales y otras aplicaciones digitales están teniendo en la velocidad y el alcance de las noticias, informes, documentales, películas, series de cable y streaming, memes y demás fuentes de información contemporáneas.

Lo vemos a diario: muchas personas que creen con devoción y fe ciega en lo que se publica por grupos o personas específicas, por supuesto alineadas con las propias ideas y concepciones de la realidad, y de las cuáles es muy difícil sacar a esos seguidores fieles y devotos.

La tecnología digital y la conectividad mundial son un gran legado de muchas personas, ingenieros, técnicos y otras profesiones, que concretaron Internet y aún contribuyen a su expansión en el mundo. Es deber de cada persona analizar y recibir con prudencia y mente crítica todo lo que circula en este inmenso océano de información y datos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *