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Las MYPE también pueden transformarse

Este fue el lema del foro realizado recientemente por FUSAI, la Fundación Salvadoreña de Apoyo Integral, por medio del cual se buscaba compartir algunos conocimientos y experiencias de tres profesionales que, desde sus empresas, han logrado destacarse en sus áreas respectivas, todas complementarias.

La transformación a la que se refiere el título es, por supuesto, la digital, y la invitación y motivación se hace a las medianas y pequeñas empresas que participaron en forma presencial o remota en el foro mencionado.

Tanto ellos como los que no pudieron asistir como los que no tuvieron la oportunidad, pueden revisitar todo el evento, que dura un poco más de 2 horas, en este vídeo en Internet. Podrán ver las ponencias y respuestas a preguntas de los tres expositores: Tony Carbonero, de INNBox, Héctor Maida, de Creativos de Internet, y Lisbeth Márquez, de Pagadito.

Los temas tratados

En primer lugar, Héctor presentó su experiencia al crear y administrar uno de los primero sitios web dedicados al comercio electrónico en El Salvador, www.latienda.com.sv, en el que vendían artículos y productos nostálgicos, sobre todo a personas residentes en el extranjero. Habló de las dificultades que encontraron principalmente en las formas de pago y las formas de envío, de forma que hicieran rentable el negocio.

A continuación, Lisbeth compartió los conceptos más relevantes de las pasarelas de pago, los aspectos que deben ser cuestionados y revisados en el momento en que un comercio o industria que desea cobrar en línea, tales como la seguridad que ofrecen las propuestas, pues al recibir y custodiar los números de tarjeta de crédito de los clientes, ese intermediario se convierte en custodio de dicha información; el soporte a tiempo y en formato 24/7 que debe ofrecer las empresas que se dedican a este servicio; y la posibilidad de transferir el producto de la compra en forma fácil a una cuenta en un banco local, entre otros.

Finalmente, Tony relacionó cómo todo lo que se puede y debe hacer en una empresa para buscar su transformación digital debe ser enmarcado de forma estratégica, para que haga sentido en el mediano y largo plazo, tanto la inversión como los resultados esperados y obtenidos. Se trata de fomentar y desarrollar la cultura de innovación en cada empresa y cada persona dentro de la misma.

Las preguntas y consultas cubrieron el resto del tiempo, cumpliendo el propósito de sembrar la inquietud en la audiencia, pero sobre todo transmitiendo la certeza de que es posible para cualquier empresa, independientemente de su tamaño y sector, iniciar o continuar su proceso de transformación digital.

Desarrollando la cultura de innovación

Se habla mucho de innovación, y aunque el fenómeno ha existido desde hace mucho tiempo, es hasta recientemente que podemos decir se ha comenzado a profesionalizar y volver más científico, sistemático y meticuloso su estudio académico, surgiendo cada vez más empresas y consultores que promueven una cultura de innovación.

Este desarrollo es importante, sobre todo en países, organizaciones y comunidades que buscan no sólo sobrevivir, sino destacarse y generar riqueza de manera sostenida. Una de las razones para esta búsqueda es el incremento en la dimensión y la definición de la competencia, la competitividad, la productividad y el acercamiento a los mercados, que se está dando con mayor intensidad en todo el mundo.

No obstante, esta cultura de innovación no puede surgir por generación espontánea o por decreto legal en una nación o empresa. Es necesario trabajar con horizontes bien definidos, metas claras y acciones concretas, de forma tesonera, sistemática y decidida para buscar ese desarrollo en las generaciones de personas que van llegando al aparato productivo.

Elementos necesarios para buscar la cultura de innovación

Si buscamos desarrollar una cultura de innovación, hay que considerar, al menos, lo siguiente:

Un ecosistema de innovación integrado, alineado y con objetivos comunes a nivel nacional. Para ello, como ya lo han hecho algunos estudios, es bueno identificar a los jugadores clave, organizaciones, empresas, cooperantes, instituciones académicas y tanques de pensamiento, inversionistas de todo tipo, y programas y entidades públicas y privadas dedicadas al fomento de la innovación.

Estímulo y desarrollo de las habilidades personales y el perfil adecuado en los jóvenes para convertirse en emprendedores, innovadores y creativos. Sería largo de enumerarlas, pero aspectos conocidos, tales como liderazgo, trabajo en equipo, tolerancia al fracaso, persistencia, entusiasmo, auto estima y solidaridad, son algunos de las aptitudes a fomentar, tanto a nivel formal como en cualquier interacción formativa.

Esfuerzos sistemáticos de apoyo, tales como acceso a mentores, recursos técnicos y financieros, desarrollo de cursos sobre innovación y emprendedurismo, realización de hackatones, rallies de innovación, ideatones, festivales maker, edutones, boot camps, certámenes de resolución de problemas técnicos, y otras formas para facilitar el diseño, prototipado, revisión y crítica, así como la ejecución de proyectos innovadores.

Políticas públicas nacionales apropiadas y debidamente financiadas e inclusión de los temas de innovación, creatividad, emprendedurismo y desarrollo de modelos de negocio bajo la sombrilla de la Responsabilidad Social Empresarial.

Sistemas de evaluación y valoración de emprendimientos tecnológicos, start ups, fin techs y otras formas incipientes de negocios en economía circular y naranja, para que inversionistas ángeles y capitales de riesgo, incluidos fondos de inversión del Estado y estímulos fiscales a los mismos, puedan ser canalizados con facilidad.