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Nuestros  Principios

La Sagrada escritura nos cuenta de un personaje llamado Daniel. Se distinguía entre los ministros y los gobernadores porque en él, había un espíritu extraordinario y el rey se proponía ponerlo al frente del reino entero. (Cf. Daniel 6,4) El es así porque Yahvé estaba con él.

Encontramos en Daniel una persona que nunca dejó aquellos principios, que aprendió y que los ponía en práctica en todo momento, a pesar de las restricciones que ponía el Reino donde el vivía. Sus enemigos hicieron leyes que iban en contra de los principios del pueblo de Israel, cuyo representante  en este momento es Daniel.  Al fin de cuentas, a pesar de ser amigo del rey Darío, fue echado al pozo de los leones por maldad; no de parte del rey, sino de sus ministros y gobernadores. (Cf. Daniel 6,5)

Sin embargo, Dios libró a Daniel de las garras de los leones y como dicen algunos: “Dios hizo ayunar a los leones para salvar la vida del justo Daniel y viendo el rey aquel prodigio, promulgo que se respetase la fe de Daniel y se respetase al Dios de Israel”.  (Cf. Daniel 6, 27). Cabe destacar dos cosas: La amistad del rey Darío hacia Daniel quien le dolió cuando tuvo que echarlo al pozo y el ayuno por la vida de su amigo (Cf. Daniel 6, 19) y la otra es como Dios manifiesta su poder y salva al justo y a quienes guardan sus enseñanzas y leyes.  (Cf. Daniel 6, 11 y 6,21-22). Nuestro mundo también intenta muchas veces poner leyes, como los ministros y servidores, para que olvidemos los principios.

Los principios, inclusive naturales, los cuales son evidentes en si mismos quieren negarlos; por ejemplo, la vida desde la concepción diciendo que ahí no hay vida y mientras no nazca el feto se puede matar interrumpiendo el embarazo.

Resumiendo, los principios vienen a ser fundamentales y no se cambian constantemente, pues muchos de ellos dependen de nuestra naturaleza misma; el querer adorar a un Dios es parte de nuestra naturaleza y, aunque haya una ley que la prohíba, siempre tendremos ese deseo en nuestro corazón de la trascendencia a la humanidad.

Tener principios Significa mantenernos haciendo el bien a pesar de que todo vaya en contra de ello.

NUESTROS PRINCIPIOS SON CUESTIONADOS

Estamos ya en el segundo de cuaresma y muchos ya van muy dentro en la preparación de su corazón para vivir plenamente los Misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo. A pesar de esto, muchos aún no han comenzado; es más, ni siquiera se han dado cuenta en el tiempo en el que nos encontramos.

Otros ya lo saben y quieren vivirlo, pero tienen miedo de convertirse a Dios, porque temen a lo que la gente dirá de ellos o están esperando que otros empiecen a cambiar para empezar. Hoy quiero animarte para que no esperes más y que lo hagas con la ayuda de Dios. Busca la reconciliación, haz el ayuno y la oración con amor y tu vida empezará a cambiar.

En la Iglesia se manifiesta la fe por medio de la  piedad popular, específicamente los Via Crucis y las diversas procesiones que este tiempo de cuaresma suscita la fe en el pueblo del Señor. Muchos hermanos que no profesan nuestra fe y aquellos que están alejados dicen que no creen Dios y nos critican, nos cuestionan nuestro modo de celebrar y vivir nuestra cuaresma. Muchos de nuestros hermanos no salen por las críticas. Ellos cuestionan nuestro ayuno y oración, es por eso que muchos ya no lo hacen; se dejan llevar por el mundo que proclama un dios sin sacrificios, un dios light, en donde yo pongo la medida… Hermanos, hemos olvidado nuestro principio de “Amar a Dios sobre toda las cosas” y si nos falta ése, probablemente vamos a carecer de todo principio en nuestra vida.

Hay que poner de manifiesto nuestra fe, hay que dar razones de nuestra fe, decía el papa Benedicto XVI; porque si no lo hacemos, las piedras hablarán y si no decimos lo bueno que hacemos, otros dirán y harán lo malo. Que esta cuaresma nos ayude a reflexionar y a formar bien nuestros principios. Aunque a veces estemos en otra tierra, como el profeta  Daniel, aun asi hay que ayunar y seguir las leyes del Señor, a pesar de que todo este en contra. Decidámonos de una vez y preparemos bien nuestro corazón para vivir la Pascua intensamente.