Estas preguntas le ayudan a reflexionar sobre el compromiso que tiene como católico ante la violencia que vivimos los salvadoreños.

Su fe cristiana le enseña que la violencia es fruto del pecado, de la inclinación que hay en usted a pensar mal, sentir mal y obrar el mal; y lo peor: engañándose y pensando que es un bien.

Intente ‘darse cuenta’ de lo que piensa cuando su mente esta en descanso. La mente de muchos salvadoreños ‘le da vueltas y vueltas’ a las preocupaciones sobre la violencia, la muerte, los asaltos, etc, etc TODO EL DIA. La mayoría de los salvadoreños no están muy conscientes de sus pensamientos que tienen durante los “momentos difíciles”, viven en piloto automático, pero Dios si esta consiente de ellos.

Dios desea que entrene su mente para que se vuelva a EL cada vez mas: piense quien es El: Creador, Señor de señores, Rey. Y piense en el amor que le tiene, y no en las ‘preocupaciones sobre la violencia’. Salmos 8, 3-4.

Asi, pues la violencia tiene su raíz en su interior, en su mente y corazón. Por eso la violencia está en la familia, en la escuela, por todas partes en donde las relaciones humanas son conflictivas, dada la ambición de poder, la envidia, el odio.

Dios le ha enseñado que todos los seres humanos somos iguales, porque tenemos un mismo origen y un mismo destino. Todos somos hijos de Dios y hermanos entre nosotros. Por eso el principal mandamiento es amar a Dios y a nuestros semejantes como Dios nos ha amado a nosotros. Este amor fraterno nos obliga al perdón. “Perdona nuestras ofensas como nosotros perdonamos a los que nos ofenden”, recitamos en la oración que Cristo nos enseñó. Él reprobó “la ley del talión”. (Mt 5,38-47).

Instruya a su mente para que haga de Cristo su enfoque principal, se que no es fácil, pero tampoco imposible. Pídele al Espíritu Santo que le ayude en esa tarea desafiante y lo hará. Sin embargo, debe de estar preparado para colaborar con el. Necesita pasar tiempo en quietud, lejos de la televisión, la radio, las calumnias y cualquier otro ruido distractor. Romanos 12.2.

Comuníquese frecuentemente con Dios durante el día. Utilice una breve oración: ‘Cristo acércate a El Salvador”, “Señor bendice nuestra patria”, “Cristo derrama tu sangre sobre los salvadoreños”, le ayudara a cambiar su enfoque hacia Dios una y otra vez. Ademas, de saturar su mente de la Palabra de Dios. Al practicar estas disciplinas, gradualmente sera trasformado por medio de la renovación de su mente. ‘No se preocupe, de nada sirve, al menos ocúpese de su mente…eso es bastante’ Salmos 119, 11