La recien designación de Eduardo Lara como DT de la Selecta deja varios aspectos para valorar. Primero, me sigo preguntando por que se hizo desfilar a casi todos los DTs de la Primera Divisón ante una Comisión (la cual tuvo su propia novela en su formación misma) cuando en el fondo se tenia una casi completa certidumbre sobre la inminente nominación del colombiano como encargado de la escuadra mayor.

Otro aspecto, el más importante al menos para un servidor, es ¿por qué seguimos privando la visión a largo plazo por contratos que penden del arbitrio del Comité Ejecutivo de turno?, es decir, sorprende que el mismo DT sepa que estará vinculado a la Selecta mayor al menos hasta que esté en funciones el actual Comité Ejecutivo, ¿es que no pueden tomarse decisiones o acuerdos que excedan en tiempo el período de un Comité? esto es como si en la Asamblea Legislativa, se aprobaran leyes de hasta 3 años de vigencia pues la siguiente Asamblea puede cambiarlas.

Las decisiones que tome un Comité Ejecutivo deberían ser, en primer plano, respetadas por el siguiente, sino, no habrá jamás continuidad, proceso a largo plazo, nada, si seguimos con que el nuevo Comité borrará todo lo que hizo el anterior por llevar a su gente e imponer sus propias ideas, planes y proyectos en detrimento de lo hecho por el anterior sin dar continuidad a decisiones y nombramientos.

Clausulas que garanticen permanencia del Técnico hasta 2021 o al menos «hasta estar eliminado del camino a Qatar 2022» deberían haber sido insertadas en el acuerdo. Nuestro nuevo DT es alguien con mucho experiencia, calidad y trayecto reconocido, pero por más que de eso tenga, si no tiene el apoyo y sobre todo el tiempo suficiente para trabajar, poco podrá hacer, está amarrado, atado, con un grillete. Seguimos viendo hasta donde apunta la nariz.