¿Por qué no leemos?

 
 
Libros abandonados

Libros abandonados

Me dirás: “Porque no me queda tiempo, paso muy ocupado” o bien, esgrimirás el conocido “es que los libros están bien caros, ¿ya viste cuánto cuesta uno?” y luego, en un momento de honestidad acabarás admitiendo: “La verdad es que no me gusta leer”.

A mí tampoco me gustaba leer, sobre todo cuando estaba en el colegio y me hacían leer aquellos clásicos que acaban siendo odiados por generaciones y generaciones sin fin (cuántos lectores perdidos). Odiaba, en primer lugar, la  obligación porque claro, como todo adolescente me oponía al establishment, eso de la letra con sangre entra no funciona, ni en aquellos tiempos ni ahora.

Encima, tenía que leer algo que yo no había elegido leer, “qué mal gusto tiene mi maestra”, pensaba porque siempre parecía escoger las obras más aburridas, complicadas y alejadas de mi realidad adolescente. Finalmente, estaba el plazo a cumplir y la tarea a entregar. Como ven, leer era más una tortura que un placer; desgraciadamente para algunos niños y adolescentes  todavía lo es.

Por eso no me extraña que cuando pregunto a cualquiera (y en especial a los más jóvenes) qué libro están leyendo la respuesta es un incómodo silencio.

¿Cuándo fue que el placer de la lectura pasó a ser una actividad casi odiosa, un trabajo arduo sin ningún atractivo?  Lo peor es de lo que nos estamos perdiendo. Los mundos sin conocer, las historias sin escuchar, los pensamientos e ideas de otros que nos hacen reflexionar y que pueden llevar la tan anhelada calidad a nuestras vidas.

 Sí, porque esa es la ironía. Nos pasamos todo el día de arriba para abajo, buscamos afuera  las respuestas, la vida, la felicidad última mientras unas cuantas hojas de papel agrupadas nos contemplan con una sonrisa bien guardada.

Y no basta tener un libro (o hacerle el copy paste) hay que leerlo, recorerlo, devorarlo, digerirlo, apropiarse de sus palabras y significados, adaptarlos y transformarlos.  Cortázar habla de las metamorfosis que sufren los libros pero al final creo que es el lector el que pasa por una metamorfosis. Nadie es el mismo después de leer (un buen libro, claro).

Entonces ¿qué pasa? ¿Es que por la influencia del consumismo creemos que leer es un acto de almacenar o que leer superficialmente equivale a saber? ¿Se debe a que cada vez se tiene menos contacto con los libros? ¿A que comparado con una computadora, un celular u otro dispositivo el libro es el menos atractivo? ¿A que es un hábito perdido en las familias y en general, en la sociedad?

Quizá la pregunta no es por qué no leemos sino, por qué leemos, ¿para qué?

 

 

 

 

 

 

 

 

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2 comentarios para “¿Por qué no leemos?”

  1. rodolfo dice:

    no se lee porque existe facebook

  2. Carlos dice:

    A mi me paso lo mismo, detestaba la clase de idioma nacional, solo recuerdo que no obligaron a leer un libro llamado La Araucana, ya sabran el desenlace o en la materia, yo pienso que deberian de dejar a los jovenes dejar escoger lo que realmente ellos quieren leer; si hubiera sido asi no hubiera empezado tal tarde a leer.

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