Perdidos en la parte más oscura del ser humano

La verdad, la verdad, la verdad no esperaba encontrar lo que encontré en Perdida (Gone girl) de Gillian Flynn. Debo admitir que soy una persona bastante miedosa, tan miedosa que si me animo a ver una película de terror tiene que ser de día si es que quiero dormir bien.

Pues bien, cuando me decidí a leer Perdida pensaba que estaría a salvo, pues en la contraportada decía thriller psicológico y ¿quién le teme a un thriller psicológico?

Psicológico o no psicológico Perdida está de comerse las uñas, de querer avanzar lo más rápido posible para llegar a conocer toda la verdad del matrimonio de Nick y Amy, dos personas aparentemente normales, como todos nosotros.

Quizá fue eso precisamente lo que me inquietó, que son como nosotros.

La historia arranca con el quinto aniversario de Nick y Amy, una pareja joven que está pasando por una etapa de crisis. De ser dos escritores exitosos de Nueva York han pasado a ser dos desempleados que no les ha quedado remedio de irse a vivir a Misouri, a cuidar de los padres enfermos de Nick.

Entonces sucede lo inesperado, en el día de su quinto aniversario, ella desaparece.

La novela se divide en tres partes y en las tres nos vamos adentrando en la mente de Nick y Amy, en una especie de ella dice/él dice.

Creía (incrédula de mí) que los iba conociendo a medida que avanzaba. Incluso llegué a pensar que la historia tenía cierta semejanza con el caso de Laci Peterson, quien estando embarazada desapareció. Posteriormente su esposo, Scott Peterson fue acusado de asesinato.  Sucedió en California, en el 2003.

Pero no, nada de eso, estaba completamente equivocada, porque nunca terminas de conocer a una persona por muchos años que vivas con ella. Sobre todo si se trata de una persona que oculta su verdadera personalidad.

Aparte de la relación entre Nick y Amy me llamó la atención el papel de los medios de comunicación. Para nadie es un secreto que una gran parte de los medios hoy en día ha hecho a un lado la ética y que actúan con fines más comerciales.

La lectura de Perdida es un descenso a la parte más oscura de la naturaleza humana, un viaje con giros un tanto macabros y un final inesperado.

 

 

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