Cuando un vampiro abre la puerta a otro mundo

nocturna

Pensaba titular este post Por qué leer jamás será aburrido, pero me acabo de dar cuenta que ese no es el título más apropiado.

Pero si puedo empezar mi relato con eso te diré lo que pasó cuando decidí leer Nocturna de Guillermo del Toro y Chuck Hogan, la primera parte de una trilogía con el ingrediente vampírico de por medio.

¿Por qué quise leer Nocturna? Nadie me lo recomendó directamente. Es solo que me enteré que el último proyecto de Guillermo del Toro (director de El laberinto del fauno, entre otras), es una película de horror (Crimson Peak) y entonces recordé que en una librería había visto algo de él que sonaba también a un relato de terror. Regresé a la librería y allí estaba Nocturna y sus dos hermanas:  Oscura y Eterna.

Confieso que el inicio, aunque me enganchó, cuando llegué a la parte del eclipse caí en el agujero negro del aburrimiento. Dejé el libro, pero no el género. La verdad es que casi no me gusta leer novelas de terror porque soy una persona bastante miedosa. Pero ya era tarde, el apetito por el horror había despertado dentro de mí y quería más.

Acudí a la biblioteca y saqué dos de H.P. Lovecraft: El horror de Dunwich (que ya lo había leído, pero no lo recordaba) y El clérigo malvado y otros más sobre vampiros.

Ahora me doy cuenta que la literatura sobre vampiros es inmensa aunque hay un par de títulos que sobresalen entre los demás como Drácula (por supuesto) de Bram Stoker, Entrevista con el vampiro de Anne Rice y El misterio de Salem´s lot de Stephen King.  Claro, hay muchos, muchos más.

En todo caso, con el género de terror tengo bastante lectura para rato.

Y de paso, regresé a Nocturna.  El eclipse ya pasó y debo decir que ahora me estoy empezando a asustar.

Eso me gusta.

 

 

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