Estoy curada, dejé de leer

Librería abandonada. Foto encontrada en hdrphoto.co.uk

Librería abandonada. Foto encontrada en hdrphoto.co.uk

No me lo vas a creer pero yo era una de esas personitas molestas que andan rodando por la vida con un libro entre las manos. No solo me contentaba con devorarlos en la privacidad de mi cama sino que encima me dedicaba a recomendarlos en un blog como una completa desquiciada mental.

Decía cosas tan absurdas como: “Los libros te abren puertas a mundos maravillosos”. Incluso llegué a recomendarlos como quien regala la receta de la felicidad.

Ahora veo con claridad que era una persona bastante patética.

Afortunadamente dejé de leer.

Dejé de buscar cada semana nuevas lecturas en las librerías, de gastarme el salario en tres, cuatro y hasta cinco libros al mes. Dejé de peregrinar de local en local, de preguntar y repreguntar, de suplicar y acosar a los libreros por novedades.

También dejé de meter mis narices en las ventas de libros usados, de dar vueltas por el centro de la ciudad tratando de cazar una venta de libros robados, de preguntar por las bibliotecas de los difuntos, de ir como quien acude a un culto a las bibliotecas públicas y de recorrer hasta el último rincón en las ferias de libros.

He dejado de buscar y pedir libros por Internet, de consultar las secciones de cultura en periódicos internacionales y revistas especializadas. Dejé de leer blogs de libros y hasta de escribir mi propio blog.

Finalmente, dejé de ocuparme de mi biblioteca personal, de limpiar la librera, de forrar los libros con el mejor plástico del mundo mandado a traer de la India, de mimarlos con palabras amorosas para evitar que sus páginas se marchiten.

Ahora mi biblioteca parece un cementerio silencioso con libros tirados unos encima de otros. Nadie se ocupa de ellos ahora.

Ya no leo, estoy curada.

Ya no me apetece ir a pasear a las librerías ni abrir un libro solo para leer con placer los primeros reglones. No leo nada, ni una novela ni un poema. No leo libros propios ni prestados.

Los libros desaparecieron de mi vida.

De hecho esto es lo último que me verán escribir porque eso tampoco me interesa.

Sin libros, sin lecturas, ¿para qué escribir?

Ahora soy una persona sin fantasías, un ser racional y lógico, inmersa en mi trabajo y en resolver los problemas importantes de todos los días.

Ahora soy una persona más.

Y estoy irremediablemente aburrida.

 

 

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7 comentarios para “Estoy curada, dejé de leer”

  1. Fito Ruiz dice:

    Yo pensaba recomendarle a usted una novela llamada “Ojalá fuera cierto” del escritor francés Marc Levy para que la leyera y escribiera sus impresiones en este blog, junto con “Volver a verte”, que es la continuación de la primera obra mencionada, las cuales pueden leerse en Scribd; pero como ha dicho que dejó de leer, olvídese de todo lo que acabo de escribir, y más aún, si es posible borre este mensaje después de publicarlo.

  2. Luis Carlos CISNEROS dice:

    ¿Y?

  3. Guillermo Rubio dice:

    Probablemente no se está aburrido sin leer, sino más bien se convierte en una persona aburrida de tratar. Magnífico relato, Marta, sin embargo es un imposible: cuando uno comienza no se para de leer. Hasta Borges, ciego, tenía la necesidad de que se le leyera cada noche, claro perdió el gusto de que se le salten a los ojos las letras con su música, imágenes, olores y demás.

  4. Enrique dice:

    El virus de la lectura me fue contagiado hace algo así como 55 años, y el único responsable de ese mal que me aqueja desde hace ya tanto tiempo fue mi abuelo materno. Desde entonces he tenido que andar penando por aquí y por allá buscando libros para calmar los síntomas de esa terrible enfermedad. El caso es que, para no llegar al calvario del aburrimiento cuando no encuentro literatura, comencé a escribir; y quizás no lo hago tan mal, al menos a mis amigos y parientes les gustan las locuras que de tarde en tarde garrapateo con ayuda del ordenador. Por último, siempre para no caer en las manos del tedio, aunque a veces yo mismo no lo creo, me ha dado por aprender a pintar con acuarelas. Se me ha metido la idea de escribir un libro ilustrado. A ver si lo logro antes de decir adiós.
    Para terminar y no aburrirles demasiado, con todo y todo, no cambio la lectura. Me permito recomendarles dos libros que acabo de leer: “Al Borde del infierno” de Steve Alten y “La gran búsqueda” de Sylvia Nasar. El primero es una novela cuyo tema es la situación actual del petróleo en el mundo; y el segundo trata sobre la vida de los economistas mas famosos.

    Saludos

  5. alfonso dice:

    Desde que aprendí a leer se me ha hecho inevitable hacerlo!! incluso cuando voy por la calle y se aparecen los monstruos(publicidad)

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