Un infierno término medio

Imagínese el peor de los infiernos, no como el de Un día con el diablo que nomás aparece Andrés Soler con esos cuernos de mentirita te ponés a llorar de la risa. Claro, hay infiernos de infiernos, eso no se discute y cada país tiene su propia versión. Está el infierno desatado en Siria o bien el de Egipto,  solo por poner unos ejemplos porque tampoco se trata de hacer una lista.

Pero del infierno que quiero hablar es del que se encargó de cocinar Dan Brown en su última novela Inferno, inspirada en la obra de Dante Alighieri y ambientada en la hermosa ciudad de Florencia.

Y aquí les dejo caer la primera confesión: el único motivo por el que elegí leer a Dan Brown fue porque iba a volver a Florencia (aunque fuera vía imaginación). De Dan jamás me había sentido atraída a leer ni una páginita, pero por Florencia, me dije, que sea. Ni se imaginan ustedes, los escritores, los motivos por los que un lector común y silvestre escoge sus novelas.

Puestos a la obra empecé a leer. Según me han dicho amigos conocedores Dan Brown no ha cambiado la fórmula (¿y por qué iba a cambiarla si lo ha hecho rico?). Antes que nada pone la consabida aclaración en la que jura por su mamá que todo lo que aparece en su novela es real.

Luego, nos mete directo en la novela con capítulos cortos que me dejaban en un suspenso insoportable. “Sintió que todo le daba vueltas y, al fin, perdió el sentido”, “La fecha, el día siguiente”, “Y, cuando lo haga, nada en la Tierra será capaz de detenerlo”, casi me parecía escuchar un tan tan tan al final de cada capítulo. Qué terrible era tener que dejar de leer.

Pero entonces algo sucedió. Dan le bajó la temperatura y aquello que estaba que ardía comenzó a oler un poquito raro, por no decir sospechoso. Me explico: el malo se hizo bueno y no digo más.

En fin, Inferno es entretenimiento. Hay quienes se van al cine a ver El artista y quienes prefieren ir a ver No te metas con Zohan. Pero no le demos más vueltas, ya embarcada en la aventura lo acabé de leer. Lo que sea de cada quien pero Dan Brown sabe manejar la acción.

Para los que la terminaron de leer me pueden decir qué pasó en la página 454, ¿cómo aparece hablando Sienna cuando se supone que ni siquiera está presente? ¿Es un error de impresión o me perdí de algo?

 

 

 

 

 

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