La Lydia que llevamos dentro

La periodista mexicana Lydia Cacho.

La periodista mexicana Lydia Cacho.

Lo confieso. Yo también quisiera ser una voz más y unirme al coro de voces de periodistas y personas ni tan comunes y corrientes que un día decidieron denunciar las injusticias de sus mundos. Pero me quedo corta, las injusticias es decir nada. ¿Será mejor si digo denunciar el abuso sexual y comercio de menores para alimentar una red de pornografía y pederastras en el mundo?

Quizá no hay suficiente rabia en mi voz, quizá sea eso. A lo mejor necesito escuchar las voces de esas niñas y adolescentes que sufrieron y siguen sufriendo, bajo el silencio de la impunidad, un daño imposible de reparar y  una amenaza a la que estamos expuestos sin excepción.

Una de esas voces que se ha hecho escuchar (y que está pagando el precio) ha sido la periodista mexicana Lydia Cacho. Primero en Los demonios del Edén, luego en Memorias de una infamia y ultimamente en Esclavas del poder, en el que se acerca al problema de la trata sexual de mujeres y niñas en lugares como Turquía, Israel, Palestina, Japón, Camboya, Birmania, México y Argentina.  

No es fácil abordar un tema como ese. Para Lydia Cacho la investigación supuso un cambio al tener que vivir amenazada de muerte en los últimos años. Recientemente anunció que había abandonado México después de recibir una amenaza en la que habían detectado se había violado su perímetro de seguridad. La recomendación fue salir inmediatamente del país.

Cacho no es la primera ni la única periodista que a cambio de su trabajo investigativo ha recibido amenazas y en muchos casos, la muerte, como el caso de la periodista rusa Anna Politkovskaya o de Regina Martínez de México.

Sin embargo, y como lo dice el periodista italiano Roberto Saviano  (amenazado por su investigación sobre la Camorra) en el prólogo de Esclavas del Poder, “Lydia es un modelo para cualquiera que desee convertirse en periodista”.

Pero no solo para los periodistas, porque también los ciudadanos pueden  reclamar sus derechos y tener una voz clara y fuerte en este enmarañado mundo que parece  nos está arrebatando todo lo bueno, por lo que vale la pena vivir.

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Un comentario para “La Lydia que llevamos dentro”

  1. Jenny dice:

    Ojalá Marta, como bien lo plantea en esta entrada, a todas las periodistas nos acompañara el coraje y la determinación de Lydia. La felicito por su blog.

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