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DEBEMOS RECORDAR NUESTRO PASADO O OLVIDARLO?

Jesse J. Linares uno de los mejores periodistas/reporteros salvadorenos en Los Angeles y todos Estados Unidos escribio la siguiente nota para el periodico HOY de Los Angeles.  Espero que apoyemos a nuestros/as que han hecho un gran labor para traernos la obra teatral «De La Locura a la Esperanza.» LA PREGUNTA SIGUE: DEBEMOS OLVIDAR O RECORDAR NUESTRA GUERRA CIVIL? ALGUN DIA PERDONAREMOS LAS TORTURAS Y ASESINATOS DE AMBOS LADOS (IZQUIERDA Y DERECHA)?

Un conflicto bélico que nunca se olvida

Un conflicto bélico que nunca se olvida

A veces, las vivencias golpean con todo el peso de la crueldad, violencia y brutalidad, que es mejor escapar de los recuerdos. En contraste, William Flores se ha preocupado por revivir uno de los periodos más atroces que ha enfrentado la población de todo un país -su guerra civil.

De la Locura a la Esperanza es una obra de teatro que trae al presente el conflicto bélico que azotó a El Salvador durante 12 años y que dejó un saldo de aproximadamente 75 mil muertos, más de 10 mil de desaparecidos, alrededor de medio millón de desplazados en su territorio nacional y mandó al exterior a más de un millón de habitantes.

Concebida y dirigida por Flores, de 36 años y originario del departamento salvadoreño de Santa Ana, la obra hace un recorrido fugaz a partir del inicio oficial de la guerra en 1980, y culmina en 1992, al firmarse los acuerdos de paz entre las partes beligerantes en el Castillo de Chapultepec, en Ciudad de México.

«No creo que es dañino recordar, aceptar, perdonar lo que pasó y de ahí empezar a forjar un nuevo futuro», expresó Flores, quien es el director de programación en Los Angeles Theater Center (LATC). «Aquí [en la obra] hay un mensaje de esperanza», subrayó.

Flores explicó que bautizó a la obra con el nombre que La Comisión de la Verdad le dio a su reporte después de haber investigado las violaciones más graves a los derechos humanos durante el conflicto, debido a que este organismo describió a la guerra como una locura. Sin embargo, agregó que al ver el calor de la gente, la Comisión de la Verdad vio esperanza en el pueblo salvadoreño.

«Yo creo que voy por ahí, por lo que dijo la comisión, pero en un contexto de aquí, en Estados Unidos. Quiero crear un espacio de conocimiento, de reflexión», señaló. «Ojala que vengan las familias y se den cuenta que sí fue muy difícil, pero que no nos detuvimos, que como pueblo, como nación, avanzamos. Sin olvidarnos, pero avanzamos».

La obra inicia con la presencia de una mujer vestida de blanco, quien aparentemente encarna a Rufina Anaya, una mujer que sobrevivió la masacre de El Mozote, un poblado ubicado en el departamento de Morazán.

De acuerdo a organismos pro derechos humanos, elementos de las Fuerzas Armadas de El Salvador mataron en este lugar a por lo menos mil civiles, principalmente niños y mujeres, en un operativo en contra de la guerrilla del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), el 12 de diciembre de 1981.

Un error

«Todo fue un error», fueron las primeras palabras de este personaje interpretado por Rocío Enríquez, bajo un ambiente semi oscuro y con música lúgubre de fondo. «Nosotros vivíamos de la agricultura, de trabajar… Siento un poco de temor al hablar de todo esto, pero al mismo tiempo reflexiono que mis hijos murieron inocentemente. ¿Por qué voy a sentir miedo a decir la verdad?»

Seguidamente, la mujer se sienta a un lado del escenario y aparece un grupo de campesinos, hombres y mujeres, que con sus danzas aluden a las labores de la agricultura. Es un momento alegre y de coqueteo entre ellos que simboliza los días de armonía previo a la guerra, visto a través de los ojos de la mujer y traído al presente por su memoria y sus palabras, ya que ella es testigo y narradora de la trama.

La alegría desaparece inmediatamente con la llegada abrupta de militares y desde ese momento la «locura» de esos 12 años se apodera del escenario.

Aunque la violencia «real» no hace acto de presencia en el entarimado, la narrativa de «Anaya», la escenografía, la música y el sonido -que incluye homilías de Monseñor Oscar Arnulfo Romero y su asesinato; al igual que la mención de nombres y edades de niños que murieron en El Mozote- ilustran vivamente el impacto físico y moral que la represión militar y la guerra causó en la población salvadoreña durante el conflicto.

«No es una obra en la que los soldados salen y matan y la gente cae», explicó Flores a HOY, durante uno de los ensayos. «Es un trabajo poético, simbólico. Es realista en el sentido de que es real lo que se dice ahí», agregó.

En sus monólogos, la mujer señala la causa del conflicto. «Esta crisis tan dolorosa y trágica tiene antiguas y profundas raíces sociales, políticas, económicas y culturales», expresa en uno de ellos. También menciona los 4 mil millones de dólares que Estados Unidos otorgó en ayuda militar a los gobiernos en turno, para luego retomar el eje principal de la obra.

«Únicamente conociendo nuestra historia podremos tomar conciencia no sólo de lo que somos, sino también de por qué somos así… De la memoria nace la esperanza», dice y, mirando hacia donde estará sentada la audiencia expresa, señalando con del dedo: Esta es mi historia y la suya… y la suya… y la suya….

El dato

De la Locura a la Esperanza inicia sus presentaciones esta noche en Los Angeles Theater Center, ubicado en el 514 S. Spring St. en el centro de Los Ángeles. La obra, que tendrá subtítulos en inglés, es parte de una serie de eventos bajo el programa Preservación de la Memoria Histórica Salvadoreña que se realizará del 23 de octubre al 1 de noviembre. El evento incluye además exhibiciones del Museo de la Palabra y la Imagen, de El Salvador, y de Claudia Bernardi. También habrá simposios culturales y de literatura. Para mayor información, llamar al 213.489.0994 o visitar www.thelatc.org.

ARTE SOCIAL

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VIENEN CAMBIOS POSITIVOS PARA EL CONSULADO EN LOS ANGELES

Este dia hubo una convocatoria con la comunidad salvadorena en el Consulado de Los Angeles (con la Consul Interina RINA MEDINA).

Se siente el cambio y el esfuerzo para poderle servir mejor a la comunidad salvadorena.  En hora buena.  Ya era tiempo que se le tome en cuente a nuestra gente – y no solo verlas como REMESEROS, ingresos a travez de pasaportes o compra de casas en El Salvador.

La comunidad salvadorena en Estados Unidos merece un trato mejor, digno y con respeto.  Nosotros mantenemos a flote la economia en El Salvador.  El pueblo salvadoreno en El Salvador y Estados Unidos pagan los sueldos de los funcionarios electos / diplomaticos que deben servirle al pueblo con honradez y respeto.  Nuestro Presidente Mauricio Funes a dado la pauta – quiere gobernar con el espiritu de Monsenor Romero. 

Que significa eso para Uds. y como se debe tratar a la comunidad salvadorena en Estados Unidos atravez de los consulados y embajada?

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Nuevo Libro Sobre Comunidad Salvadorena Americana

Esperanza en tiempos de oscuridad: La experiencia de un salvadoreño americano

Por Randy Jurado Ertll
 
El titulo de mi libro es “Hope In Times of Darkness: A Salvadoran American Experience” que a sido publicado por Rowman & Littelfield Publishing Group.  En parte, decidi escribirlo porque no hay muchos libros o literatura en relacion a la comunidad salvadorena que vive en Estados Unidos.  No debemos aceptar esto.               
Por eso decidi escribir mi propia historia cuando creci en la comunidad del centro sur de Los Angeles y tambien en el El Salvador.
En la década de 1980, cuando asistía a la escuelas publicas en el centro sur de Los Ángeles, era común la violencia de las pandillas y el respeto hacia los maestros era ausente. Yo trabajaba para evitar ser víctima de conflictos sin sentido en la calles.
Yo me sumergí en los libros, la lectura y la escritura. Mi primer triunfo fue en el octavo grado. Gané un concurso de ensayos escolares y $ 100 fue el premio. Mi tema era sobre George Washington Carver, un cientifico afro americano. Mi madre estaba muy orgullosa de mi logro como escritor.
Y fue un logro. Nací en Los Ángeles. Cuando tenía 8 meses de edad, agentes de inmigración de  los Estados Unidos arrestaron a mi madre y fuimos deportados a El Salvador. Ella no tuvo más remedio que llevarme con ella. No fue hasta que yo tenía 5 años que regresamos. En la escuela fui considerado un inmigrante. No fue sino hasta el cuarto grado que aprendí a leer y escribir en inglés.
En la escuela secundaria, los llamados estudiantes inteligentes fueron invitados a asistir a un taller acerca de un programa nacional llamado A Better Chance-ABC (Una Mejor Oportunidad). El cual proporcionó becas para los estudiantes para asistir a escuelas excelentes lejos de Los Angeles.  Vi al programa de ABC como mi gran oportunidad de escapar y huír de Los Ángeles y apliquéa Deerfield Academy en Massachusetts.
ABC me envió una carta diciendo que mí aplicación no habia sido seleccionada. Escribí de nuevo con mi propia mano, preguntando por qué. Les escribí que se había creado y luego aplastado mi esperanza. Sálvenme, les dije. Los funcionarios de ABC me llamaron. La conversación sigue viva en mi memoria. Dijeron que fui aceptado en el programa después de todo, y podría asistir a una academia en Rochester, Minnesota.
Llegó el boleto de avión y me fui. Dejé a mi madre y dos hermanas detrás. Fue desgarrador. Como el único hijo de la familia, me veía a mí mismo como su protector.
Con la excepción de un chico mexicano americano del este de Los Ángeles, los habitanes de mi casa en Minnesota eran casi todos afro americanos. Pasamos por tiempos difíciles tratando de aceptarnos uno al otro. En el centro-sur de Los Ángeles, negros y latinos competían por los escasos recursos económicos y políticos, pero en John Marshall High School en Rochester, aprendimos a cuidarnos y a respetarnos mutuamente. Llegé a sentirme cerca de la pareja que dirigian la casa donde el programa esta ubicado, ellos eran anglo sajones (americanos). No importaba la etnicidad.
Cuando casi me graduo de la secundaria en 1991, leí un folleto que decía que Occidental College en la zona de Eagle Rock, en Los Ángeles, tenia un énfasis en el aprendizaje sobre cuestiones multiculturales. Apliqué y fui aceptado. Me gradué de Occidental con distinción en 1995 especializado en la política con un énfasis en español.  Nuestro Presidente Barack Obama fue estudiante universitario de Occidental College.
Ahora pienso que fue una etapa crítica en mi vida cuando el programa de ABC me sacó de mi comunidad para preparme para asistir al colegio, para triunfar y tener éxito. Me aseguré que tenía la capacidad para hacerlo. Nadie podía hacerme sentir inferior. En un país construido por inmigrantes, he aprendido a encontrar el orgullo en mi familia de inmigrantes.
A Better Chance convirtió mis sueños en una realidad. He trabajado en el movimiento ambientalista, en defensa de los derechos de los inmigrantes en Washington D.C. y como director de comunicaciones y asistente legislativo para la Congresista Hilda L. Solís, quien ahora es Secretaria del Trabajo para nuestro Presidente Obama. Cada experiencia ayudó a dar forma a lo que soy hoy.
Ahora vivo en Pasadena, algunas zonas de las cuales no son tan diferentes al sur centro de Los Ángeles. Muchos de los estudiantes que veo a diario me recuerdan a mí cuando yo estaba pasando por luchas similares. El trabajo de los distritos de escuelas públicas es ofrecerles una mejor oportunidad, una educación de calidad y la esperanza, sin tener que viajar atravez de la mitad del país para poder obtener una educación de valor. Debemos mejorar nuestras escuelas publicas de Los Angeles. Espero que mi libro le de animo y esperanza a nuestros jovenes, que si pueden triunfar y sobrepasar sus retos, y que vean que si hay «esperanza en tiempos de oscuridad.»
Por Randy Jurado Ertll, autor del libro “Hope In Times of Darkness: A Salvadoran American Experience” y Bloguea en La Prensa Grafica. Para pre ordenar el libro, 1-800-462-6420 o visite: www.randyjuradoertll.com