2012 La ciencia contra el fin del mundo

Dinosauria: Tyrannosaurus rex

Escrito por: Jorge Colorado      Publicado: 29-08-15      Comentarios: 0

Restos fósiles de un Tiranosaurio Rex en el Museo Americano de Historia Natural en New York (foto Jorge Colorado).

Restos fósiles de un Tyrannosaurus Rex en el Museo Americano de Historia Natural en New York (foto Jorge Colorado).

A finales del siglo XIX los paleontólogos comenzaron a descubrir los restos fósiles de un animal que dejaba pequeño a cualquier ser mitológico que hasta entonces hubiéramos imaginado, ningún dragón, minotauro o demonio se podía comparar con los antiguos restos descubiertos en Montana, Estados Unidos.

Hemos llamado a este animal Tyrannosaurus rex. Hoy nos parece una imagen familiar, pero a principios de siglo XX era toda una revelación y desde entonces se han convertido en celebridades mundiales. Sus figuras nunca faltan en las jugueterías, también aparecen en loncheras, camisetas, memes de Internet y sobre todo en películas donde son los verdaderos protagonistas.  

Solo basta pararse unos minutos frente a sus restos para caer en cuenta que debemos estar agradecidos de su extinción.

Los tiranosaurios son los más conocidos depredadores del orden de los dinosaurios Saurischia (así se les dice a los dinos que tenían un pelvis en forma de triángulo), el primer descubrimiento de un resto fósil fue en 1874 cuando un profesor de primaria llamado Arthur Lakes descubrió en el condado de Golden, Colorado, un enorme diente fosilizado.

La pieza llegó a las manos del paleontólogo de la Universidad de Yale, George Cannon, quien clasificó el diente a un nuevo animal, claro que para entonces hacía falta encontrar los demás restos fosilizados y así tener una idea de como lucían.

Dientes de un cráneo de Tiranosaurio.

Dientes en un cráneo de Tyrannosaurus rex

En siguientes años se fueron descubriendo otros pequeños fragmentos del Tiranosaurio, hasta que en 1908 el paleontólogo y explorador Branun Brown desenterró en Hell Creek, Montana, 143 huesos fósiles, casi el 48% de un antiguo esqueleto de Tiranosaurio.

El descubrimiento de Brown lanzó casi de inmediato a la fama al nuevo dinosaurio descubierto, a tal punto que el científico Henry Fairfield le bautizó como “Tyrannosaurus rex”, que equivale decir el rey reptil tirano.

El tiranosaurio que desenterró Brown se encuentra actualmente en exhibición en el Museo Americano de Historia Natural en la ciudad de New York (catalogado como AMNH 5027). Hoy sabemos que el Tiranosaurio es la única especie -al menos hasta este momento descubierta- del género Tiranosáurido, que vivieron entre unos 85 a 65 millones de años antes de nuestro tiempo, en una era geológica que los paleontólogos llaman el Cretácico superior.

A pesar que los científicos lograron hacerse la idea de como lucía el animal, por casi 90 años, el Tyrannosaurus rex -y otros carnosaurios- fueron puestos de pie de una forma equivocada. Tal error se observa muy bien en las películas e ilustraciones antes de 1990, en ellas se ven a los tiranosaurios parados en la misma posición que tiene los canguros: con la cabeza arriba, la columna inclinada y la cola arrastrada hacia abajo.

Cráneo de un Tyrannosaurus rex

Cráneo de un Tyrannosaurus rex

A finales de la década de 1980, gracias al desarrollo de los modelos matemáticos soportados por computadoras más potentes, se analizó la posible manera que los tiranosaurios caminaban descubriendo que la posición cangura estaba equivocada. Desde ese día las ilustraciones dejaron de presentar a tiranosaurios canguros y los reemplazaron por tiranosaurios con la cola levantada y su cabeza un tanto abajo, de hecho Steven Spielberg en su adaptación de Parque Jurásico colocó a su tiranosaurio de la forma corregida.

Entre 1990 y 1995, casi todos los museos del mundo que poseían un tiranosaurio reacondicionaron la posición de sus fósiles. En ese mismo período se descubrieron nuevos restos en Dakota del Sur, animal que fue apodado con el nombre de Sue (por su descubridor Sue Hendrickson) y que generó una nefasta disputa legal por definir quien era dueño de los fósiles, terminó -luego de pagar casi 9 millones de dólares- exhibiéndose en el museo Field en Chicago (catalogado como FMNH PR2081). Con 219 huesos fósiles que corresponden al 73% del cuerpo es el esqueleto de un tiranosaurio más completo del mundo, por cierto, era una hembra.

En la actualidad se discute el verdadero color de los dinosaurios, se han descubierto dinosaurios con plumas, así que es posible que el Tyrannosaurus rex se viera algo así, de colores y con plumas en el lomo. Imagen por Kelvin González "Hongo".

En la actualidad se discute el verdadero color de los dinosaurios, se han descubierto dinosaurios con plumas, así que es posible que el Tyrannosaurus rex se viera algo así, de colores y con plumas en el lomo. Imagen por Kelvin González “Hongo”, El Salvador.

A finales del siglo XX se discutía la idea si los Tiranosaurios eran totalmente depredadores, esto porque se decía que las pequeñas patas superiores eran tan diminutas que parecería absurdo que tuvieran algún sentido si el animal fuera depredador, así que algunos paleontólogos comenzaron a describirlo como un carroñero.

Imaginar a este dinosaurio como un carroñero trae muchos conflictos con su mediática imagen popular, que lo concibe como una máquina para matar y devorar. Es probable que el tiranosaurio haya sido un oportunista, se han hecho análisis de las musculatura de sus manos, descubriendo una capacidad prensil muy potente, por lo que sus cortas manos tuvieron una participación importante durante la cacería.

La primera vez que vi la ilustración de un dinosaurio fue en un pequeño libro que me llegó en mi infancia, en las últimas páginas había una figura de un enorme tiranosaurio rex que curvaba su cuerpo con la intención de atrapar a una presa que evidentemente escapaba de él. Ese libro ilustrado por George Solonevich tenía una particularidad que no he visto en los libros actuales, estos dinosaurios tienen rostro que comunican emociones, algo que para un niño -yo entonces tenía quizás unos 5 o 6 años- tienen un gran peso en la imaginación.

Y el Tiranosaurio rex de Solonevich me comunicaba que el animal era extraordinariamente monstruoso.  

Hoy, años después cuando las páginas de mi viejo libro de dinosaurios aparecen amarillentas, me paro frente a los restos del Tiranosaurio rex del Museo de Historia Natural de New York, solo pienso que la ilustración de Solonevich realmente me comunicaba lo correcto.

Este animal era la bestia más feroz que alguna vez ha caminado sobre la Tierra.

Que bueno que están extintos.

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Nota: Como apoyo teórico a la publicación de esta entrada bloguera se utilizaron las cédulas museográficas de la sección de fósiles de dinosaurios Saurischia del Museo Americano de Historia Natural de New York y del libro “Tyrannosaurus rex” de Peter Larson y Kenneth Carpenter.