Archivo para ◊ febrero, 2009 ◊

28 Feb 2009 Sobre la edición del 1 de marzo

Hay quien dice que las reglas están para romperse. Séptimo Sentido está transgrediendo en su portada del domingo 1 de marzo una de sus reglas no escritas. Por primera desde que se creó la revista hace más de ocho meses no es una fotografía limpia la dueña de la tapa. Excepción, abrimos con un fotomontaje. ¿Y por qué la meditada trasgresión? Pues porque la edición incluye un tema que me atrevo a calificar como excepcional. Me explico. Gracias al buen hacer del periodista Carlos Chávez, ven la luz, más de medio siglo después de haber sido manuscritas, siete cartas de la premio Nobel de Literatura (1945) Gabriela Mistral. La correspondencia forma parte de la intensa y poco conocida relación epistolar que la poetisa chilena mantuvo con nuestra Claudia Lars, y que la escritora salvadoreña, poco antes de fallecer, regaló a la ensayista Matilde Elena López. Son cartas sentidas, aparentemente intrascendentes, que confirman la amistad en la distancia que unió a Gabriela y Lars, y que tienen como virtud la incuestionable notoriedad de quien las escribió.

 

Excepcional es también que me haya extendido tanto en la presentación de uno solo de los temas. Y no es, ni mucho menos, porque el resto de la revista desmerite. Al contrario. La edición de esta semana me satisface sobremanera. Séptimo Sentido presenta dos interesantes, exclusivas y antagónicas crónicas: una versa sobre el carnaval de Barranquilla (Colombia); la otra reconstruye un ataque que el narco realizó hace tres años contra la redacción de un diario de Nuevo Laredo (México). Son, repito, de elaboración propia.

 

Para completar esta edición, el poema y el cuento ganadores del certamen literario Letras Nuevas.

 

Esperamos que la disfrute. Es para lectores como usted.

26 Feb 2009 ¿Más política en Séptimo Sentido?
 |  Categoría: Reflexiones  | Tags: , , , ,  | 12 comentarios

Estamos a las puertas de las que todo indica que serán las elecciones presidenciales más reñidas de cuantas se han celebrado en la historia reciente de El Salvador. Y no hay que ser un lince para inferir que la presencia de esos trascendentales comicios en las páginas de Séptimo Sentido ha sido marginal. La política está en cualquier tema que se aborde, pero ahora me estoy refiriendo a la presencia activa, directa, a la política masticada, a la pura y dura. Hablo de que no ha habido en las páginas de la revista entrevistas de profundidad con los actores principales ni crónicas de largo aliento sobre las dinámicas que generan las campañas ni perfiles í¢â‚¬â€œverdaderos perfilesí¢â‚¬â€œ sobre los candidatos a la Presidencia o a la Vicepresidencia.

Ya no hay tiempo para nada de eso. Pero hay dudas.

A nuestro correo electrónico han llegado mensajes que aseveran que de Séptimo Sentido celebran precisamente el hecho de que no tenga esa presencia tan activa la política. Para eso hay otras páginas en La Prensa Gráfica, dicen. También han llegado correos en sentido opuesto, correos que exigen la presencia de esa política cruda en las páginas, que silenciarla es renunciar a una de las más profundas esencias del periodismo.  

Y a usted, ¿le habría gustado si hubiéramos saturado las páginas de la revista con Funes, con Ávila, con el PCN, con los estériles debates al interior del TSE, con sesudos especialistas opinando sobre el futuro del país, con Will Salgado, con el color rojo-cambio o con el anticomunismo-tricolor?

Hay dudas.

22 Feb 2009 54 años entre nosotros

 

El 14 de mayo de 1955 un barco de 120 metros de eslora llamado MS Rheinstein partió del puerto alemán de Hamburgo con rumbo al puerto salvadoreño de Cutuco. En su interior viajaban 18 animales, casi todos ellos enjaulados. En lo que parecía ser una modesta reedición del Arca de Noé, embarcaron una pareja de mandriles, otra pareja de tigres de Bengala, ídem de cebras, otra de ñúes, antílopes, carneros melenudos y también una pareja de canguros. Y un trío de camellos, dos machos y una hembra.

El animal número 18, el único que viajó sin acompañante de su especie, fue una elefanta asiática de tres años de edad que en su país de acogida sería rebautizada como Manyula. Hoy, 54 años después de aquel viaje del Rheinstein, Manyula sigue viva en San Salvador.

Uno se hace preguntas.

  • ¿Alguien en este país no sabe qué es Manyula?
  • ¿No se ha convertido en un símbolo de salvadoreñidad?
  • ¿Cómo sigue viva en un país como El Salvador cuando incluso en zoológicos gringos y europeos viven en promedio menos años?
  • ¿Por qué Saca se ha servido de ella cual político populista desasesorado?
  • ¿Qué pasará cuando Manyula muera?
  • ¿El país es consciente de cuánto quiere a este animal o solo se percatará cuando ya no esté?
  • ¿Sería interesante una crónica con Manyula como protagonista?
20 Feb 2009 Gabriela Mistral y el millonario Vanderbilt

Hace años escuché, soñé o leí que Gabriela Mistral, la chilena premio Nobel, visitó El Salvador. Confirmar eso me convendría mucho para el artículo que estoy trabajando. Uno que prefiero no revelar aún, porque no está afinado….

Gasté toda la mañana preguntándole a medio país si era cierto lo de la visita de Mistral. Consulté con mi septuagenaria abuela que, al igual que la chilena, fue maestra, y me respondió:  í¢â‚¬Å“Solo Dios sabrá yaí¢â‚¬Â. Leí cuatro biografías, platiqué con dos ancianas transeúntes, dos jóvenes que me repreguntaron si ella vivía aún, y de Internet obtuve lo mismo: nulas respuestas. Empecé a sentirme iluso.

Entonces recordé í¢â‚¬â€œyo, joven de memoria corta- que en la redacción trabaja un periodista de más de 80 años, don Alfonso Salazar. íƒâ€°l es una enciclopedia británica viviente,  con los tomos aún completos y legibles. Cuando le pregunté por Gabriela Mistral me aclaró, primero, que él es menor: í¢â‚¬Å“Cuando ella vino aquí, yo apenas era un niñoí¢â‚¬Â, dijo mientras se quitaba los lentes, como para recordar mejor las cosas. 10 minutos después supe, gracias a él, que Gabriela Mistral estuvo aquí en octubre de 1931.  Con esa información corrí a la hemeroteca. A consultar periódicos de la época cuaternaria: Mistral arribó al puerto de La Libertad el viernes 18 de septiembre, en un vapor llamado í¢â‚¬Å“Ecuadorí¢â‚¬Â, que venía de Panamá. Desde La Libertad tardó tres horas en ascender hasta el Hotel Nuevo Mundo, en San Salvador. Fue recibida con champaña y capitalinos ávidos de í¢â‚¬Å“un aliento culturalí¢â‚¬Â.

Gabriela Mistral

Según la vetusta nota de periódico, la poetisa sorprendió a los salvadoreños. Muchos la imaginaban con rasgos indígenas. Como india araucana. í¢â‚¬Å“Pero ¡no! Resultó sonriente, blanca, rozagante, casi rubia, de ojos casi verdes y casi amarillosí¢â‚¬Â. Lo que no añadieron es que tenía 44 años. Tampoco intuían, quizás, que ganaría el Nobel después, en 1945.

Sin embargo, la sorprendida fue Mistral:  í¢â‚¬Å“En El Salvador se ha hecho en un mínimun de territorio un máximun de trabajoí¢â‚¬Â dijo.

La pensadora y diplomática chilena estuvo 20 días en el país, tiempo en el que logró salpicar de notas el periódico. Inauguró una escuela y la í¢â‚¬Å“roto-prensaí¢â‚¬Â de este periódico. Declamó poemas. Fue homenajeada a saciedad. Visitó San Miguel, Santa Ana y Ahuachapán. La hicieron subir el cerro de Las Pavas… para que se inspirase… luego la llevaron a Mejicanos… para explicarle que fue allí donde terminó, con belicosidad, el sueño expansionista mexicano, y que se inspirara de nuevo. 

Pero Gabriela fue opacada no por un temporal que afectaba a casi todo el país, sino por un avión de Pan-am que hizo escala en San Salvador. De él se í¢â‚¬Å“asomóí¢â‚¬Â el magnate estadounidense  Cornelius Vanderbilt. Algo así como el hijo del Bill Gates de antes.  íƒâ€°l pagó, en 1936,  parte de la millonaria película í¢â‚¬Å“Lo que el viento se llevóí¢â‚¬Â.  Mientras saludaban a la multitud, Cornelius y su í¢â‚¬Å“hermosísima esposaí¢â‚¬Â fueron sensación. No cuesta imaginar que fue así.

Una breve nota, más debajo de Vanderbilt, explica que el 8 de octubre Mistral tomó un tren hacia Guatemala, í¢â‚¬Å“y se nos va casi con la certeza de que no regresaráí¢â‚¬Â. 

Sí, Gabriela Mistral estuvo en el país. Y no, no regresó más.   

18 Feb 2009 La primera vez

María Isabel y Fidel

Si han seguido los post de las últimas semanas, habrán notado que el periodismo narrativo y el género que mejor lo calza (la crónica) han sido motivo recurrente de plática. Quizá otro día me extienda en las razones por las que un periodista de formación europea (más cuadrada, más de manual) como yo comenzó hace año y medio a interesarse por eso del periodismo narrativo. Hoy, en este breve post, lo único que les quiero compartir es el que considero mi primer trabajo realizado bajo los parámetros que exige la crónica: reporteo y documentación exhaustivos, lograr con los personajes (en este caso, el personaje) un grado de confianza que les hace olvidar que hablan con un periodista, elegir una estructura narrativa concreta y tiempo, mucho tiempo para la autoedición.

 

Quizá alguno de ustedes ya lo haya leído. Es el perfil de María Isabel Rodríguez, la ex rectora de la Universidad de El Salvador, que abrió la edición del 28 de octubre de 2007 de la revista Enfoques. Es un texto largo, seguramente demasiado, que tiene los defectos pero también las virtudes de ser el primero.

 

Por si no tienen mejor cosa que hacer ahora, les dejo acá el link. Pulsen acá.

 

16 Feb 2009 El quetzal apátrida
 |  Categoría: Inquietudes de lectores  | Tags: , , ,  | 7 comentarios

Quetzal macho

Como periodista, uno sabe que está expuesto a la crítica. A mí, en lo personal, me encantan las críticas, sobre todo las buenas, donde bueno no ha de entenderse como favorable.

 

Hace unos pocos post escribí algo sobre las críticas. Ese día me centré en cómo un misma revista puede generar comentarios opuestos entre los lectores. Hoy escribo no menos sorprendido (bastante más, en realidad) por el atento correo que nos envió un lector llamado Héctor Velásquez. Se refería al fotorreportaje publicado en la edición 34 sobre los quetzales salvadoreños, un tema que nunca sospeché que pudiera generar ningún tipo de polémica.

 

Lean, lean.

 

Siempre he visto su periódico como un medio extremadamente serio e imparcial. Es por eso que me parece de muy mal gusto el tema de la revista Séptimo Sentido titulado í¢â‚¬Å“Tan salvadoreño como un quetzalí¢â‚¬Â. Todos sabemos que el quetzal es el ave nacional de nuestros hermanos guatemaltecos. No me parece correcto que hayan escrito eso, y me parece que ellos se merecen una explicación de lo que intentan decir con esa frase. Lo que han escrito es como si un periódico de otro país hubiera hecho una publicación con el titular í¢â‚¬Å“Tan nuestro como las pupusasí¢â‚¬Â, cuando todos sabemos que la pupusa es algo propio de nuestro país. Igual el quetzal es propio de nuestra hermana República de Guatemala. Sabemos que por nuestra cercanía con Guatemala, el ave puede emigrar a nuestro país, pero eso no la convierte en un ave nacional. Si deseaban escribir sobre el quetzal, pudieron haber dicho í¢â‚¬Å“El quetzal, también en El Salvadorí¢â‚¬Â. Eso se escucha educado e interesante.

 

Mi sorpresa descansa en que lo que para mí era un simple juego de palabras que sirve como anzuelo alguien lo interprete casi como un intolerable insulto a todo un país. Ese país, Guatemala, es por cierto uno al que guardo especial cariño, que recomiendo como destino insustituible para ser visitado y que yo visito tan seguido como puedo. En una aldea remota de Santa Cruz del Quiché viven mi suegra y dos cuñadas.

 

¿Resulta ofensivo el titular? Es archiconocido que el quetzal es el ave nacional de Guatemala, pero justo en esa ironía radica la gracia (mucha o poca, eso es opinable) de la expresión í¢â‚¬Å“Tan salvadoreño como un quetzalí¢â‚¬Â. Hace unos meses titulamos una crónica í¢â‚¬Å“Blanco como un dominicanoí¢â‚¬Â, y la idea fue también explotar ese grado de extrañeza que genera este tipo de titular como incentivo para comenzar a leer la nota.

 

Pero uno ya duda de todo. ¿Resulta ofensivo el titular? ¿Lo fue para usted?

10 Feb 2009 Con el fundador de Etiqueta Negra

Etiqueta Negra es una revista mensual que se ha convertido en uno de los más altos estandartes del periodismo narrativo en América Latina. Es peruana, pero se distribuye también fuera de esas fronteras. El link, por si quieres curiosear, está a tu izquierda. Es el segundo en el apartado í¢â‚¬Å“Otras revistas del géneroí¢â‚¬Â. También puedes ver lo que dice Wikipedia sobre ellos pulsando aquí.

 

Pues bien, Etiqueta Negra la fundó en 2002 un limeño (de Lima, Lima; no de Santa Rosa de Lima) llamado Julio Villanueva Chang, a quien muchos en el medio conocemos como í¢â‚¬Å“El chinoí¢â‚¬Â Chang. Este domingo (el 15 de febrero) llevamos en la revista una generosa entrevista con él. Más que entrevista, es una larga plática con la crónica, los cronistas y la ética como temas de conversación. Creo que en un país como el nuestro, y en una publicación como Séptimo Sentido, es necesario que gente que está en otras ligas nos mastiquen algunas cosas. Y Villanueva Chang está en ligas mayores cuando de periodismo narrativo se habla. Como dato curioso, él no es un periodista de formación. Su licenciatura la tiene en Educación.

 

Julio Villanueva Chang

A pesar de algunas excepciones muy puntuales, el periodismo narrativo salvadoreño está en pañales. Sin abandonar Latinoamérica, países como Argentina, Colombia, México y el propio Perú se han despegado en las últimas décadas del resto. Y prefiero remarcar que la afirmación que acabo de hacer se refiere exclusivamente del periodismo narrativo. En El Salvador (como en otros tantos países, no es que seamos los últimos de cola) el concepto mismo, eso del periodismo narrativo, se nos escapa a muchos. Es un debate complejo, pero choca de manera frontal con cuestiones tan básicas como el mal manejo del lenguaje que caracteriza a nuestro periodismo. Por eso creo que la plática con Villanueva Chang algo aportará a los periodistas y a los lectores a los que, en mayor o menor medida, les gustan las crónicas.

 

Como anticipo, les dejo con una colección de frases suyas que recopilé durante la fase de documentación. Las saqué de Internet, de entrevistas concedidas a otros medios y de algunos de sus ensayos. No pertenecen, aclaro, a la plática que publicaremos el domingo.

 

í¢â‚¬Å“Es obvio que no todas las noticias merecen ser narradas ni todos los reporteros pueden ser buenos narradores.í¢â‚¬Â

í¢â‚¬Å“Un cronista usa la entrevista como técnica para obtener información, y privilegia la observación social de los fenómenos, y cómo estos afectan la vida de cierta gente, desde un acontecimiento de masas hasta la intimidad de una subcultura.í¢â‚¬Â

í¢â‚¬Å“La entrevista como género siempre ha sido un acto teatral, y en la mayoría de las ocasiones no llega a ser una situación de conocimiento. Sólo una colección de declaraciones.í¢â‚¬Â

í¢â‚¬Å“Generalmente un editor es un administrador al que le interesa solo el número de palabras, las fotos y darte tres indicacionesí¢â‚¬Â¦ Es de algún modo una especie de aduaneroí¢â‚¬Â.

í¢â‚¬Å“Hay una minoría de publicaciones que evitan tratar a los lectores como clientes. No publican siempre lo que les piden, sino también lo que creen que deberían leer: historias de vida pública y privada para ayudar a derribar prejuicios e ignorancias.í¢â‚¬Â

í¢â‚¬Å“Hay además un abismo invisible entre una í¢â‚¬Ëœhistoria bien escritaí¢â‚¬â„¢, y una í¢â‚¬Ëœbuena historiaí¢â‚¬â„¢. La primera puede serlo por haber sido escrita con claridad, gracia y sensualidad. La segunda, en cambio, debe tener el mérito de descubrir todo un mundo ignorado y ni siquiera necesita estar tan bien escrita para ser digna.í¢â‚¬Â

 

¿Y usted, qué opinión tiene del periodismo narrativo o de la crónica?

 

06 Feb 2009 Blanco y negro
 |  Categoría: Inquietudes de lectores  | Tags: , ,  | 8 comentarios

¿Se puede ser al mismo tiempo blanco y negro? ¿Azúcar y sal? ¿David y Goliat? ¿Macho y hembra? ¿Arenero y efemelenista? ¿Se puede ser al mismo tiempo Coyote y Correcaminos?

 

Pues parece ser que sí. Y me explico.

Séptimo Sentido es una revista joven, atrevida, innovadora, que arrastra aún males del periodismo nacional, con yerros notables y también con algúnqueotro acierto. ¿No? Es una revista, la misma desde Ahuachapán hasta La Unión, la misma se lea el domingo o se guarde hasta el martes. La misma.

Si eso es así, ¿por qué llegan todas las semanas correos de lectores que parecen haber leído dos cosas totalmente distintas? ¿Se puede ser al mismo tiempo blanco y negro?

 

Vean, lean, lo que nos ha llegado. De la misma revista se hicieron estas lecturas. Blanco y negro.

 

Rudy Flores nos dijo:

í¢â‚¬Å“Quiero felicitarles por crear un somnífero tan efectivo como lo es su revista. Sin ánimo de ofender, me parece una revista sosa y carente de contenido interesante. Realmente es un desperdicio de recursos. Me pregunto ¿No hay creatividad para captar la atención de los lectores que están cansados de más de lo mismo?í¢â‚¬Â

 

Y Katherine Mancía  nos dijo:

í¢â‚¬Å“A Séptimo Sentido, felicitarlos. Es una excelente revista. La leo cada domingo y lo que más me gusta es que tratan de que sea objetiva y no partidista, y eso provoca que se vea con seriedad, como tiene que ser. Sigan así, y se ganarán el respeto de todos, aquí y en el extranjero. Necesitamos periodismo profesional, sin manipulaciones y que nos dé criterio y perspectiva.í¢â‚¬Â

 

¿Se puede ser al mismo tiempo blanco y negro?

03 Feb 2009 Los detalles

 

Martín Caparrós

Lo hizo el gran maestro en 1958. Gabriel García Márquez, cronista por antonomasia, no tuvo reparos en inventar un personaje para su crónica í¢â‚¬Å“Caracas sin aguaí¢â‚¬Â. Ante un hecho inapelable como la ausencia de agua en la capital venezolana durante varios días, Gabo cedió a la tentación de contarlo a través de un personaje ficticio: el científico alemán Samuel Burkart. A fin de cuentas, debió pensar el maestro, ¿quién mejor que un científico y además alemán para encarnar la generalizada sensación de indignación y rechazo ante la ausencia de agua potable? ¿Merece la pena inventar los detalles para lograr que el mensaje de fondo sea más contundente?

 

Pues bien, eso que hizo el gran maestro (al menos una vez) en 1958, sigue siendo motivo de acalorados debates entre las generaciones de cronistas que hoy rellenan las mejores revistas que trabajan el género. El pasado 29 de enero, jueves, asistí en Cartagena (Colombia) a un conversatorio sobre la crónica en el imponente Teatro Heredia, uno de los motores de la vida cultural en la ciudad caribeña. Moderados por Daniel Samper, director de la revista Soho, alrededor de dos mesitas estaban tres cotizados cronistas í¢â‚¬â€œMartín Caparrós, Juan Villoro y Alberto Salcedoí¢â‚¬â€œ y un cuarto llamado Fabrizio Mejía Madrid.

 

Juan Villoro

Toda la plática resultó fascinante. Pero el punto que quiero traer a este blog es que Caparrós y Villoro defendieron la modificación de los detalles en sus crónicas para ganar contundencia, y que eso no debe de ser motivo de escándalo. Tuve la oportunidad de hablar con otros respetados y prolíficos cronistas en las horas y días siguientes, y obtuve por respuesta dos ideas: una, que no hay que escandalizarse por esa aseveración, que el periodismo comete mayores pecados que modificar un color intrascendente para darle, por ejemplo, brillo a una escena; y dos, que hay crónicas y crónicas, que las hay más literarias y las hay más informativas.

 

Mi opinión en este debate, si les interesa, es que un cronista no debería de inventar ni modificar nada, nada, absolutamente nada. Ni colores ni sensaciones ni aromas, nada. Ni aunque lo hayan hecho Gabo o Caparrós. Nada. Nunca.

 

¿Tiene usted alguna opinión sobre este asunto?