EN UN RINCON DEL ALMA

 

Jorge Dalton es uno de esos seres, muy raros por cierto, que irradian luz. Y no por cineasta, escritor, poeta e hijo de poeta (del mejor y del más querido) o por rockero y menos por deportista. Simplemente irradia luz por el simple hecho de su condición de ser humano solidario, sincero y compasivo. Por existir.

 

De creer en los renacimientos budistas, uno diría que Jorge refleja las muchas vidas anteriores, en las que quizá fue un grumete aventurero a bordo de un barco lanzado a la aventura con un capitán como Juan Sebastián Elcano, o un bardo que conquistaba doncellas con poemas tras vencer dragones cabalgando unicornios azules o mártir misionero que tuvo como país el mundo entero.

 

La luz que irradia Jorge no viene solo de su palabra , de su compañía amena y jodedora, como sin duda lo fue un día la de Roque, su padre asesinado, sino también por lo que hace. Y una de las cosas que mejor hace es cine. Vi su documental “En un Rincón del Alma”, que es como un canto de amor a la Cuba que casi todos los jóvenes de los años sesentas y setentas idealizamos y amamos pero que ya no pudo ser.

 

Es un documental extraño, estremecedor y austero. Allí nada está puesto como adorno. No hay utilería, ni trampa ni cartón. Es nada más Jorge Dalton con la cámara fija en el rostro de Eliseo Alberto de Diego García Marruz, cubanísimo como el propio Dalton quien resulta que es también es salvadoreñísimo, conversando sobre ese trozo de tierra tan llenito de historia, para bien y para mal, hay que decirlo, que se llama Cuba y que ambos llevan tatuada en el alma.

 

La voz de Jorge no se escucha. No es necesario porque uno la adivina en las respuestas de su gran amigo, del alma (aquí la palabra alma debe sonar muchas veces como en bolero del caribe). Las respuestas de Lichi como le decían sus amigos al poeta, cineasta, periodista y ajedrecista entre otras cosas, en un rinconcito de su casa del exilio allá en la ciudad de México, se producen entre sofocos de humo de cigarro y de nostalgia.

 

Habla Lichi de esa Cuba que algunos amamos y que todos perdimos, incluso aquellos que más la odiaron en la trepidante etapa de la crisis de los misiles, de bahía de Cochinos, de Camilo y del Che, de la Nueva Trova, de la Gran Zafra, de las grandes hazañas deportivas en fin, de cuando Fidel alto y más alto todavía, joven de mirada de fuego y porte altivo le tocaba los huevos al tigre.

 

Y Lichi con voz pronunciada a un altísimo costo por el tabaquismo y la muerte que lo rondaba, pero con artes de narrativa testimonial única en la que cada palabra es como una flecha de Historia lanzada por un arco de anécdotas y casi lágrimas.

 

Y nos cuenta. Nos cuenta en el documental, que uno se olvida que es documental y se imagina uno mismo sentado frente a Lichi, esa es la magia de Jorge, oyendo relatos de monstruos queridos como Lezama Lima, ese portento de la literatura universal, y de Carpentier, de su propio padre Eliseo Dieto y de María Josefina, su hermana.

 

El documental lleva de fondo imágenes de la Habana, que incluso los que nunca estuvimos allí la conocemos de memoria y, como no, la música, esa música tan caribe que nace siempre en un Rincón del Alma. Uno no puede dejar ni siquiera un minuto para ir al baño este documental, que sin ser un trhiller o una película de aventuras te mantiene pegado a la silla para escuchar y ver lo que fue y lo que ha sido de Cuba, esa Cuba que fue envejeciendo con Fidel.

 

Esa Cuba de tambores y guaracha que dejó de ser imagen viva niños pioneros, de barbudos irreverentes y de un pueblo que soñaba, la Cuba de Fidel, pues; para convertirse en la vieja imagen color sepia, como las de la revista Bohemia, con olor a grajo, inmóvil y borrosa; en la Cuba de Castro. Duele eso.

 

No se equivoque nadie. El documental no es un “ataque desde la derecha”. Es más bien un sentido reclamo desde la izquierda más idealista de dos cubanos, que ven con tristeza, como quien ve desde el malecón de la Habana que esa gigantesca ola que fue la revolución Cubana, luego de golpear piedras y muros se regresa cada vez más pequeña y menos ola y sola al océano que siempre está allí. Gracias Jorge por esa obra de arte.

2 opiniones en “EN UN RINCON DEL ALMA”

  1. Buenisimo….que vetmos analogia a algyien que se ha ganado ese respeto, como pensador, cineasta y porque no, como alguien que. Intinuo con el trabajo de su padre…
    Gracias Marvin…

  2. Buenisimo….que hermosa analogia a alguien que se ha ganado ese respeto, como pensador, cineasta y porque no, como alguien que continuo con el trabajo de su padre…
    Gracias Marvin…

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