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Serenidad, descanso, placer y belleza es lo que ofrece este hermoso lugar al turista que desea visitar, la tierra vicentina, es que se encuentra tan cerca y eventualmente pasamos por alto este hermoso lugar, que nos permite interactuar con la naturaleza.

Apastepeque; tiene dos ambientes para los visitantes: el rústico y “autóctono” (sin más comodidades que las que da la naturaleza). Allí la gente puede preparar alimentos a la intemperie, como en los viejos tiempos u optar por comprar un almuerzo lsito para degustar en los restaurantes cercanos. En el lugar, puede disfrutar de cabañas, hamacas, mesas, piscina, comida y todo el bienestar de un centro recreativo. Todo depende de las intenciones del visitante. En definitiva, la Laguna de Apastepeque ofrece al turista serenidad, descanso, placer y aire fresco. Ideal para olvidar la asfixiante cotidianeidad de la ciudad. Aquí nada parece quitar la paz ni la tranquilidad… la gente vive su existencia alejada del bullicio, la violencia y el tiempo acelerado. Cualidades típicas de las urbes. Los pocos pobladores de la zona duermen arrullados por un silencio conmovedor que sólo lo interrumpen el croar de las ranas y el canto de los grillos.

Como principal atractivo, el parque recreativo tiene un muelle flotante que se adentra en la laguna, desde donde los turistas pueden recibir el aire fresco y disfrutar de un paisaje agradable; además de una piscina familiar, hermosos jardines, un restaurante con mirador y áreas de picnic. En las riberas los visitantes también pueden degustar la pesca de los laboriosos artesanos de la zona. Ésta laguna proviene de la cuenca del Rio Lempa. Y es de origen volcánico con una superficie de 0.59 Km2 y una profundidad máxima de 35 metros.

Venga y conozca este inolvidable lugar. Donde las mágicas y misteriosas aguas de la Laguna de Apastepeque, le estarán esperando.

Fotos cortesía de: Shamvilla