Cartel de una de las razas descubiertas por la campaña de Territorio de Zaguates.

No, no te has equivocado. Este es un blog que por lo general habla sobre el placer de la lectura, pero es que resulta que me he topado con dos noticias en el mismo día que muestran las dos caras de la moneda sobre los perros aguacateros, esos perros sin raza definida que vagabundean por las calles.

Primero la mala noticia. La leí en el periódico El País y habla sobre una investigación que realizó una ong, Igualdad Animal,  en China, donde descubrió una mafia que comercia con la carne de los perros y gatos. Los animales son maltratados hasta el extremo y en algunos casos llegan a robar animales que tienen dueño como lo puedes ver en el enlace  http://sociedad.elpais.com/sociedad/2013/09/08/actualidad/1378667079_627259.html

Tengo dos perros y está claro que una de las razones por las que la noticia me llamó la atención fue por el hecho de ser dueña de un par. Pero con o sin perros, no puedo dejar de pensar que algo debe andar muy mal dentro de nosotros si como seres humanos somos capaces de maltratar animales y destruir la naturaleza sin que nos provoque el más mínimo remordimiento.

Vamos ahora a la buena noticia. Se trata de una campaña publicitaria (muy buena, por cierto) que hicieron en Costa Rica sobre un refugio para animales de la calle llamado Territorio de Zaguates http://territoriodezaguates.wix.com/cr

El objetivo era motivar a las personas para que adoptaran un perro aguacatero y en lugar de recurrir al argumento de la lástima lo que hicieron fue algo que se nos pasaba por obvio: descubrir que en realidad cada perro aguacatero es un perro único y así, con la asistencia de expertos empezaron a bautizar a cada uno según su mezcla. El resultado es bastante simpático: Alaskan Collie Pelucherrier, Bordercocker Cola de Fuego, Dobernauzer Alemán Rabigordo, Pasterrier Escocés Cola de Conejo y Dalmapointer Australiano Ojinegro, por mencionar algunos. Puedes ver el vídeo en http://vimeo.com/68726839

Claro, fue un éxito. Porque ¿quién no quiere tener algo único?

Pero, ¿saben qué? Es que siempre lo hemos tenido y no me refiero solo a los perros. Cada animal, cada árbol y (para colmo de la ceguera) cada uno de nosotros es único e irrepetible. Quizá se nos olvida por obvio, pero así es.

Podemos parecer un poco aguacateros cuando nos levantamos por la mañana e incluso, pasaremos por etapas en la vida que se nos sale lo chucho, pero aun con eso seguimos siendo únicos. No hay dos personas exactamente idénticas, con el mismo carácter, talento, gustos e historia personal.

¿Y qué tiene que ver con la lectura? Pues en que todo empezó porque ya que estamos en septiembre, mes patrio y todo eso comencé  a recordar el  inolvidable libro de Alberto Rivas Bonilla, Andanzas y malandanzas y su aguacatero protagonista Nerón.