Con determinada determinación

 

 

Qué Jennifer López ni qué Lady Gaga. A mí -en pleno siglo XXI- la que se gana mi admiración es santa Teresa de Jesús, que de todas maneras no importaría si estuviera viva y que fuera de esas mujeres genios porque el mundo igual  la ignoraría. ¿Quién va a escuchar a una monja, carmelita y que encima es de clausura?

En fin, que no es por ir en contra de la corriente (o quizá sí), que santa Teresa para mí que tiene mucho que decir, pero ahora te lo explico.

Puesiesque estaba yo, revisando mis propósitos de año no tan nuevo en pleno octubre. Casi eran los mismos del año pasado sólo que con otras palabras y bueno, trataba de ser más concreta para esta vez llegar a algo y no quedarme con las ganas (y pasar del papel a los hechos).

Mis propósitos suelen ser bien bonitos, con chonga y todo, de esos propósitos que ya desearías que cualquier gobierno los elaborara porque te dejan lista para volar por unas nubes bien altas.

Pero había algo que fallaba, un ruido, una picazón. Veía los propósitos y era como si me gritaran: “Ya ves, yo te lo dije, si sólo sos del diente al labio… ¡No hiciste nada de lo que habías dicho!!”. ¡Uy! Pero sí, esa vocecita fastidiosa tenía razón.

¿Entonces, qué hacer? ¿Romperlos? ¿Inventar otros o disfrazar a los anteriores y esta vez sí tratar de cumplirlos? ¿Qué pasó? ¿Por qué se murió la pasión? Por desgracia no es la primera vez que pasa.

En la búsqueda de novedad me invento aventuras, pasatiempos y aficiones. Con el deseo de mantener el fuego encendido me digo hoy voy a hacer esto, ahora quiero probar aquello y al final resulta que no voy para ningún lado.

¿Y santa Teresa? Ya voy, ya voy. Pues santa Teresa es la que acuñó esa frase de la determinada determinación en su libro Camino de Perfección. Ella se refería a la oración, decía que hay que entrarle con ganas, ser firmes, como soldado en batalla, sin que me importe si la oración sale toda flaquita y grisácea. Y es que la determinada determinación es una actitud ante la vida.

Ahora ya entendí en que fallo. Yo no le entro del todo a mis propósitos con una determinada determinación. Si viene el lobo feroz y empieza a soplar mi casita me asusto y me pongo a llorar, y si la loca de la casa (que es la imaginación y compañía) comienza a decirme que no, Telena, no vas a poder, no te va a salir bien, etc, etc, pues termino por desistir, me acobardo con el primer obstáculo y me quedo donde estaba. Está claro que donde manda el miedo no puede estar el amor.

Y es que si no estoy convencida de lo que quiero, si no amo o me enamoro de esa meta, de ese ideal, de la vida pronto estaré frita. Al fin comprendí que si no te entregas a algo, sea cual sea tu sueño o tu propósito que es mejor no entregarse para nada porque no existen entregas a medias (eso se llama mediocridad).

¿Quieres ser feliz? Éntrale con determinada determinación, sin dudar, sin voltear hacia atrás y entrégate completamente aun cuando tengas miedo (y confía muchísimo en Dios). Así, si te propones ser un poco mejor que ayer, pues adelante. ¿Qué te puedes equivocar? Seguramente. No una sino muchas veces, pero hasta la cantante Alanis Morrisette cae en la cuenta cuando dice: “you cry, you learn; you laugh, you learn”. Dentro de cualquier circunstancia, por terrible que sea, puedes escoger el aprender algo de ella (o no). Depende de ti.

Ya ves, somos criaturas en cambio constante, con la capacidad de llegar a ser esas personas plenas y felices, de esas con las que soñamos ser desde siempre.

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Un comentario para “Con determinada determinación”

  1. Alexander dice:

    Buenisimos input de entusiasmo para no quedarnos en la mediocridad, gracias Marta Elena, de verdad que disfrute y de alguna forma lograste animarme a ser mas y mas determinate… digo, la plenitud y felicidad son valores siempre mas dificiles de alcanzar.

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