PAZ EN LA TORMENTA. Cicloturismo en invierno

Siendo nuestro país tropical, a diferencia de otras regiones, no tenemos tan marcadas las cuatro estaciones climáticas y parece como que solamente tuviéramos dos: invierno y verano. Pedalear en verano, en los meses de noviembre hasta abril, es la  temporada más hermosa, sobre todo en los meses de fin de año, ya que son días soleados, con brisa fresca y cielos azules. Los meses de febrero, marzo y abril son los más calurosos y secos, pero de igual forma se disfrutan.
De mayo a octubre, en el invierno, es la época del año en que llueve, y sí, llueve mucho. En esta temporada es cuando andar en bicicleta se complica un poco pero, si se le ve el lado amable, es muy divertido. Sin embargo, debemos tomar algunas consideraciones para salir a pedalear bajo la lluvia. Muchas veces en estos días de invierno nos podemos levantar y amanece soleado, con cielos despejados, y decimos: «qué lindo, saldré a andar en bicicleta». Programamos nuestra ruta y un par de horas después el cielo se vuelve nublado y comienza a llover. Tenemos dos opciones: continuar pedaleando o guarecernos en algún lugar a que pase la lluvia. Esta última opción ya la he hecho un par de veces, y como puedes esperar un par de minutos a que pase el agua, puedes quedarte atrapado sin hacer nada por varias horas hasta que pase la tormenta.
Si eres de los que no tienen paciencia para esperar, como yo, tengo algunas recomendaciones para pedalear bajo la lluvia. Ojo, estamos hablando de lluvias moderadas, regularmente se le conocen como chubascos, ya que hay tormentas torrenciales que es mejor ni moverse de donde estamos y ver nada más caer ese diluvio del cielo. Siempre debemos de tomar precauciones y usar el sentido común antes de continuar el camino.

Antes de salir en invierno debemos de tener en cuenta algunos detalles para guardar nuestra seguridad y la de los automovilistas:

Existen en el mercado una gran variedad de luces delanteras y traseras. En la medida de lo posible hay que buscar aquellas que tienen protección contra el agua.

1. Visibilidad y seguridad. Bajo la lluvia debemos hacernos el doble de visibles que en tiempos de clima normal. El uso de luces traseras y delantera, casco y chaleco fluorescente o ropa con tonos llamativos o con colores neón son algo básico bajo la lluvia; el uso del casco y lentes son importantes también. Tomemos en cuenta que las calles están mojadas y lisas, y que a algunos conductores se les empañan los vidrios. En fin, tantas cosas que pueden suceder que debemos andar el doble o triple de atentos en las calles.

Los ponchos plásticos son muy buenos para andar en bicicleta ya que protegen de la lluvia y dejan circular el aire.

2- Mantenernos secos (si es que se puede). Esto es relativo, ya que bajo la lluvia difícilmente estaremos secos por completo.  El equipamiento ideal debería ser un impermeable que sea cómodo y ventilado. Una de las partes del cuerpo que debemos mantener secas o por los menos no empapada es el pecho. Debido al ejercicio físico nuestro cuerpo y pulmones están trabajando al máximo y están calientes, si los exponemos a un cambio brusco de temperatura, como lo es el agua helada de lluvia, este dramático cambio puede hacer que se nos descompense la temperatura corporal y sufrir enfermedades respiratorias e incluso una vasoconstricción, que también es peligrosa.
Los ponchos pueden ser una buena alternativa para mantener seco el pecho y ventilado el cuerpo. Si tienes pantalones impermeables para la lluvia y botas o cubrecalzado, te podrán mantener seco sobre todo del agua que salpica desde los neumáticos de tu bicicleta. Existen unas chumpas especiales con zippers laterales que sirven para que circule el aire y no comenzar a sudar como si estuviéramos dentro de un sauna.
Si tu poncho o chumpa tiene gorro, procura en lo posible no utilizarlo, ya que puede cubrir tus oídos y necesitas ser capaz de escuchar el tráfico para mantenerte seguro.  Una forma barata de cómo mantener nuestra cabeza y casco secos es conseguir uno de esos gorros plásticos que ocupan las mujeres para no mojarse el cabello en la ducha. Sí, yo sé, no son muy estéticos, pero debido a que estos gorros tienen elásticos son ideales para cubrir el casco y evitar que nos mojemos la cabeza y el casco, y mantener así nuestro oídos siempre atentos al tráfico.
Si cargas alforjas o maletas para bicicletas y estas no son a prueba de agua, puedes colocar tus pertenencias de valor en una bolsa plástica o una maleta impermeable. En todo caso, una bolsa plástica puede hacer una gran diferencia a la hora de mantener todo seco.
Otro detalle que no debemos pasar por alto es la hidratación, ya que a pesar de no tener sed o sentir que el clima está fresco, nuestro cuerpo está sudando. Bajo la lluvia y el clima fresco es importante mantenernos hidratados.

En la lluvia hay que hacerse visibles. El uso de ropa brillante o de colores fluorescentes nos hacen visibles desde larga distancia.

3- Lubricación. Luego de pedalear bajo la lluvia, el agua puede hacer que el aceite en nuestra cadena y ejes se hayan lavado, por lo que es importante lubricarlos después de pasada la lluvia. Luego del recorrido tomemos un tiempo para limpiar el agua y la suciedad de las llantas de bicicleta, sobre todo de la parte de los rines donde frenamos, esto asegura que los frenos responderán adecuadamente. También limpiemos el agua de la cadena y, posteriormente, coloquemos un poco de lubricante, esto evita que el óxido se acumule en la cadena, extendiendo su vida útil.

4- Loderas. Creo que en cicloturismo, y en ciclismo en general, las loderas son importantes no solo para proteger nuestra espalda del lodo y el agua, sino también de otras cosas que se ven tiradas en las carreteras. Si ya tienes un par de kilómetros recorridos sabrás a lo que me refiero, y nadie quiere estar limpiando cosas desagradables de la espalda.

5- La teoría del charco. Esta teoría es muy sencilla, y es que los charcos se producen debido a una depresión en el terreno. Qué tan profundo es este agujero en el terreno es algo que nadie sabe. Por tanto, se aplica esta teoría que se formula en que la cantidad de agua en un charco es igual o mayor a la profundidad de este.  Pero ¿cómo saber esto? Bueno, es imposible desde la bicicleta, a menos que te bajes y con una vara logres medir qué tan profundo es y luego, con esta certeza, lo cruces.
Entonces, lo que nos dice esta teoría es que evitemos dejar a la suerte o al instinto cruzar un charco. Lo que tenemos que hacer al ver un charco es, primero, bajar la velocidad; segundo, identificar si puedes pasar por los laterales, observa si no hay lodo que pueda hacerlo resbaloso y, tercero, cruza lentamente.

6. Tipos de frenos. Un detalle importante que debemos tomar en consideración en el invierno es el tipo de frenos de nuestra bicicleta. Dependiendo de qué tipo sean así será la respuesta de frenado que obtendremos. Si son de disco, no tendrás muchos problemas, aunque no te confíes. Pero si son al aro, debemos bajar un poco la velocidad e ir frenando más lentamente de lo normal. Sobre todo, anticiparnos al momento de frenado.
7. Superficies. Las llantas de las bicicletas tienen una superficie de contacto con el suelo menor a las de una moto o un carro; por tanto, debemos tomar en cuenta el material de la superficie donde circulemos. Por ejemplo, superficies de metal, pintadas o de ladrillo liso que se ubican en la carretera pueden volverse muy resbaladizas durante y después de la lluvia. Esto significa tener cuidado con las vías del tren, las cubiertas de las tapaderas de tragantes y aguas lluvias e incluso con las superficies pintadas de las señales de tránsito en la carretera. Cuando cruces sobre ellas mantén tu manillar derecho, no girando, para evitar un resbalón.

CONCLUSIÓN: No te preocupes si terminas un poco o muy mojado, no dejes que la lluvia te impida divertirte en tu bicicleta. La mayoría de los seres humanos somos resistentes al agua y superamos este obstáculo perfectamente. Cada uno tiene su propia rutina y preferencias, así que siéntete libre de experimentar y ver qué funciona mejor para ti en esos días de lluvia, pero no dejes de pedalear.

 

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