Washington, DC.
Histórica Victoria Electoral De Nayib Bukele En El Salvador Escrito por José Manuel Ortiz Benítez
Por José Manuel Ortiz Benítez
“No me interesa ser presidente de un país tercermundista” dijo Nayib Bukele a la Diáspora salvadoreña en Noviembre de 2017 en el hotel Hilton de la Connecticut Avenue en Washington, DC. La frase no nos gustó, pero era la verdad, por lo menos la parte de “tercermundista”. La verdad como que duele más en la distancia.
Lo que realmente me interesa es destruir el “sistema” de hacer política en El Salvador y que ser salvadoreño no sea una “vergüenza”, sino un “orgullo”, dijo Bukele vestido en su típico traje oscuro, pelo engominado hacia atrás, camisa blanca y zapatos de charol, como modelo de Dolce and Gabbana.
“Aquí los salvadoreños en el exterior siempre les hemos valido madre” me dijo un doctor de visita de Nueva York, al mismo tiempo que Nayib Bukele pedía solemnemente en ese hotel, que no lo dejaran “solo”, que lo acompañaran en su lucha a muerte para destruir el sistema político salvadoreño, monopolizado por ARENA y el FMLN.
“ARENA 1.0” y el FMLN, alias “ARENA 2.0”, han llevado a El Salvador al borde del barranco, le toca a esta generación y a esta Diáspora dar un paso al frente y salir a luchar para evitar el colapso, dijo Bukele en tono crudo y seco.
Ahí empezó la aventura, ahí en esa esquina de Washington, el movimiento tomó fuerza como un huracán descontrolado, llevándose por delante cualquier obstáculo en su paso.
Nada fue capaz de detener el avispero, ni siquiera ciertas fuerzas internas que al final se retractaron del Movimiento y que quisieron detenerlo a base de acusaciones, prebendas y proyecciones mediáticas pagadas por algunos enemigos del Movimiento.
En El Salvador la maquinaria ARENA/FMLN hizo todo lo que pudo para debilitar el vendaval destructor salido de Washington: apuñalaron “administrativamente” a Nuevas Ideas, degollaron de forma exprés a Cambio Democrático y después demonizaron el acuerdo de Nayib Bukele y el partido GANA, la última ventana abierta que quedaba para que Nayib Bukele entrara a la Presidencia.
Nayib Bukele, el Califa, como le dicen algunos peyorativamente, nunca se debilitó, al revés, las trabas burocráticas del estado y las instituciones públicas, contraladas por ARENA y el FMLN, sólo le ayudaron a acaparar más fuerza, la fuerza de otros rincones de la Diáspora, de los jóvenes, de los indecisos, de los olvidados, de toda la gente que estaba harta y asqueada de tanta incompetencia y corrupción de los gobiernos de ARENA y el FMLN.
El 3 de Febrero de 2019, el golpe del huracán llegó y magulló a los tres poderes enquistados en la sociedad salvadoreña: 1) El FMLN 2) ARENA 3) Los Medios de Comunicación
Nayib Bukele y su Movimiento Nuevas Ideas han dado una dura lección a los tres poderes responsables de la creación de El Salvador que tenemos hoy, un país bello, de gente alegre, humilde, trabajadora, mal gestionado políticamente y sumido en el caos, la inseguridad, la extorsión y la corrupción.
Ahora le toca a Nayib Bukele demostrar que no quería ser presidente de un país carnívoro “tercermundista”, sino de un país más humano, del que uno no sienta pena, ni vergüenza, sino orgullo y sentido de pertenencia.
Cómo lo va demostrar?
No lo logrará únicamente escribiendo sendos programas de gobierno y creando nuevas instituciones. Lo logrará rodeándose de la mejor gente posible, gente competente, honesta, gente cabal que esté dispuesta a luchar por las pequeñas personas de El Salvador.
José Manuel Ortiz Benítez es columnista salvadoreño en la ciudad de Washington, DC. @jjmmortiz
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