RUTA PANORÁMICA | Parte IV: La técnica del burro

Con nuestro cuarto día de pedaleada concluimos el tour Ruta Panorámica. Para tal efecto debemos recorrer los 35 km que hay entre Cojutepeque y el Kilómetro Cero en San Salvador. La ruta en apariencia no es tan complicada, con algunas cuestas en el camino que no representaban mucho esfuerzo. Bueno, solo una, que es la del redondel Integración, pero de ahí sería una pedaleada tranquila y pintoresca.

Cerca de Santa Cruz Michapa se puede ver a los campesinos trabajando en sus milpas desde muy temprano.

La carretera Panamericana posee un tráfico muy pesado, y aunque es una autopista de cuatro carriles con hombros, en muchos kilómetros estos están demasiado deteriorados como para desplazarse en bicicleta, por lo que hay que subir a la carretera y esto hay que hacerlo con mucho cuidado, ya que los vehículos circulan a alta velocidad y hay mucho tráfico de autobuses y tráileres. Es hasta después de San Martín que la carretera se vuelve más transitable en bicicleta porque los hombros están en mejor estado.
El recorrido es muy bonito con muchos paisajes de campiña, sobre todo en las zonas de Santa Cruz Michapa y en el valle  donde se encuentran San Pedro y San Bartolomé Perulapía. Son esos lugares llenos de verdes árboles en los cuales se puede observar que el azul del cielo y el verde del bosque se funden en el horizonte.

La agricultura y la ganadería son los rubros productivos de la zona.

La espesura de los bosques en estos cantones y caseríos se debe a que están rodeados de numerosos ríos, de ahí que hay mucha siembra de maíz y frijol, pero una de sus principales fuentes de ingreso es la ganadería. A la orilla de la carretera se puede observar al ganado pastando o a los ganaderos llevando vacas a lugares de pastoreo.

La gente es muy amable, saluda con una sonrisa en el rostro y hay quienes hasta se levantan el sombrero.

Nuestra salida de Cojutepeque fue a primera hora de la mañana, cuando todas las personas salen de sus casas hacia el trabajo y la escuela. Pudimos ver las paradas de autobuses con mucha gente esperando ir hasta San Salvador a trabajar. La gente aquí es muy amable y siempre saluda con una sonrisa en el rostro. Todavía se pueden encontrar hombres que levantan el sombrero para saludar al forastero.

Por la «Carretera de Oro»

El mercado de San Martín es un lugar lleno de mucha actividad.

Al llegar a San Martín hay que salirse de la carretera Panamericana y cruzar esta activa ciudad por una calle paralela que transita junto al mercado. Hay mucha actividad desde temprano con ventas de verduras, comida y muchas otras cosas. Numerosas personas vienen a este lugar para comprar las verduras más frescas por la mañana.
Luego de llegar al paso a desnivel de San Martín se entra a la «carretera de Oro», cuyo nombre correcto es carretera Panamericana Este-Oeste, la cual es una vía de tránsito rápido de 10.5 km que recorre el norte de la ciudad de San Salvador y fue construida con el objeto de descongestionar la ciudad desviando el tráfico que circulaba del poniente a oriente del país y viceversa, y que no necesariamente debía de recorrer el centro de la ciudad.

La carretera Panamericana es una vía de cuatro carriles con hombros. Muchos tramos están intransitables en bicicleta.

Esta autopista era parte de un proyecto denominado «carretera San Salvador-San Miguel», y el tramo 1 iniciaba desde Soyapango y terminaba en San Martín. Sus trabajos de construcción iniciaron el 9 de septiembre de 1985 y se suspendieron en 1989 debido a que se descubrieron actos de corrupción en la adjudicación de su licitación. A partir de esa fecha se mantuvo cerrada por casi siete años, siendo habilitada parcialmente hasta finales de 1996. Ahora la carretera de Oro es una autopista de cuatro carriles con hombros, en los cuales solo 5.5 km son de concreto; el resto es de asfalto hasta el paso a desnivel de Apopa.

Parque Eco-Ventura

Sobre el km 14.5 de la carretera de Oro, en el cantón Las Cañas, encontramos un lugar muy interesante: el Parque Eco-Ventura. Este no es un parque recreativo extremo, sino educativo y de formación de liderazgo. Está basado en la educación experiencial, que es una filosofía de educación que describe un proceso en el cual el facilitador ayuda a los participantes a tener una experiencia directa y de reflexión enfocada a incrementar el conocimiento, desarrollar habilidades, esclarecer valores y desarrollar la capacidad para contribuir al liderazgo y a las buenas relaciones en equipo.

El Parque Eco-ventura está basado en la educación experiencial y está dirigido a empresas y familias.

Fue inaugurado en septiembre de 2016 por la Fundación para la Educación Experiencial Pablo Tesak y tiene como objetivo ser un parque en el que se aprende con la filosofía de la educación experiencial y brindar cursos a jóvenes de comunidades vulnerables, otras organizaciones, familias y empresas. El lugar está lleno de juegos extremos que pretenden que los participantes venzan retos e interactúen basados en metas.
Don Pablo Tesak, el fundador de este parque y de muchas obras benéficas en El Salvador, era de origen Checoslovaco. Emigró a El Salvador en 1951 y se enamoró de esta hermosa tierra, convirtiéndose en un exitoso empresario pero con mucha generosidad para el pueblo que le dio un hogar. En sus empresas siempre se preocupó por el bienestar de sus empleados y las familias de estos, creando excelentes prestaciones sociales, adicionales a las de la ley. Además, invirtió su tiempo y recursos apoyando a organizaciones de desarrollo y asistencia social.  Don Pablo Tesak falleció por causas naturales a los 88 años en agosto de 2009, pero su legado todavía está presente hasta nuestro días. 

La técnica del burro

Los mojones de los kilómetros en la carretera nos anuncian el final de este tour.
La sombra de un árbol y un pedazo de sandía son el mejor descanso para la última subida del recorrido.

Ya al final de nuestro recorrido llegamos al redondel Integración, donde nos detuvimos a comer un pedazo de sandía y a tomar aire para la conocida «cuesta de la gloria», que en realidad es la prolongación del bulevar Constitución. Esta es una pendiente de 3.3 km a la que hay que ponerle mucha paciencia para subirla. Aquí utilizamos «la técnica del burro».
Cuenta la historia que cuando los exploradores salían utilizaban burros para llevar sus equipos. Cuando se acercaban a montes o cerros observaban que los burros, cargados con mucho peso, zigzagueaban en las pendientes, esto hacía de alguna forma que no se cansaran tan rápido en la subida.
Esta técnica la utilizamos en ciclismo cuando nos enfrentamos a una cuesta y vamos con nuestra bicicleta cargada. He calculado que, con todo el equipo, llevo unas 40 lb de peso extra, esto pone a prueba las piernas y las resistencia; por eso, al igual que los burros, zigzagueamos en las cuestas para no forzarnos mucho.
Con esta técnica hay que tener mucho cuidado, ya que hay que hacerla solo en carreteras que tengan hombros. En aquellas donde la carretera no lo permite y tenemos que ir en línea recta, nos recordaremos siempre de aquella frase de los ciclistas que dice: «El ciclista toca el cielo con la mente y quema sus piernas en el infierno».

Los finales no siempre son felices y requieren utilizar las piernas para poder vencer las pendientes del camino.

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