Un loable intento y esfuerzo de darle la oportunidad a equipos y aficiones de otros lugares de El Salvador para saborear medirse y ver a los grandes Águila, Alianza o FAS es lo que representa la Copa El Salvador para la mayoría de equipos participantes en ella. Cuadros de la Segunda o Tercera División del fútbol profesional han sido emparejados con equipos de la Primera División en una versión de Copa del Rey de España o EFL Cup de Inglaterra, donde los grandes como el Real Madrid, se mide a equipos como la Cultural Leonesa de la 2B (al que aplastó 1-7 recientemente por cierto).

Esta Copa y los primeros resultados han dejado al desnudo varias realidades, algunas ya conocidas, otras también pero que tendemos a olvidar, como por ejemplo:

La Organización: Se hacen intentos por realizar lo mejor posible, sin duda, pero queda expuesta cuando se espera a uno o dos días antes de la competencia para entregar recursos a equipos para desplazarse. ¿Sería posible entregar todo el recurso de un sólo para todos los partidos dado que ya hay un calendario?, o, ¿es necesario hacerlo juego  a juego?. Alguién dirá que esto no es tema de organización, sino de recurso, lo cierto es que los recursos son la base para organizar algo, sin ellos, poco se puede hacer. Por cierto… ¿Es necesario financiarle a los equipos su transporte, viáticos, comida, etc. para que jueguen un torneo?

Las Canchas: no mucha diferencia hay entre escenarios de Tercera División y algunos de Primera… Seguimos sufriendo que nuestros equipos, a parte de no tener escuelas integrales de fútbol, sigan sin tener instalaciones propias, sino que dependan de municipalidades o colaboraciones.

El nivel de los equipos: Evidente y a la luz de los resultados, diferencia de nivel puede que no haya mucha, aún y cuando algunos primera división usen reservas o bancas. En otras latitudes, aún los reservas o bancas marcan diferencias con goleadas, aquí, el nivel es muy parejo y poco puede diferenciar a algunos equipos de sus contrapartes en la Segunda y Tercera.

De lo bueno rescatemos la intención de llevar a casi todo el país la fiesta del fútbol… pero aún esto, queda en evidencia, al ver las cantidades de aficionados que llegan a los estadios y las taquillas… ¿tan mal estamos?