La Selección de El Salvador nuevamente se encuentra a días de tomar parte de una nueva competencia internacional, en este caso, la máxima a nivel de CONCACAF, la Copa Oro. Lo hace en el inicio de una etapa con Eduardo Lara al frente como Seleccionador Mayor, quien desde finales del año pasado y luego de un criticado proceso, fuera designado al cargo.
Como siempre, cuando se habla de Selección Nacional, hay que diferenciar dos aspectos importantes y, aunque relacionados, diferentes uno del otro, el origen de nuestra decadencia futbolística, las causas, el problema de fondo en sí; y el otro, el tema actual, el próximo partido, como parar al equipo hoy, salir adelante en el tema “resultado” de la manera más decorosa, y sobre esto es sobre lo que quisiera compartir unas breves líneas.
La Copa Oro representa, como todo torneo internacional, una excelente oportunidad para comenzar de nuevo, para replantear, para tomar impulso, para encontrar “sensaciones”. Pocos dudan de la capacidad de Lara, su experiencia con juveniles –que deberá ser una baza para solventar el problema de fondo- y su calidad técnica. En tal sentido, esperemos que la Copa sirva para sentar la base del equipo que, reforzado en unos años de otros juveniles, sea el futuro de un proyecto que debe comenzar a apuntar a Qatar 2022.
El aporte de los legionarios deberá ser determinante pero no imprescindible, es decir, que estén y que jueguen los que ayuden, que capacidad y talento hay, afuera… y adentro.
Muchos quedamos poco satisfechos con lo mostrado por el equipo en el último amistoso, pero estoy seguro que hay capacidad para poder dar más, y estoy seguro que así será en Copa Oro. Esperemos ver la nómina definitiva y tendremos una mejor idea.
Ya conocemos la nómina de seleccionados y creo que la opinión es generalizada, no lograremos hacer nada bueno, estamos tremendamente limitados con respecto a los demás participantes, es triste, pero es la realidad.