Archivo por meses: enero 2012

Dios conoce tu corazón

Querido lector, centremos esta reflexión en la palabra de este domingo.
Evangelio según San Marcos 1,21-28.
Entraron en Cafarnaún, y cuando llegó el sábado, Jesús fue a la sinagoga y comenzó a enseñar.
Todos estaban asombrados de su enseñanza, porque les enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas.
Y había en la sinagoga un hombre poseído de un espíritu impuro, que comenzó a gritar:
“¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido para acabar con nosotros? Ya sé quién eres: el Santo de Dios”.
Pero Jesús lo increpó, diciendo: “Cállate y sal de este hombre”.
El espíritu impuro lo sacudió violentamente y, dando un gran alarido, salió de ese hombre.
Todos quedaron asombrados y se preguntaban unos a otros: “¿Qué es esto? ¡Enseña de una manera nueva, llena de autoridad; da órdenes a los espíritus impuros, y estos le obedecen!”.
Y su fama se extendió rápidamente por todas partes, en toda la región de Galilea.
Palabra del Señor, Gloria y Honor a ti Señor Jesús.
Una vez más Jesús nos confirma que es El Señor y que su poder no tiene límite.
Muchas veces, a causa de problemas que visitan nuestra casa, enfermedades y necesidades de diversa índole, nos alejamos del camino recto y ponemos nuestra mirada en cosas vanas como el dinero, ocultismo, esoterismo, etc. A causa de buscar aparentes soluciones, abrimos puertas al enemigo.
Yo no conozco tu situación, pero te aseguro que nuestro hermano Mayor sí sabe lo que hay en el fondo de nuestro corazón. Búscalo y obtendrás la liberación que tu alma necesita.

La red

Querido lector, en este domingo, El Señor por medio de su palabra nos hace una llamada directa y hermosa; de la cual no debemos hacer caso omiso. Leamos:
Evangelio según San Marcos 1,14-20.
Después que Juan fue arrestado, Jesús se dirigió a Galilea. Allí proclamaba la Buena Noticia de Dios, diciendo:
“El tiempo se ha cumplido: el Reino de Dios está cerca. Conviértanse y crean en la Buena Noticia”.
Mientras iba por la orilla del mar de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que echaban las redes en el agua, porque eran pescadores.
Jesús les dijo: “Síganme, y yo los haré pescadores de hombres”.
Inmediatamente, ellos dejaron sus redes y lo siguieron.
Y avanzando un poco, vio a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban también en su barca arreglando las redes. En seguida los llamó,
y ellos, dejando en la barca a su padre Zebedeo con los jornaleros, lo siguieron.
Palabra del Señor, gloria y honor a ti Señor Jesús.

Dejar las redes, para cada uno de nosotros ahora puede tornarse de una manera que podamos aplicarlo a nuestra actualidad. Nuestra red no es tan literal como la de Simón y los demás pescadores. Está hecha de nuestros afanes, trabajos, diversiones y, muchas veces, de ocupaciones que no traen nada productivo para nuestra vida espiritual, ni para la de nuestra sociedad.
Por lo anterior, es que ahora Jesús nos llama por el nombre de cada uno y nos invita a ser pescadores de hombres. Utilizar nuestra red para su obra y la extensión de su Reino. Podrás pensar: No puedo dejar mi trabajo por completo porque no tendré para darle de comer a mis hijos. El objetivo no es que dejes todo, más bien que todo lo que hagas tenga un objetivo trascendental, un enfoque bien definido.
Desde nuestra barca, convirtámonos en pescadores de hombres para la obra de Dios.
Atentamente,
Padre Martín.

Y Dios dijo

Comparto estas bellas frases que alimentarán tu alma. Lee lo que Dios te quiere decir.

• Si nadie te ama, mi alegría es amarte.
• Si lloras, estoy deseando consolarte.
• Si eres débil, te daré mi fuerza y mi alegría.
• Si nadie te necesita, yo te busco.
• Si eres inútil, yo no puedo prescindir de ti.
• Si estás vacío, mi ternura te colmará.
• Si tienes miedo, te llevo en mis brazos.
• Si quieres caminar, iré contigo.
• Si me llamas, vengo siempre.
• Si te pierdes, no duermo hasta encontrarte.
• Si estás cansado, soy tu descanso.
• Si pecas, soy tu perdón.
• Si me hablas, trátame de tú.
• Si me pides, soy don para ti.
• Si me necesitas, te digo: estoy aquí dentro de ti.
• Si te resistes, no quiero que hagas nada a la fuerza.
• Si estás a oscuras, soy lámpara para tus pasos.
• Si tienes hambre, soy pan de vida para ti.
• Si eres infiel, yo soy fiel contigo.
• Si quieres hablar, yo te escucho siempre.
• Si me miras, verás la verdad en tu corazón.
• Si estás en prisión, te voy a visitar y liberar.
• Si te marchas, no quiero que guardes las apariencias.
• Si piensas que soy tu rival, no quiero quedar por encima de ti.
• Si quieres ver mi rostro, mira una flor, una fuente un niño.
• Si estás excluido, yo soy afiliado.
• Si todos te olvidan, mis entrañas se estremecen recordándote.
• Si no tienes a nadie, me tienes a mi.
• Si eres silencio, mi palabra habitará en tu corazón.

Descubrir a Jesús

Meditemos el pasaje bíblico para este domingo 15 de enero, tomado del Evangelio según San Juan 1,35-42.
Al día siguiente, estaba Juan otra vez allí con dos de sus discípulos
y, mirando a Jesús que pasaba, dijo: “Este es el Cordero de Dios”.
Los dos discípulos, al oírlo hablar así, siguieron a Jesús.
El se dio vuelta y, viendo que lo seguían, les preguntó: “¿Qué quieren?”. Ellos le respondieron: “Rabbí -que traducido significa Maestro- ¿dónde vives?”.
“Vengan y lo verán”, les dijo. Fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él ese día. Era alrededor de las cuatro de la tarde.
Uno de los dos que oyeron las palabras de Juan y siguieron a Jesús era Andrés, el hermano de Simón Pedro.
Al primero que encontró fue a su propio hermano Simón, y le dijo: “Hemos encontrado al Mesías”, que traducido significa Cristo.
Entonces lo llevó a donde estaba Jesús. Jesús lo miró y le dijo: “Tú eres Simón, el hijo de Juan: tú te llamarás Cefas”, que traducido significa Pedro.
Palabra del Señor, Gloria y Honor a ti Señor Jesús.
Lo que cabe destacar de este pasaje bíblico es la búsqueda y el reconocimiento de Jesús como el salvador. Es que realmente es lo que nosotros tenemos que hacer. No sé qué nivel de vida espiritual tienes, lo importante es que busques y descubras al único y verdadero Señor.
Si recibiste a Jesús en tu corazón, el siguiente paso es dejarte guiar y utilizar en su viña. Así como a Simón le nombro Pedro para ser su sucesor, también tiene un plan para tí.