Archivo por meses: julio 2010

Elegir la mejor parte

Quiero iniciar compartiendo contigo la inmensa alegría que me da el haber celebrado los catorce años del Ministerio Dei Verbum. Estoy totalmente convencido que Dios nos tiene en este mundo para algo grande, para anunciar su palabra.

Ahora, entrando en materia del blog, reflexionemos un poco sobre qué significa elegir la mejor parte y sobre cuál es esa parte.

La mejor explicación la encontramos en el evangelio tomado de San Lucas 10,38-42.

Mientras iban caminando, Jesús entró en un pueblo, y una mujer que se llamaba Marta lo recibió en su casa.

Tenía una hermana llamada María, que sentada a los pies del Señor, escuchaba su Palabra.

Marta, que estaba muy ocupada con los quehaceres de la casa, dijo a Jesús: “Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola con todo el trabajo? Dile que me ayude”.

Pero el Señor le respondió: “Marta, Marta, te inquietas y te agitas por muchas cosas, y sin embargo, pocas cosas, o más bien, una sola es necesaria. María eligió la mejor parte, que no le será quitada”.

Palabra del Señor, Gloria y Honor a ti Señor Jesús.

¿Cuántas Marta hay en el mundo? O ¿acaso estás actuando como Marta en este momento? Hermano, no te afanes por cosas vanas que no traerán valor a tu vida. Muchas veces nos afligimos porque el dinero no nos va alcanzar, sabiendo que Dios siempre nos dará el pan de cada día.

No estoy diciéndote que descuides tus hijos, tu trabajo ni tu hogar. Solamente que primero debe ser Dios. Imagínate lo siguiente. No vas a misa porque tienes que trabajar. ¿Por qué dejar en segundo plano al dador de ese trabajo, al que es tu creador y salvador y que si desea puede darte un mejor trabajo o quitarte el que tienes porque le has olvidado?

Primero Dios y luego todo lo demás. No olvides que ha dicho en su palabra que lo demás vendrá por añadidura. Y, en repetidas ocasiones nos afanamos por lo que no lo merece.

Jesús dice en este evangelio que María ha elegido la mejor parte, la cual no le será quitada. La invitación es a que elijas hoy la mejor parte, Jesús. Enamórate de Él y verás como tu vida cambia. Ya no busques mas testimonio o como diría un amigo comunicador, ya no busques la noticia, sé la noticia de que Jesús está vivo y tiene poder.

La Silla

En esta ocasión quería hablarte sobre la oración y me fue difícil encontrar una manera poco común. Pero creo que la encontré. Mira o mejor dicho, lee:
La hija de un hombre le pidió al sacerdote que fuera a su casa a hacer una oración para su padre que estaba muy enfermo.
Cuando el sacerdote llego a la habitación del enfermo, encontró a este hombre en su cama con la cabeza alzada por un par de almohadas. Había una silla al lado de su cama, por lo que el sacerdote pensó que el hombre sabía que vendría a verlo.
“Supongo que me estaba esperando”, le dijo.
“No, quien es usted?”, dijo el hombre.
“Soy el sacerdote que su hija llamó para que orase con usted; cuando ví la silla vacía al lado de su cama supuse que usted sabía que yo vendría a visitarlo”.
“Ah si, la Silla”, dijo el hombre enfermo, le importa cerrar la puerta?” .
El sacerdote sorprendido la cerró.
“Nunca le he dicho esto a nadie, pero toda mi vida la he pasado sin saber cómo orar. Cuando he estado en la Iglesia he escuchado siempre al respecto de la oración, que se debe orar y los beneficios que trae…, pero siempre esto de las oraciones me entró por un oído y me salió por el otro, pues no tengo idea de cómo hacerlo. -Entonces hace mucho tiempo abandoné por completo la oración.” Esto ha sido así en mí hasta hace unos cuatro años, cuando conversando con mi mejor amigo me dijo: José, esto de la oración es simplemente tener una conversación con Jesús. Así es como te sugiero que lo hagas:
Te sientas en una silla y colocas otra silla vacía enfrente tuyo, luego con fe miras a Jesús sentado delante de tí. No es algo alocado el hacerlo, pues El nos dijo: “Yo estaré siempre con vosotros”. –

Por lo tanto, le hablas y lo escuchas, de la misma manera como lo estás haciendo conmigo ahora”.-
“Es así que lo hice una vez y me gustó tanto que lo he seguido haciendo unas dos horas diarias desde entonces”. Siempre tengo mucho cuidado que no me vaya a ver mi hija…. pues me internaría de inmediato en el manicomio.”
El sacerdote sintió una gran emoción al escuchar esto y le dijo a José que era muy bueno lo que había estado haciendo, y que no dejara de hacerlo.
Luego hizo una oración con él, le extendió una bendición y se fue a su parroquia.

Dos días después, la hija de José llamó al sacerdote para decirle que su padre había fallecido.

El sacerdote le preguntó: ¿Falleció en Paz?

“Sí, cuando salí de la casa a eso de las dos de la tarde me llamó y fui a verlo a su cama, me dijo lo mucho que me quería y me dio un beso.”
“Cuando regresé de hacer compras una hora más tarde ya lo encontré muerto.”
“Pero hay algo extraño al respecto de su muerte, pues aparentemente justo antes de morir se acercó a la silla que estaba al lado de su cama y recostó su cabeza en ella, pues así lo encontré. -¿cree usted que pueda significar esto?”
El sacerdote se secó las lagrimas de emoción y le respondió: “Ojalá que todos nos pudiésemos ir de esa manera…”
¿Qué opinas sobre esta forma de oración?
¿Crees que es posible hacerlo o solo es una mera historia?

La mies es abundante y los obreros pocos

Que la paz de Cristo reine en tu corazón.
Antes que nada comentar sobre la situación actual que estamos viviendo. Hermanos, es increíble que el corazón humano sea capaz de generar tanta maldad y violencia. Me resulta inexplicable el actuar de muchos delincuentes que asesinan sin piedad. Los secuestros cada día son más comunes y los asaltos a mano armada, el pan de cada día. ¿Acaso no te das cuenta que no haces nada? No pienses que esta pregunta es dura. Es la realidad. Es normal preguntarnos qué estamos haciendo tú y yo por cambiar esta situación, para darnos cuenta que no estamos haciendo nada. Hoy te hago la invitación a orar todos los días un minuto a las ocho de la noche. Pide por el cese de la violencia en nuestro país y el mundo entero. Recuerda que para Dios no hay imposibles y Él puede guiar con amor a tantos corazones duros por el camino del bien.

Ahora, en materia del acostumbrado blog de los viernes. Reflexionemos un poco sobre el evangelio de este primer domingo de julio.

Evangelio según San Lucas 10,1-12.17-20.
Después de esto, el Señor designó a otros setenta y dos, y los envió de dos en dos para que lo precedieran en todas las ciudades y sitios adonde él debía ir.
Y les dijo: “La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha.
¡Vayan! Yo los envío como a ovejas en medio de lobos.
No lleven dinero, ni alforja, ni calzado, y no se detengan a saludar a nadie por el camino.
Al entrar en una casa, digan primero: ‘¡Que descienda la paz sobre esta casa!’.
Y si hay allí alguien digno de recibirla, esa paz reposará sobre él; de lo contrario, volverá a ustedes.
Permanezcan en esa misma casa, comiendo y bebiendo de lo que haya, porque el que trabaja merece su salario. No vayan de casa en casa.
En las ciudades donde entren y sean recibidos, coman lo que les sirvan; curen a sus enfermos y digan a la gente: ‘El Reino de Dios está cerca de ustedes’. Pero en todas las ciudades donde entren y no los reciban, salgan a las plazas y digan: ‘¡Hasta el polvo de esta ciudad que se ha adherido a nuestros pies, lo sacudimos sobre ustedes! Sepan, sin embargo, que el Reino de Dios está cerca’. Les aseguro que en aquel Día, Sodoma será tratada menos rigurosamente que esa ciudad. Los setenta y dos volvieron y le dijeron llenos de gozo: “Señor, hasta los demonios se nos someten en tu Nombre”.
El les dijo: “Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo.
Les he dado poder para caminar sobre serpientes y escorpiones y para vencer todas las fuerzas del enemigo; y nada podrá dañarlos.
No se alegren, sin embargo, de que los espíritus se les sometan; alégrense más bien de que sus nombres estén escritos en el cielo”.

Palabra del Señor, Gloria y Honor a ti Señor Jesús.

Detenerme nada mes en algunos puntos.

“El Señor designó otros 72 y los envió por delante de dos en dos a todos los pueblos y lugares a donde pensaba ir”.
San Lucas es el único que cuenta esta jornada. Ya no son los 12 apóstoles los que van a misionar, sino 72 discípulos más. Jesús va entrenando a sus futuros evangelizadores. Hay que echarles al agua para que aprendan a nadar. Hay que ir practicando. De dos en dos, porque el ir acompañado anima y defiende. Todos los maestros de apostolado han seguido siempre esa práctica: enviar a sus jóvenes discípulos a entrenarse en el apostolado, de dos en dos, por tierras alejadas, para que experimenten que sí pueden, con la ayuda de Dios, convertirse en evangelizadores y lograr cambios y conversiones.
A los sitios a donde pensaba ir:
Así cuando Jesús llegaba a algún lugar ya la gente estaba preparada para escuchar sus mensajes y recibir sus admirables favores.
Muchos de nuestros jóvenes catequistas pueden ir preparando las almas para que Jesucristo les hable. No tengamos miedo en lanzar a la gente joven al apostolado. Nada consigue tantas vocaciones como encaminar a la juventud a hacer apostolado.
“Y les decía: La mies es abundante y los obreros pocos. Rueguen pues al dueño de la mies que envíe obreros a su mies”.
Pocas oraciones que agraden tanto a Dios como aquella que le dirigimos para que nos envíe santas y numerosas vocaciones para el sacerdocio, para la vida religiosa y para el apostolado laical. Le agrada porque Jesús ordenó que la hiciéramos.
Para finalizar y haciendo énfasis en el párrafo anterior, te pido que eleves con todo tu corazón la siguiente oración:

¡Oh, Jesús, Pastor Eterno de las almas!
Dígnate mirar con ojos de misericordia a esta porción de tu grey amada.
Señor, gemimos en la orfandad.
Danos vocaciones. Danos sacerdotes y religiosos santos.
Te lo pedimos por la intercesión de Santa María de Guadalupe, tu dulce y santa Madre.
¡Oh, Jesús, danos sacerdotes y almas consagradas, según tu corazón!