Una de tus tareas importantes, pero también difícil consiste en ‘estar solo’. Probablemente experimentas cierta angustia cuando te aproximas a un tiempo de estar solo, incluso cuando sientes una profunda necesidad de estar solo. Cuando tu estas solo, no tienes con quien hablar, ni libro para leer, ni televisor para ver, ni teléfono para llamar, ni internet, ni celular, ni redes sociales, se produce en ti un caos interior. Este caos puede provocarte tal confusión e intranquilidad, que apenas puedes esperar el momento en que finalmente tengas de nuevo muchas cosas para hacer.. Por eso, ir a un recinto y cerrar la puerta detrás de ti, no significa que logres aislarte de tus dudas interiores, tus preocupaciones, tus temores, tus malos recuerdos, tus conflictos. Por el contrario; cuando has empujado hacia atrás tus dispersiones exteriores, sucede a menudo que tanto mas empiezan a propagarse tus dispersiones interiores….

Una persona topada de cosas y colmada de preocupaciones no siente, por si misma, la necesidad de estar sola. Al contrario, encuentra motivos para escapar del ‘estar solo’. Por tal razón debes de planificar esa porción de tiempo para estar solo. Quizas cinco o diez minutos por dia sean el tiempo máximo que puedes soportar. Quiza logres una hora por dia, un dia por mes, o una semana por año. Pero únicamente tomaras con seriedad la vida espiritual, si reservas determinado tiempo para estar solo con Dios y escucharlo. Quiza sea útil marcar este tiempo en tu agenda diaria para que nadie pueda ocuparlo.

Si incorporamos como una costumbre fija un tiempo para estar solos, pronto presentaremos cada vez mas atención a la voz que esta dentro de nosotros.

Al principio durante las primeros días, semanas o inclusive meses, puedes tener la sensación de estar simplemente perdiendo el tiempo.

Se puede comparar el primer peldaño de la oracion individual con una persona que durante anos vivio con las puertas abiertas y de pronto decide cerrarlas. Las visitas que antes entraban y salían según sus deseos, golpean ahora las puertas y se preguntan irritadas porque de pronto no pueden ingresar…

Intuitivamente sabes que es importante pasar un tiempo solo, e inclusive comienzas a alegrarte por contar con este extraño lapso de tiempo esteril. Esta necesidad de estar solos, es muchas veces, la primera señal de la oración, el primer signo, el primer signo de que el espíritu de Dios, presente en ti, no permanece inadvertido. En la medida que te liberes de muchas preocupaciones, reconoceras no solo con tu razón, sino también con tu corazón, que nunca estuviste realmente solo y que el espíritu de Dios siempre estuvo contigo…..

Al estar solo aprenderas a conocer el espíritu que desde siempre nos fue dado. De tal modo, los apuros y las luchas que surgen en tu ‘estar solo’ se convierten en el camino hacia la esperanza. Una esperanza que no se funda en algo que aparecerá mas tarde cuando nuestras penas hayan pasado, sino en la verdadera presencia del espíritu sanador de Dios que surge en medio del dolor. La ejercitación de estar solo te permite tomar poco a poco contacto con esta presencia de Dios, plena de esperanza, tambien presentir el inicio de la felicidad y la paz que corresponden al nuevo Cielo y a la nueva Tierra

Seguir a Cristo significa vivir entre nosotros con un corazón y un alma con la actitud de Cristo; significa vivir entre nosotros con un corazón y un alma, del mismo modo que lo fue Cristo con nosotros, ¿Cómo vivió Cristo entre nosotros?: activando el servicio y la humildad. Ser discípulo significa que transites junto a tus hermanos el mismo camino. Mientras vives totalmente en el mundo, te reconoces compañero en el mismo camino y creas una nueva comunidad. Estando aún sujeto al poder de este mundo y enredado en la lucha humana, integras un grupo con un nuevo pensamiento, una nueva forma de ver y de escuchar y una nueva esperanza, ya que estás con tus hermanos, todos juntos en comunidad con Cristo.

Por lo tanto, no se te ocurra separar la compasión de la comunidad. Es una tarea imposible. La compasión se muestra siempre en comunidad, en una nueva forma de estar unos con otros. La comunidad con Cristo es la comunidad con tus hermanos y hermanas. San Pablo lo expresa muy claramente cuando llama a la comunidad cristiana “El cuerpo de Cristo”.

La presencia de Jesucristo, cuyo dominio radica en el servicio obediente, se te evidencia en la vida de la comunidad cristiana. Precisamente, en la comunidad cristiana puedes estar abierto y ser receptivo frente al dolor del mundo y ofrecerle una respuesta compasiva. Ya que es donde te congregas en el nombre de Cristo, El está presente como el Señor compasivo, misericordioso (Cf. Mt. 18,20). El mismo Jesucristo es y continua siendo la manifestación mas pura de la misericordia compasiva de Dios. ¿Quieres activar la compasión que hay en ti? Vive en comunidad y estarás receptivo al dolor y es ahí donde ofrecerás una respuesta: eso se llama Compasión!

Debes aprender a ver cada día, cada hora, cada minuto como un nuevo comienzo, como una oportunidad única para hacer todo nuevo. Imaginate que puedes experimentar cada instante como una vida nueva. Imaginate que puedes experimentar cada dia pleno de las promesas de Dios. Imaginate que transitas por el nuevo año y escuchas permanentemente una voz que te dice: “Tengo un regalo para ti y apenas puedo esperar a que lo veas” Imaginatelo por una vez!!!!

Es posible que tu capacidad de imaginación te conduzca a la verdad en tu vida? Claro que es posible. El problema es, sin embargo, que te permitas decirle a “tu pasado”: Ya te viví, ya te conozco, te puedes marchar, me libero de ti, que Dios te Bendiga por el aprendizaje y las bendiciones que me manifestaste!!

Es posible que el enemigo te susurrara al oído la gran mentira: “No seas ridículo,  No hay nada nuevo bajo el sol”…

Si escuchas al enemigo comprobarás pronto por ti mismo que tiene razón. Ten presente que lo que tu mente piense tu cuerpo se encargará de comprobarlo, ¿Por qué? Para que tu compruebes que tu mente siempre tiene la razón! esto es falso, es por eso que debes cuidar lo que piensas. Entonces tu nuevo año, tu nuevo dia, tu nueva hora se vuelven aburridos, rutinarios, angustiantes, frustrantes, etc, etc…y los etc continúan, sin el mas minimo destello de la presencia de Dios en tu vida!! Sin la alegría de vivir que solo su presencia puede brindarte!!!

Que puedes hacer contra eso? En primer lugar debes enviar al enemigo a donde debe ir, como si fuera un lobo: a su madriguera …Luego debes abrir el corazón y la mente a la voz que te acompaña en todas las experiencias de la vida: las alegres, las menos alegres de tu vida y que dice: ‘Esta es la morada de Dios entre los hombres: el habitará con ellos, ellos serán su pueblo y el mismo Dios estará con ellos. El secará todas sus lagrimas y no habrá mas muerte, ni pena, ni queja, ni dolor, porque todo lo de antes paso (Apoc 21, 3-4)

¡No te queda de otra!, debes decidirte a escuchar esa voz. Entonces cada decisión te abrirá una posibilidad mas para descubrir la nueva vida oculta en cada instante que espera ansiosa su nacimiento.

Esto te sucede una y otra vez en tu vida, porque la vida nunca es lineal, el cambio es lo mas permanente que existe, segundo a segundo, minuto a minuto todo está cambiando dentro de ti, como en el exterior. Es una realidad y una verdad que debes aceptar, porque de lo contrario si te resistes, y no fluyes con el vaivén de la vida, sufrirás, es decir librarás una batalla interior, los pensamientos vendrán una y otra vez, y tus emociones estarán a tope! Y Dios preguntándose: ¿Cuándo me dará permiso que le ayude?

Entrégale a Dios tu carga y el te sostendrá, no importa cuales sean tus circunstancias, el puede llevarte a través de ellas –y lo hará- . Algunas veces estás apesumbradro por una situación que parece y pesada para ti. No intentes lidiar solo con esa carga. Al contrario tráela a la presencia de Dios y  entrégasela a el, dejándola bajo su cuidado y atención. Aunque tus circunstancias no cambian de inmediato, puedes encontrar una alivio real a lo largo de este proceso.

Echar tu carga sobre Dios es una transacción espiritual: tu aceptas que yo me encargue de tu vida y que los resultados son finalmente del dominio de Dios. Esto aligera inmensamente tu carga, impidiendo que te sientas responsable de las cosas que están fuera de tu control.

Cuando llegues a Dios trabajado y cargado, EL ha prometido que te hará descansar. ‘Toma mi yugo” –confiando en mi amor inagotable-, y permíteme llevar tu carga pesada. Porque mi yugo es fácil y ligera mi carga.’ Mateo 11 28-30