Estimado amigos que visitan este blog, les comparto un poco del material que nuestro ministerio Dei Verbum está produciendo.
Este es el primero de 8.

Quiero de manera especial compartir con ustedes este reportaje de unos sacerdotes jóvenes. Una manera distinta de evangelizar.

Saludos amigos que visitan este blog. Desde Washington me he tomado un momento para redactarles una enseñanza, que se ilumina con el texto de este domingo, tomado del evangelio según San Mateo 28,16-20.
Los once discípulos fueron a Galilea, a la montaña donde Jesús los había citado.
Al verlo, se postraron delante de Él; sin embargo, algunos todavía dudaron.
Acercándose, Jesús les dijo: “Yo he recibido todo poder en el cielo y en la tierra.
Vayan, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo,
y enseñándoles a cumplir todo lo que yo les he mandado. Y yo estaré siempre con ustedes hasta el fin del mundo”.
Palabra del Señor, Gloria y Honor a ti Señor Jesús.
Hoy cada uno de nosotros nos vemos representados en cada uno de los discípulos que estaban con Jesús en la montaña. Recibimos también ese mensaje de hacer que todos los pueblos le conozcan.
Sabemos que hay una promesa que nos da fuerza para cumplir este mandato y es que Jesús dijo que estaría con nosotros hasta el fin del mundo. Entonces, ¿por qué tener miedo de hablar de su Palabra? La verdad es que tenemos que darnos cuenta de ello y tenerlo presente cada vez que vamos a hacer alguna actividad o a utilizar un lenguaje que esté en contra de los buenos principios morales y cristianos.
Hermano no te rindas. Desde donde leas este blog, recuerda nuestra misión en la tierra y que para cumplirla no estamos solos.
Padre Martín