El lamentable caso de CD FAS hace apenas unas horas es una muestra más de como hasta el equipo más ganador en la historia del fútbol salvadoreño puede atravesar una crisis económica que redunde en la falta de liquidez para el pago de salario o dicho de otra forma, una defectuosa administración del recurso que redunde en la falta de pago para jugadores y demás. Uno llega a plantearse incluso, la no tan alejada de la realidad idea de que si esto le pasa al cuadro más laureado del nuestro fútbol, que no podrá pasarle a otros con menos historia.

Sabemos que palmarés e historia no son sinónimos de liquidez y bonanza, sin embargo, en un país, en una ciudad donde el fútbol es desayuno, almuerzo y cena, la gestión correcta de un emblema deportivo nacional no debería ser reto para quienes medianamente puedan manejar una empresa.

Por eso uno de los mayores retos de nuestro fútbol está en la cancha de los equipos, de FAS, de Aguila, de Alianza, de Metapán, de todos; lograr una exitosa gestión y obtención del recurso que, por escaso que parezca (las bajas taquillas podrían fácilmente sugerir eso) existe potencialmente en la medida de que el compromiso del aficionado permanece latente (en un estado adormitado a veces) con sus equipos.

Cuando se comiencen a manejar de tal forma, dejarán de ser equipos, se volverán Clubes, con socios, cuando esto pase, se caerá en la cuenta de que lo primordial es la base para el desarrollo, y esta no pasa sólo por escuelas de fútbol y entrenadores capacitados, sino también por tener la infraestructura necesaria para ese desarrollo mismo. ¿cómo aspirar a ser clubes cuando ni se tiene cancha fija para los entrenos del primer equipo? Basta darse una vuelta por otros lados, donde han complejos, centros deportivos con al menos 4 canchas para la práctica de cada división. ¿Mucho pedir? creo que no, creo que es un reto, un hermoso reto para que alguien o varias personas asuman la dirección de gestión de un ente en potencia generador de riqueza, el equipo de fútbol.