Los salvadoreños estamos por iniciar una de las temporadas más alegres y esperadas del año: la celebración de las Fiestas Agostinas. Para muchos, serán días de vacación, de descanso, tiempo con la familia y una oportunidad de sacudirse el estrés acumulado en los meses que siguieron a la Semana Santa. Para otros, sin embargo, serán días laborales, como cualquier otro.

Si usted forma parte del primer afortunado grupo, y descansará toda la próxima semana, entonces esta entrada del blog está dedicada a usted: consejos para planificar su vacación sin poner en riesgo su equilibrio presupuestario.

1. ¿De cuánto dispongo? Agarre un lápiz y una hoja de papel, y sincérese con usted mismo. Anote cuánto le pagarán a finales de este mes, y luego anote todos los pagos que debe hacer, antes de percibir nuevamente algún ingreso. No olvide anotar gastos como lo que necesita para hacer el supermercado o ponerle gasolina a su vehículo. Luego, vea cuánto le queda. Ese monto es de lo que puede disponer para vacacionar, sin poner en riesgo su presupuesto ni tener que andar “prestando” después de las Fiestas Agostinas.
2. Vea sus disponibles. Si al hacer su presupuesto no le quedó mucho margen para darse una salidita en la vacación, vea qué otros disponibles tiene. ¿Puede usar parte de sus ahorros, sin afectar alguna meta financiera a futuro? ¿Hay algo que pueda vender para sacar un ingreso extra? Vea todas sus opciones, recuerde que cada dólar cuenta.
3. Haga un plan. Dependiendo de la cantidad de dinero con que disponga, defina sus opciones, según sus preferencias y las de su familia: playa, montaña, un paseo a las ruedas o a la feria, una salida fuera de San Salvador a ver la familia. Así será más fácil definir transporte, fechas, alimentación y todo lo demás que requiere dicha planificación. Hasta quedarse en casa, ver películas y ordenar comida preparada es una buena alternativa, pero que siempre implica un gasto, que hay que planificar de la misma forma.
4. Para todos los bolsillos. Una vez definido el presupuesto y el tipo de actividad que se quiere realizar, hay que ver todas las opciones disponibles. Por ejemplo, una salida  la Costa del Sol no requiere ir a un hotel lujoso, siempre están los turicentros y los buses alegres, opciones mucho más económicas (al final de la entrada vamos a incluir algunas de estas opciones).
5.  Los “todo incluido”, una bendición. Si su presupuesto le da para un poco más, opte por las opciones “todo incluido”, que no solo representan ahorros importantes, sino que permiten llevar un mejor control del gasto, ya que se hace un solo pago por día y por persona, y no requiere desembolsos adicionales por tiempos de comida.
6. Adhiérase a su presupuesto. Una vez definido su dinero disponible y trazado un plan, manténgase dentro de él. No gaste más de lo que ha presupuestado para cada aspecto de su vacación: transporte, alimentación, alojamiento, etc. Hable con su familia y que todos estén concientes de que hay límites que respetar.
7. Si se endeuda, hágalo bien. Ahora, muchos caemos en la tentación de endeudarnos en las vacaciones, de diferentes maneras, ya sea utilizando tarjetas de crédito, pidiendo desembolsos de extrafinanciamentos o adquiriendo préstamos personales. De estas opciones, la tercera es la más barata, en cuanto a intereses. Incluso es mejor usar la tarjeta de crédito que hacer retiros en efectivo de la misma, o contratar un extrafinanciamiento, que son mucho más caros. En todo caso, si usará su tarjeta, no salte los pasos anteriores, haga un plan financiero y adhiérase a él. Determine cuál será el monto por que el puede endeudarse, calcule la cuota que le tocará pagar y en cuánto tiempo saldrá de la deuda. Recuerde, las tarjetas de crédito no son dinero adicional disponible, son deudas caras que se deben honrar en el corto plazo.
8. Estudie bien los paquetes. Otra forma de endeudarse en vacaciones es adquiriendo paquetes con agencias de viaje. Siempre busque agencias reconocidas, mejor si se la ha recomendado algún familiar o conocido de confianza. Lea bien el contrato y lo que le darán a cambio de su dinero. Opte por las que le cobren la menor tasa de interés y que le ofrezcan cuotas que no afectarán su presupuesto a futuro.

Estos son apenas algunos consejos que se pueden aplicar en la temporada de vacaciones. Le invito a que si tiene tips adicionales, los comparta con nosotros.

Recuerde, todo requiere orden y control, desde una salida familiar al cine en la que espera gastar $20, hasta una estadía en la playa por varios cientos de dólares. Cada quien debe definir lo que puede pagar, para evitar sacrificar su bienestar futuro, a cambio de unas horas de felicidad en el presente.

Les dejo, finalmente, la programación de actividades de los turicentros que administra el Instituto Salvadoreño de Turismo, opciones variadas  y baratas para disfrutar en familia:

Opciones en los parques del ISTU

Entrada para adultos $0.80 ctvs. Gratis para niños menores de 10 años y adultos de 60.

Cerro Verde $1.00 dólar, Cabaña en Parques Recreativos $4.00 dólares  

Parqueo $0.69 ctvs. Se permite el ingreso de Alimentos

Cabañas del Cerro Verde $35 dólares Sencillas y $55 dólares Doble

PROGRAMA DE BUSES ALEGRES

VACACIONES AGOSTINAS

Salen de la Plaza General Gerardo Barrios, Frente a Catedral, a las 6:30 a.m. Acompañados por Guías Turísticos Especializados.

Jueves 5 de Agosto

Parque Laguna de Apastepeque               $4.00

Parque Natural Cerro Verde                       $4.00

Parque  Acuático Costa del Sol                  $4.00

Viernes 6 de Agosto

Parque Acuático Sihuatehuacán                $4.00

Ruta de las Flores                                         $6.00

Parque Acuático Costa del Sol                   $4.00

Sábado 7 de Agosto

Ruta Suchitoto – Apulo                                  $4.00

Parque Acuático Atecozol                           $4.00

Parque Acuático Costa del Sol                   $4.00

Domingo 8 de Agosto

Parque Natural Cerro Verde                       $4.00

Parque Acuático Amapulapa                      $4.00

Parque Acuático Costa del Sol                   $4.00

Me encanta cuando se acerca el fin de la quincena. Y no, no es solo por la inminencia del día de pago, sino por la cantidad de ofertas y rebajas que comienzan a anunciarse en supermercados y otros negocios.

Productos al 2×1, con 40% de descuento, compre uno y lleve el otro por $1… la creatividad es el único límite para los recursos con los que los negocios buscan atraernos en esos días en los que, aún, tenemos dinero en los bolsillos.

Pero tomar la lista de ofertas del supermercado y llenar la carretilla a lo loco no nos garantiza que vamos a ahorrar. De hecho, el abusar de las ofertas o no saber aprovecharlas puede hacer que gastemos más de la cuenta. ¿Cómo así? Veamos algunos ejemplos:

1. Ofertas que no son ofertas: Me ha pasado, lo he comprobado. Resulta que a veces se anuncia con bombo y platillo una rebaja que, en la práctica, no lo es. ¿Ejemplos? Fíjense en los productos que compran con regularidad. En mi caso, mi debilidad son los yogures líquidos. A veces veo anunciadas “ofertas” que no son más que rebajas de uno o dos centavos en el precio normal. Este tipo de oferta es buena si ustedes de todas formas tenían en su lista adquirir este producto, e iban a ir al supermercado a hacer su compra regular. Pero no vale la pena hacer un viaje al supermercado para adquirir un producto que no se necesitaba, cuando la rebaja es tan poca.

1. Cuidado con el “uno y medio”. Otro ejemplo claro de ofertas que no son ofertas es el famoso “compre uno y lleve el otro a mitad de precio”. Es bueno, antes de adquirir una de estas ofertas, averiguar bien cuál es el precio original de estos productos, y comparar si, realmente, al adquirir dos nos estamos llevando un buen ahorro.

1. Ojo con las grandes gangas. Y sí, otra tentación en la que caemos muchas veces es enloquecer con las grandes rebajas. Hay supermercados y almacenes que tienen estantes especiales con productos hasta con un 75% de descuento. Estas pueden ser buenas oportunidades para ahorrar, si sabemos aprovecharlas bien, siguiendo unas simples reglas:

–         El tipo de producto del que se trata: si es un aparato electrónico, puede ser que tenga algún desperfecto, y por el descuento se trata de mercadería sin cambio ni devolución. Hay que asegurarse bien que funcione correctamente antes de comprarlo.

–          Verificar pequeñas averías: pasa con la ropa. Un suéter de lana  con un hilo descosido en la manga puede estar en rebaja, pero hay que ver si es posible reparar esta avería. Una camisa a la que le falta un botón, por ejemplo, puede ser una buena ganga, ya que es una avería fácil de reparar. Prendas ropas o manchadas son más difíciles de arreglar, y además, por estar en oferta, no serán sujetas a cambio, en la mayoría de los casos.

–         Fechas de vencimiento: si estamos hablando de productos alimenticios, lo primero a ver es la fecha de vencimiento. Es prudente comprar algo que se vencerá el próximo mes, solo si estamos seguros de que lo vamos a consumir antes de que venza. Pero es poco inteligente comprar un galón de aceite que vencerá en una semana, a menos que tengamos algún negocio de venta de frituras.

–         Otros perecederos: hay otros productos que, aunque no sean alimentos, tienen fechas de vencimiento, como los cosméticos y los medicamentos. Siempre hay que ver la fecha de caducidad de las cosas que compramos, pero hay que poner el doble de atención cuando se trate de productos en oferta.

1. ¿Realmente lo necesito? Las ofertas son algo así como un imán para mí, y discernir entre lo que realmente podré usar y lo que no. En nuestro país tropical es común que se pongan en oferta prendas calientes, o suéteres demasiado abrigadores. A menos que usted sea una persona que viaja mucho a lugares frío, o  tenga su casa en El Pital o los Planes de Renderos, no caiga en la tentación. ¿Zapatos de tacón de aguja o botas de cuero de cocodrilo con punta de acero, que están con el 60% de descuento? Piénselo también. La filosofía de que “talvez un día lo ocupe”, lo llevará a llenarse de cosas y gastar sin necesidad.

1. Cosas “para después”. Hay artículos que sí pueden comprarse aprovechando las rebajas, y guardarse para después, porque es inevitable que vayamos a usarlas. ¿Ejemplos? Cuadernos, para quienes tienen hijos. Calcetines y ropa interior. Bolsas para la basura y papel higiénico. La regla aquí es no excedernos demasiado de nuestro presupuesto, y solo hacer estas compras anticipadas cuando la oferta realmente valga la pena.

1. Planifique sus compras y coordínelas con su agenda. Si usted ha visto que su almacén favorito tiene rebajas, y está tentada a renovar todo su guardarropa, siéntese y cuente hasta 10. La forma más sabia de hacer compras en momentos de rebajas es, primero, hacer un inventario de las cosas que se tiene (por qué, sí, es bien probable que encuentre una linda blusa negra con descuento, pero resulta que en su closet usted ya tiene tres blusas negras), revisar cuáles serán sus prioridades (prendas básicas, en colores que combinen entre sí), y, finalmente, depurar la lista resultante, según su presupuesto disponible. Es bueno también tener claro si hay cumpleaños u otras celebraciones cerca. Puede comprar con tiempo lo que necesite usar para la ocasión, e incluso que logre adquirir los regalos a buen precio, pero recuerde, dependiendo del tipo de oferta o la tienda de que se trate, puede que no haya la opción de devolver el regalo, en caso de que al agasajado no le quede bien… o no le guste.

1. No compre solo. Si usted tiende a comprar cosas que no necesita, a gastar más de la cuenta e incluso sobrecargar su tarjeta de crédito cada vez que cree ver una ganga, una buena forma de controlarse es no ir a las tiendas solo. Busque la compañía de alguien que le puede ayudar a controlarse, que le recuerde qué cosas necesita y qué no, y que le jale la oreja cada vez que se sienta tentado a endeudarse. Recuerde, ninguna oferta lo será si usted termina pagando intereses por el valor que pagó. Use su tarjeta solo si está seguro de que pagará el 100% del cargo antes de su fecha de corte, con lo cual se habrá ahorrado el pago de intereses.

En lo que a ofertas se refiere, la regla de oro es comprar solo lo que se necesita, si la oferta vale la pena y el producto que estoy adquiriendo está en buen estado. En todo caso, cambiar nuestros hábitos de compra es un trabajo que puede requerir tiempo y esfuerzo, pero dando un paso a la vez se logran importantes avances, y ahorros. Y usted, ¿suele aprovechar las ofertas para hacer sus compras? Compártanos sus experiencias y consejos.

Si usted es contemporáneo mío, al hablar de clonación recordará el barullo que se armó con la oveja Dolly. Los más jóvenes se pondrán a pensar en la Guerra de los Clones. Pero hoy quiero que hablemos de otro tipo de clonación, una más cercana a todos nosotros y que implica un verdadero peligro: la clonación de tarjetas de crédito.

De esto no se salvan ni las tarjetas de crédito, ni las de débito, ni las de certificado de regalo… prácticamente toda tarjeta que funciona con una banda magnética es susceptible de ser clonada.

Pero, ¿cómo es que se clona una tarjeta? Bueno, en principio, se trata de una forma de copiar toda la información de la tarjeta, de modo que se puede usar para hacer compras y retiros, como si se tratara de la tarjeta verdadera.

La forma más común de clonación es el uso de dispositivos especiales, aparatos que, al deslizar la tarjeta en ellos, copian toda la información de la banda magnética, es decir, la tirita negra que está en la parte de atrás de nuestras tarjetas.

Para evitar ser víctimas de este tipo de delito, hay algunos consejos útiles:

–         En la medida de lo posible, no pierda nunca de vista su tarjeta al pagar. Trate de estar presente en el momento en que su tarjeta es pasada por el POS, el aparato que emite su voucher o comprobante de compra.

–         Si usted es, como dice un amigo y colega mío, asiduo colaborador del impuesto del FOSALUD, trate de llevar consigo dinero en efectivo para pagar. Trate de no usar su tarjeta de crédito si ha tomado más de la cuenta, porque es más fácil que se descuide, sobre todo si se encuentra en un comercio que no es de su confianza, o al que no acude con frecuencia.

–         Revise su estado de cuenta cada mes, y asegúrese de que no haya transacciones que usted no haya realizado, o que se hayan hecho en otros países. Si encuentra cualquier transacción sospechosa, notifique de inmediato al banco, aunque se trate de unos pocos centavos.

–         Siempre, siempre, siempre, trate de llevar un control de las compras que hace: guarde sus vouchers o anote los montos, fechas y lugares en que realice sus compras, esto le ayudará a detectar movimientos extraños, o que usted no haya hecho.

–         Tenga a la mano siempre el número del banco, para reportar cualquier tipo de problema: si usted sabe que tiene saldo a su favor, pero en algún lugar le dicen que su tarjeta ha sido rechazada por cualquier motivo, informe de inmediato a su banco, porque puede ser una señal de alerta.

–         Si extravía su tarjeta, informe inmediatamente al banco.

–         Si usted usa tarjeta de crédito, puede que cuente con un servicio de protección contra robos y fraudes, algo que no está disponible para las tarjetas de débito. Si usted usa tarjetas de débito debe ser todavía más cuidadoso.

La forma de operar varía, pero los aparatos para clonar tarjetas pueden estar ocultos, incluso, en POS o cajeros automáticos que no tengan logo.

Quienes clonan las tarjetas usan un grabador de banda magnética, y después de pasar por este la tarjeta de la víctima, le copian toda la información. Luego usan un quemador de banda magnética para trasladar toda la información a una tarjeta en blanco, la cual luego puede ser usada como si fuera la tarjeta legítima de la víctima.

Los bancos realizan sus propios esfuerzos en cuanto a prevención, revisando periódicamente, por ejemplo, que en sus cajeros automáticos no hayan sido instalados estos dispositivos. Sin embargo, como usuarios debemos ser doblemente cuidadosos y realizar nuestra propia inspección, antes de usar el cajero.

Y usted, ¿ha tenido algún problema de este tipo? ¿Ha detectado alguna vez en su estado de cuenta transacciones que no ha hecho? ¿Le clonaron su tarjeta? ¿Cómo le respondió el banco?

Cuéntenos sus experiencias, o compártanos sus propios tips para prevenir este delito.