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1 marzo, 2010

Saber aprovechar las ofertas

Me encanta cuando se acerca el fin de la quincena. Y no, no es solo por la inminencia del día de pago, sino por la cantidad de ofertas y rebajas que comienzan a anunciarse en supermercados y otros negocios.

Productos al 2×1, con 40% de descuento, compre uno y lleve el otro por $1… la creatividad es el único límite para los recursos con los que los negocios buscan atraernos en esos días en los que, aún, tenemos dinero en los bolsillos.

Pero tomar la lista de ofertas del supermercado y llenar la carretilla a lo loco no nos garantiza que vamos a ahorrar. De hecho, el abusar de las ofertas o no saber aprovecharlas puede hacer que gastemos más de la cuenta. ¿Cómo así? Veamos algunos ejemplos:

 

  1. Ofertas que no son ofertas: Me ha pasado, lo he comprobado. Resulta que a veces se anuncia con bombo y platillo una rebaja que, en la práctica, no lo es. ¿Ejemplos? Fíjense en los productos que compran con regularidad. En mi caso, mi debilidad son los yogures líquidos. A veces veo anunciadas “ofertas” que no son más que rebajas de uno o dos centavos en el precio normal. Este tipo de oferta es buena si ustedes de todas formas tenían en su lista adquirir este producto, e iban a ir al supermercado a hacer su compra regular. Pero no vale la pena hacer un viaje al supermercado para adquirir un producto que no se necesitaba, cuando la rebaja es tan poca.

 

  1. Cuidado con el “uno y medio”. Otro ejemplo claro de ofertas que no son ofertas es el famoso “compre uno y lleve el otro a mitad de precio”. Es bueno, antes de adquirir una de estas ofertas, averiguar bien cuál es el precio original de estos productos, y comparar si, realmente, al adquirir dos nos estamos llevando un buen ahorro.

 

  1. Ojo con las grandes gangas. Y sí, otra tentación en la que caemos muchas veces es enloquecer con las grandes rebajas. Hay supermercados y almacenes que tienen estantes especiales con productos hasta con un 75% de descuento. Estas pueden ser buenas oportunidades para ahorrar, si sabemos aprovecharlas bien, siguiendo unas simples reglas:

 

–         El tipo de producto del que se trata: si es un aparato electrónico, puede ser que tenga algún desperfecto, y por el descuento se trata de mercadería sin cambio ni devolución. Hay que asegurarse bien que funcione correctamente antes de comprarlo.

–          Verificar pequeñas averías: pasa con la ropa. Un suéter de lana  con un hilo descosido en la manga puede estar en rebaja, pero hay que ver si es posible reparar esta avería. Una camisa a la que le falta un botón, por ejemplo, puede ser una buena ganga, ya que es una avería fácil de reparar. Prendas ropas o manchadas son más difíciles de arreglar, y además, por estar en oferta, no serán sujetas a cambio, en la mayoría de los casos.

–         Fechas de vencimiento: si estamos hablando de productos alimenticios, lo primero a ver es la fecha de vencimiento. Es prudente comprar algo que se vencerá el próximo mes, solo si estamos seguros de que lo vamos a consumir antes de que venza. Pero es poco inteligente comprar un galón de aceite que vencerá en una semana, a menos que tengamos algún negocio de venta de frituras.

–         Otros perecederos: hay otros productos que, aunque no sean alimentos, tienen fechas de vencimiento, como los cosméticos y los medicamentos. Siempre hay que ver la fecha de caducidad de las cosas que compramos, pero hay que poner el doble de atención cuando se trate de productos en oferta.

 

  1. ¿Realmente lo necesito? Las ofertas son algo así como un imán para mí, y discernir entre lo que realmente podré usar y lo que no. En nuestro país tropical es común que se pongan en oferta prendas calientes, o suéteres demasiado abrigadores. A menos que usted sea una persona que viaja mucho a lugares frío, o  tenga su casa en El Pital o los Planes de Renderos, no caiga en la tentación. ¿Zapatos de tacón de aguja o botas de cuero de cocodrilo con punta de acero, que están con el 60% de descuento? Piénselo también. La filosofía de que “talvez un día lo ocupe”, lo llevará a llenarse de cosas y gastar sin necesidad.

 

  1. Cosas “para después”. Hay artículos que sí pueden comprarse aprovechando las rebajas, y guardarse para después, porque es inevitable que vayamos a usarlas. ¿Ejemplos? Cuadernos, para quienes tienen hijos. Calcetines y ropa interior. Bolsas para la basura y papel higiénico. La regla aquí es no excedernos demasiado de nuestro presupuesto, y solo hacer estas compras anticipadas cuando la oferta realmente valga la pena.

 

  1. Planifique sus compras y coordínelas con su agenda. Si usted ha visto que su almacén favorito tiene rebajas, y está tentada a renovar todo su guardarropa, siéntese y cuente hasta 10. La forma más sabia de hacer compras en momentos de rebajas es, primero, hacer un inventario de las cosas que se tiene (por qué, sí, es bien probable que encuentre una linda blusa negra con descuento, pero resulta que en su closet usted ya tiene tres blusas negras), revisar cuáles serán sus prioridades (prendas básicas, en colores que combinen entre sí), y, finalmente, depurar la lista resultante, según su presupuesto disponible. Es bueno también tener claro si hay cumpleaños u otras celebraciones cerca. Puede comprar con tiempo lo que necesite usar para la ocasión, e incluso que logre adquirir los regalos a buen precio, pero recuerde, dependiendo del tipo de oferta o la tienda de que se trate, puede que no haya la opción de devolver el regalo, en caso de que al agasajado no le quede bien… o no le guste.

 

  1. No compre solo. Si usted tiende a comprar cosas que no necesita, a gastar más de la cuenta e incluso sobrecargar su tarjeta de crédito cada vez que cree ver una ganga, una buena forma de controlarse es no ir a las tiendas solo. Busque la compañía de alguien que le puede ayudar a controlarse, que le recuerde qué cosas necesita y qué no, y que le jale la oreja cada vez que se sienta tentado a endeudarse. Recuerde, ninguna oferta lo será si usted termina pagando intereses por el valor que pagó. Use su tarjeta solo si está seguro de que pagará el 100% del cargo antes de su fecha de corte, con lo cual se habrá ahorrado el pago de intereses.

 

En lo que a ofertas se refiere, la regla de oro es comprar solo lo que se necesita, si la oferta vale la pena y el producto que estoy adquiriendo está en buen estado. En todo caso, cambiar nuestros hábitos de compra es un trabajo que puede requerir tiempo y esfuerzo, pero dando un paso a la vez se logran importantes avances, y ahorros. Y usted, ¿suele aprovechar las ofertas para hacer sus compras? Compártanos sus experiencias y consejos.


4 Respuestas

01/03/2010
Juan Pablo
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Fíjese que a mi me pasó con unas leches que compramos en un super, que estaban casi a mitad de precio, nos pusimos como locos con mi esposa y compramos bastantes hasta hicimos dos viajes al super porque solo vendían seis cajas de leche por persona. Las primeras que compramos estaban bien, pero las otras no nos fijamos y vencían como en una semana. Allí estuvimos tomando leche los tres tiempos con los niños para no perder eso.
Gracias por los consejos le deseamos muchos exitos.


01/03/2010
Alicia Hernández
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Buenas tardes, quisiera saber si no es contra la ley que se pongan en oferta productos que ya estan casi vencidos, deberian controlar eso porque puede atentar contra la salud de la gente. Sera que el ministerio de Salud o la DPC hacen algo.
Gracias.


05/03/2010
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Estimado Juan Pablo, muchas gracias por compartir su experiencia, son las cosas que nos ayudan a aprender.
Saludos para usted.


05/03/2010
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Estimada Alicia, fíjese que si el producto no está vencido, el establecimiento no incumple la Ley del Consumidor. La Defensoría del Consumidor hace inspecciones constantes en los negocios, y cuando encuentran producto vencido los obligan a retirarlo y además los sancionan.
Gracias por su participación, muchos saludos.