De antemano, disculparme por haber abandonado este sitio por unos días, pero me encontraba en una misión evangelizadora que sirvió para orar por la paz en nuestro país.

Rápidamente te cuento que visitamos Chalatenango, El Triunfo. Cojutepeque, La Libertad, Caluco y Atiquizaya. El poder de Dios se manifestó en cada uno de los encuentros. Sencillamente, las palabras se me escapaban y un gozo inmenso embargaba mi corazón al ver la respuesta de las personas que sedientas buscaron la fuente de agua viva que es Jesucristo.

Ahora, al iniciar este mes de mayo quiero volcar mi comentario a una mujer que cambió la historia de la salvación y que gracias a su sí nosotros podemos gozar de la vida eterna.

Muchos piensan que ella es una mujer más en la historia y que no merece nuestro respeto o que como católicos le exaltamos a la exageración. Sobre este aspecto aclaro el culto que se le rinde a María se llama Hiperdulía y que está por abajo del culto rendido a Dios.

Por otra parte, haciendo alución al título de esta publicación te envito a que profundices en la vida de maría y descubras la humildad de esta mujer y que a imitación de ella podemos ser mejores cada día.