Es frecuente oÃr hablar de ángeles, y es muy probable que en medio de tantas opiniones resulten algunas herejÃas que pretendan distorsionar la verdadera función de ellos.
Como lo digo en muchas ocasiones, Dios ha creado seres para que le adoren eternamente. No los vemos ni los tocamos, sin embargo están ahÃ. Según la Sagrada Escritura, los ángeles, en cuanto criaturas puramente espirituales, se presentan a la reflexión de nuestra mente como una especial realización de la ‘imagen de Dios’, EspÃritu perfectÃsimo. Los ángeles son, desde este punto de vista, las criaturas más cercanas al modelo divino. Su nombre proviene del latÃn angelius que significa mensajero.
Para entender mejor el papel que desempeñan los ángeles en la creación, es preciso hacer un breve recorrido por las sagradas escrituras, las cuales destacan desde el Antiguo Testamento la especial participación de los ángeles en la celebración de la gloria que el Creador recibe. Los Salmos, de modo especial, se hacen intérpretes de esa voz cuando proclaman “Alabad al Señor en el cielo, alabad al Señor en lo alto. Alabadlo, todos sus ángelesâ€.
En el Nuevo Testamento, también el Señor pone de relieve las tareas de los ángeles respecto a la misión de Cristo como MesÃas y, ante todo, con relación al misterio de la encarnación del Hijo de Dios. Asà también, la presencia de los ángeles está en la narración de la anunciación del nacimiento de Juan Bautista , de Cristo mismo, en las explicaciones y disposiciones dadas a MarÃa y José , en las indicaciones dadas a los pastores la noche del nacimiento del Señor y en la protección del recién nacido ante el peligro de la persecución de Herodes.
Más adelante, los Evangelios hablan de la presencia de los ángeles durante el ayuno de Jesús en el desierto a lo largo de 40 dÃas y durante la oración en GetsemanÃ. Después de la resurrección de Cristo será también un ángel, que se aparece en forma de un joven, quien dirá a las mujeres que habÃan acudido al sepulcro y estaban sorprendidas por el hecho de encontrarlo vacÃo: “No os asustéis. Buscáis a Jesús Nazareno, el crucificado; ha resucitado, no está aquÃ. Pero id a decir a sus discÃpulosâ€. MarÃa Magdalena, que se ve favorecida por una aparición personal de Jesús, ve también a dos ángeles.
Los ángeles han estado presentes en todos los grandes acontecimientos de la historia de la salvación, recuerden como se presentan a los Apóstoles después de la ascensión de Cristo para decirles: “Hombres de Galilea, ¿qué estáis mirando al cielo? Ese Jesús que ha sido arrebatado de entre vosotros al cielo, vendrá como le habéis visto ir al cieloâ€. Son los ángeles de la vida, de la pasión y de la gloria de Cristo.
Si pasamos a la nueva venida de Cristo, es decir, a la “parusÃaâ€, hallamos que todos los evangelios sinópticos hacen notar que el Hijo del hombre vendrá en la gloria de su Padre con los santos ángeles. En la descripción del juicio final se habla también de la presencia de ángeles.
Se puede decir, por tanto, que los ángeles, como espÃritus puros, no sólo participan en el modo que les es propio de la santidad de Dios, sino en los momentos clave, rodean a Cristo y lo acompañan en el cumplimiento de su misión salvÃfica.
Los ángeles también están contigo, ya que son creaturas destinadas, en muchos casos, a la protección personal de los seres humanos. A ellos se les denomina ángeles custodios. Como nos recuerda el Salmo 90: “A sus ángeles ha dado órdenes. Te llevarán en sus palmas para que tu pie no tropiece en la piedraâ€. Por eso me atrevo a decirte que Dios ha creado un ser especial para ti, para tu cuidado, para tu auxilio, para que en esos momentos de tribulación, cuando sientas que ya no puedes, te ayuden a seguir el camino trazado por Él para tu salvación. Y asà gozar de su presencia y unirte al coro de los ángeles en el cielo para cantar sus alabanzas.
Dios te bendiga…