Tocaré este tema brevemente, me gustó mucho la opinión de un aficionado al teléfono en Pizarrón Radio de Radio Sonora 104.5FM (de Lunes a Viernes 1pm) quien nos dijo que era más constructivo hablar y enfocarnos en temas deportivos, entiéndase jugadores, ausencias, planteamientos tácticos; que detenernos a platicar largo y tendido sobre el tema precios y entrar a valorar su naturaleza de caros, justos o baratos cuando son un tema que traspasa lo deportivo.
Se puede comprender la molestia de los aficionados que resienten un incremento del 100% con relación al precio de la final pasada (Metapán – Santa Tecla) pero también se debe comprender que una Final Alianza – FAS es muchísimo más mediática (ojo que no digo mejor o importante) que casi cualquier otra final.
El incremento al precio desde la óptica del dirigente es perfectamente comprensible, es una oportunidad para hacer caja a costa del aficionado que apoyará a su equipo en el partido más importante de la temporada.
Sin embargo, el incrementar en un 100% el monto de la entrada popular parece abusivo, cuando este sector es el que más ha apoyado a los equipos en la temporada regular. Un justo premio a la fidelidad debería haber sido considerar más la grada del pueblo manteniento precios similares a los de temporada regular y si, pedir más a otras localidades que tienen más posibilidades económicas o que no resentirán tanto un incremento de 5, 10 o 15 dólares.
No está malo lucrarse ni tratar de componerse, lo cuestionable es hacerlo a costa de quienes más han apoyado y menos tienen.