Saludos hermanos. Muchas veces, en nuestra vida ocurren una serie de acontecimientos que según su resultado, les catalogamos como bendiciones o castigos de Dios.
Cuenta una historia que había una vez un campesino, pobre pero sabio, que trabajaba la tierra duramente con su hijo. Un día el hijo le dijo: ¡Padre, que desgracia! Se nos ha ido el caballo. ¿Por qué le llamas desgracia? respondió el padre, veremos lo que trae el tiempo…
A los pocos días el caballo regresó, acompañado de otro caballo. ¡Padre, que suerte! exclamó esta vez el muchacho. Nuestro caballo ha traído otro caballo. -¿Por qué le llamas suerte? – repuso el padre – Veamos que nos trae el tiempo…
En unos cuantos días más, el muchacho quiso montar el caballo nuevo, y este, no acostumbrado al jinete, se encabritó y lo arrojó al suelo. El muchacho se quebró una pierna. -¡Padre, que desgracia! – exclamó ahora el muchacho -. ¡Me he quebrado la pierna! Y el padre, retomando su experiencia y sabiduría, sentenció: -¿Por qué le llamas desgracia? ¡Veamos lo que trae el tiempo!
El muchacho no se convencía de la filosofía del padre, sino que gimoteaba en su cama.
Pocos días después pasaron por la aldea los enviados del rey, buscando jóvenes para llevárselos a la guerra. Vinieron a la casa del anciano, pero como vieron al joven con su pierna entablillada, lo dejaron y siguieron de largo. El joven comprendió entonces que nunca hay que dar ni la desgracia ni la fortuna como absolutas, sino que siempre hay que darle tiempo al tiempo, para ver si algo es malo o bueno.
Lo mejor es esperar, pero sobre todo confiar en DIOS, porque todo sucede con un propósito positivo para nuestras vidas de acuerdo a su plan infinito….. Gloria a Dios
Gracias por recordarnos a cada momento estas cosas que muchas veces por los afanes de la vida se nos olvidan. Muy importante la lección de esta historia. Sigamos orando para que esto se de verdaderamente en nuestras vidas y podamos ser testimonio de ello. Bendiciones a todos.
Es una reflexion muy bonita que nos deja una gran enseñanza, aplicable a cada area de nuestra vida, considero que si pensaramos de esa manera confiando y esperando en Dios creo que no existirian las malas decisiones y los arrebatos. Hay que pedirle al señor la capacidad de ver las bendiciones tanto en las situaciones buenas y en las aparentemente “malas” y confiar màs en el proposito positivo que el tiene para cada uno de nosotros.
Es un placer para nosotros los cátolicos aprender mucho acerca de como guiarnos nosotros mismos en nuestra vida teniendo reflexiones como está nos hace preguntarnos muchas cosas y llegamos a la conclusión que solo tenemos q darle tiempo al tiempo y confiar en lo que Dios tiene para nosotros, no apresurarnos a tomar decisiones por el pasado i para el pasado tenemos q vivir nuestro presente dedikado al señor todo poderoso Bendiciones para todos
Gracias Padre Martin!!!! Dios, atraves de usted, siempre nos envia palabras de aliento y de sabiduria…Dios lo bendiga…!!!!!
Gracias por compartir excelente historia padre, es gratificante porque nos ayuda a confiar cada día más en Dios y a concientizarnos que todo lo que nos sucede positivo o negativo es voluntad de nuestro padre, y que así como nosotros los padres de familia no queremos cosas malas para nuestros hijos, así él nos habla de diferentes formas, pero nosotros nos empesinamos por desviarnos del plan que Dios tiene para cada uno y ahí es cuando nos suceden cosas negativas.- Pero él no nos abandona a pesar de la desobediencia y nos ayuda a salir adelante, nos ayuda con las ccrgas, solamente en su corazón puede existir tanta bondad.-
Gracias querido pastor, le respeto mucho.
muy buena historia para reflexionar padre, cuesta aprender eso y mas porque como lo dice Aìda tratamos de hacer nuestras vidas sin darle la oportunidad a DIOS de que El este en nuestra vida, no niego que yo sea uno de ello aunque DIOS ya me esta diciendo mi equivocacion pido que si es posible ore por mi para que me de fuerza y entienda de una sola vez y no equivocarme otra vez de esa forma
ES una flexion muy bonita QUE NOS AYUDA… GRACIAS.