No solo de pan vive el hombre

Después del Bautismo, Jesússe pone en oración. Se abrió el cielo y bajo El Espíritu Santo, en forma corporal de paloma y vino una voz del cielo: “TU ERES MI HIJO, YO TE HE ENGENDRADO”.

Jesús, lleno del Espíritu Santo es conducido por el mismo Espíritu. Es tentado por el demonio. El Señor no había comido nada durante cuarenta días. Pero estaba lleno del Espíritu, el demonio lo sabía y esperó que sintiera hambre. Como todo ser humano. Entonces el diablo le dice: “Si eres el Hijo de Dios, dile a esta piedra que se convierta en pan”. Es impresionante que Jesús, no le dá gusto demostrándole. Que es él, EL Hijo de Dios, ya que el demonio tenía duda si era el Enviado, o no. Jesús, no le dice: No es necesario el pan. Claro si lo es, como alimento al cuerpo. Pero es más el alimento para el alma y no puede vencer la materia al espíritu.

Luego, le presenta todos los reinos de la tierra, se los ofrece a cambio de que lo adore. ¡Si me adoras, todo será tuyo! El mundo desde el punto del demonio, nos ofrece muchas maravillas: dinero, posesiones, poder, lujos y muchas cosas que creemos que nos dan felicidad. Pero a cambio ¿De qué? De que no nos importe hacerles daño a los demás; engañar, robar, ser adultero, blasfemar y tantas cosas, que el demonio le agrada que hagamos. Que actuemos de esa manera lo estamos adorando. ¡No hermanos! Digámosle como Jesús, le dijo: ¡está escrito adorarás al Señor tú Dios y solo a Él darás culto. Después lo llevó a Jerusalén, lo puso en la parte más alta del templo y le dijo: “Si eres el Hijo de Dios, arrójate desde aquí. Porque está escrito: Los ángeles del Señor tienen órdenes de cuidarte y de sostenerte en sus manos, para que tus pies no tropiecen con las piedras”. Jesús responde: También está escrito, ¡No tentarás al Señor tu Dios!
A nosotros, también el diablo nos persigue por medio de otras personas. Que no nos quieren ver bien, sienten envidia. Porque nos ven, luchando en el camino de Dios. Nos hablan con sarcasmo y dicen: este si ya es un santo. Como solo anda en las cosas de Dios y puede hacer muchas cosas, porque no le oras a Dios para que yo me saque la lotería. O también dicen: Tú puedes meterte en lugares peligrosos. Que no te pasa nada malo; como siempre le pides a Dios que te cuide. No hagamos caso de esas cosas, pues es el mismo demonio, que anima a esa gente probarnos.

Sigamos unidos a Cristo invocando al Espíritu Santo, que nos proteja siempre. Amen.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *