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La banda de El Salvador – El Desfile de las Rosas – Pasadena

Originalmente aparecio en el periodico La Opinion de Estados Unidos

January 09 2013, 9:01 PM

La banda de El Salvador

Por: Randy Jurado Ertll

Los jóvenes venir y volver en autobús por la falta de apoyo a su participación en el desfile

Comunidades

El 1ro. de enero de 2013 es un día que todos los latinos recordarán con orgullo gracias a que una banda de El Salvador participó en el Desfile del Torneo de las Rosas de Pasadena. Realmente fue una celebración de diferentes culturas.

Los estudiantes salvadoreños viajaron una gran distancia para ser parte de esta histórica tradición. El Desfile de las Rosas de Pasadena se está transformando en un evento con mayor diversidad étnica y Pasadena refleja la riqueza cultural que hay en Estados Unidos.

Muchas de las carrozas se centraron en la diversidad cultural. Fue un día de «unidad» a través de la promoción de la tolerancia y la paz entre nuestras culturas.

Desafortunadamente, aunque se recaudaron muchos fondos, nunca se compraron los boletos de avión para los estudiantes y los integrantes de la banda.

Para poder llegar al Desfile de las Rosas de Pasadena a tiempo, los jóvenes de la banda salvadoreña otra vez tomaron la valiente decisión de viajar en autobuses, cargando sus instrumentos musicales, a través de Guatemala y México.

No se rindieron ante la adversidad por su compromiso y entusiasmo de llegar a Pasadena, California —a Estados Unidos– el país que Hollywood ha creado como un paraíso.

Es una lástima que las organizaciones comunitarias, el gobierno de El Salvador y las aerolíneas internacionales (especialmente TACA) no fueran capaces de llegar a un acuerdo para ofrecer boletos de avión a estos audaces miembros de las bandas. Para rematar, los estudiantes regresaron en buses a El Salvador. Sabemos que no es seguro pasar por tierra en México o Guatemala, por la tremenda violencia que existe allí.

Algunas organizaciones comunitarias, empresas y funcionarios electos ofrecieron ayuda cuando se supo que los organizadores de la banda necesitaban más fondos que los que habían logrado reunir. Hay indicaciones que se recaudaron más de 100,000 dólares. La Asamblea legislativa de El Salvador supuestamente donó 20,000 dólares.

Debemos darle mucho crédito a Reyna Díaz, quien es integrante de la mesa educativa de Duarte, ciudad ubicada en el Valle de San Gabriel. Ella ayudó para que los estudiantes pudieran practicar y comer en la escuela secundaria Duarte. También hubieron muchísimas otras personas que ayudaron y merecen que se les dé las gracias.

También hubo medios de comunicación que colaboraron en las actividades de recaudación y para ellos van nuestras felicitaciones por su conciencia cívica y humana. Pero debemos pedir cuentas en como se han utilizado los fondos que se recaudaron y debemos saber quien ha recaudado esos fondos.

Nuestros verdaderos héroes fueron los jóvenes estudiantes de la banda salvadoreña que mantuvieron su entusiasmo y demostraron que serían capaces de superar cualquier obstáculo que se interpusiera en su camino. Tuvieron valor, tenacidad, perseverancia y fuerza.

Estos jóvenes estudiantes salvadoreños establecieron un ejemplo a seguir por las organizaciones comunitarias y otros líderes latinos. Ellos vinieron con sacrificio y no por intereses económicos.

Fue emocionante y nos llenó de orgullo ver a nuestros valientes estudiantes desfilar y tocar sus instrumentos musicales en Orange Grove Blvd. y Colorado Blvd. Miles de integrantes de la comunidad fueron a verlos.

Tenemos que tener en mente que no sólo hay que criticar y juzgar, sino contribuir para construir una comunidad unida que se merece respeto. Por eso, habría sido admirable si se les hubiera comprado boletos de avión o si TACA hubiera donado cierto monto de boletos aéreos.

Los dueños e inversionistas de TACA se han hecho millonarios a través de la comunidad salvadoreña/centroamericana. Ellos deberían de dar el ejemplo en apoyar proyectos humanitarios.

Esperamos que el presidente salvadoreño, Mauricio Funes, y otros funcionarios del gobierno feliciten a los estudiantes de la banda cuando regresen a El Salvador. No sólo con fotos pero también con un respaldo verdadero en programas de música y que les ofrezcan empleos a estos jóvenes.

Realmente merecen ser tratados como héroes y ciudadanos de primera clase.