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19 Mar 2010 Un fútbol de tercera
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Lo primero que me decían los periodistas deportivos era que no perdiera mi tiempo, que para qué iba yo a gastarme escribiendo un reportaje sobre la Tercera División de Fútbol Profesional de El Salvador. A lo mejor se imaginaban un reportaje en el que el lado competitivo iba a ser el principal. Me encargué de explicarles que en realidad queríamos escribir sobre la sobrevivencia de un equipo pobre en la liga profesional pobre de un país pobre como El Salvador.

El CD Espíritu Santo, de la isla con el mismo nombre, en la Bahía de Jiquilisco, no es quizás el equipo más raquítico de la liga. Sin embargo, muestra en todo su esplendor los esfuerzos que un puñado de jugadores y sus familias deben hacer por tratar de cumplir con los sueños futbolísticos de los que se desviven jugando en canchas en mal estado.

El próximo domingo se publicará una extensa crónica sobre este equipo usuluteco, un equipo que está al borde del descenso y que como la mayoría de equipos de la división, se las ve a palitos para sobrevivir.

Busque en nuestra página web un entretenido videorreportaje sobre este tema.

22 Ene 2010 Impulso verde

Conocí a una familia a quien nadie le dijo cómo producir abono orgánico. Lo cierto es que ya lleva 15 años produciéndolo con los desechos que ellos mismos generan en casa. Esta familia vive en una de las tantas colonias que se desparraman a la orilla del bulevar Venezuela. Está demás decir que es una colonia rica… pero en contaminación, por la ingente cantidad de vehículos que pasa a diario por ahí. El MOP calcula que son 37,000 al día.

En la edición del 3 de enero, Jacinta Escudos escribió una columna de opinión en la que manifestaba desconocimiento acerca de las iniciativas verdes en nuestro país. Al respecto, la alcaldía tiene en marcha proyectos con escuelas, con familias y con mercados. De cumplir con al menos la mitad de lo proyectado, la comuna ya habrá realizado más que cualquier otra gestión.

Pero más que desconocimiento de las políticas de tratamiento de desechos en un país, más que esperar a que todo nos venga de arriba, la ciudadanía debiera actuar desde abajo. Desde la casa. A veces la cultura se consolida mediante la marcha. Y si cambiamos nuestros hábitos a tiempo, el futuro lo agradecerá. Otras veces es cuestión de averiguar, y en serio.

A la familia que conocí nadie le dijo cómo reciclar, cómo separar y hacer compostaje. Aprendieron mediante la marcha gracias a un innegable impulso verde que sintieron.

14 Ene 2010 Una cita con la historia

El próximo domingo saldrá publicada una entrevista de ocho páginas con el político Héctor Dada Hirezi. La preparación del cuestionario y la entrevista en sí fue una cita con la historia: pocas veces uno puede conversar sobre casi cualquier tema, casi cualquier período posterior a los años 60, hacer preguntas sobre ello y, más aun, recibir interesantes alocuciones como respuesta.

Hay que estar a la altura para entrevistar a Dada Hirezi. Intenté -intenté- ponerme a tono hablando con gente cercana a él, leyendo algunos de sus libros académicos y desempolvando algunos libros de historia salvadoreña. Pero este político de Cambio Democrático también analiza la realidad actual, con el vericueto de ARENA o el extraño caso del FMLN – Funes. Reordenamiento del centro capitalino, obras ingenieriles, religión, familia… el abanico de temas abordados es rico.

‘Uno de los momentos más desagradables que yo he vivido en la Asamblea Legislativa’, dice Dada Hirezi, fue la aprobación del tratado de libre comercio con Estados Unidos. ‘Por la poca responsabilidad de un tratado muy mal negociado, con artículos muy problemáticos de los que ya estamos comenzando a sufrir las consecuencias, y que se convierte en una ley superior a toda ley nacional. No es que yo me oponga al libre comercio. ¡Cuidado!’, dirá este demócratacristiano fundador del PDC y político de centro habituado expresesarse con todos y cada uno de los matices posibles.

No cabe duda que Dada Hirezi merece más que una entrevista de perfil como la del próximo domingo; pero hay citas con la historia que urgen y que, más que eso, resultan ineludibles.

24 Nov 2009 En la República del miedo

Escribir sobre las muertes de motoristas y cobradores del transporte público salvadoreño a manos de lo que se presume son pandilleros es un reto que por fuerza debe conducir a un reflexión de cómo se hace periodismo sobre el tema en El Salvador.

Combinar las palabras extorsión, pandillas, transporte público es ya causa de aflicciones, nervios, paranoias, miedos. Hay riesgos y muchos. Y de todos ellos el periodista debe estar consciente para no ponerse en riesgo y para no poner en riesgo a otros. En este tipo de temas, qué triste, el anonimato, las citas en lugares neutros, la promesa de que no habrá imágenes ya no sirven de nada.

‘Yo de eso no puedo hablar’, me decía un motorista que conocí hace días. ‘De cualquier otra cosa, con gusto, pero usted debe comprender, me tengo que cuidar, sino, nadie lo va a hacer’. Su voz sonaba acongojada al otro lado del auricular. Me di cuenta que la confianza que nos teníamos no llegaba a tanto como para que me contara las generalidades del mundo de las extorsiones. íƒâ€°l tenía razón; y así, como tantos otros con los que intenté hablar. El motorista lanzó una última advertencia: ‘Usted también tiene que cuidarse, el que anda en estos temas corre peligro… sino, mire lo que le pasó al compañero de ustedes, a Poveda’.

Es obvio pensar que si el busero que está siendo extorsionado no denuncia ante la Policía, ¿cómo va a sentarse frente a una grabadora y a alguien que dice ser periodista con la tranquilidad de que este no lo traicionará y que al día siguiente no va a ver su nombre publicado en miles de periódicos?

De todas maneras, logré a hablar con gente del negocio del transporte y alguna que otra autoridad de seguridad competente. Pero motoristas o cobradores ninguno. Todos tienen miedo. De lo que pude conseguir versará una crónica que saldrá publicada en la Revista Séptimo Sentido el domingo 29 de noviembre.

05 Nov 2009 Berlín visto por un salvadoreño
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Estoy preparando la crónica sobre un salvadoreño que vivía en Berlín Occidental, Alemania, para cuando ocurrió la caída del Muro, en noviembre de 1989.

La caída de la Cortina de Hierro es un pasaje tan apasionante como importantísimo en la historia mundial y, cómo no, también tuvo repercusiones serias en el ámbito político salvadoreño. ¿Cómo fue ese día? ¿Por qué cayó el muro? ¿Qué pasaba en El Salvador? De todo eso hablará el texto que saldrá a luz el 15 de noviembre.

Lo que más me llama la atención de la caída del Muro es que en realidad esa muralla cayó por el clamor popular. Cuando las noticias informaron sobre las nuevas disposiciones migratorias para pasar de un lado al otro, la gente salió por miles de miles a la calle. Los soldados que custodiaban el muro no tuvieron más remedio que ceder. Ni locos podían usar la fuerza bruta. La URSS ya estaba sumida en una crisis política y económica, ya no valía la pena mantener un muro que de todas maneras iba caer.  ¿Es la Ley de la Gravedad? Los alemanes acababan de darse cuenta de que en realidad ellos eran el pueblo, tal como era la consigna que millones gritaban en Leipzig, la ciudad al sur de Berlín que inició una serie de protestas los días previos a la caída del muro.

Y usted, ¿cómo vivió ese día? ¿Se acuerda de cómo se enteró de la noticia? ¿Cree que ese evento incidió drásticamente en El Salvador?

07 Ene 2009 La migra y yo

El domingo próximo saldrá publicada una crónica sobre la migración. Más que eso es la historia de uno de los tantos deportados que semanalmente vienen a El Salvador en un avión fletado por Estados Unidos. Hablé con él el día en el que aterrizamos -porque vine en el mismo vuelo desde Texas- y lo fui a buscar días después a su casa. No lo encontré. Me contaron que Carlos se encuentra en Jocoro, en el departamento de Morazán, pasando unos días junto a su madre. Aún no tiene trabajo y me pidió que lo ayudara en ese aspecto. En realidad no sé si haya algo que yo pueda hacer por él.

La crónica también relatará brevemente cómo es la labor de patrullaje que desarrollan diariamente los agentes de la Border Patrol de Estados Unidos. Muchos de ellos son latinos o tienen raíces latinas, y me pareció interesante preguntarles si alguna vez han experimentado algún dilema ético-cultural por la labor que ellos desempeñan.

Algo chistoso: durante el reporteo de este  tema, a mediados de diciembre, participé en algunos recorridos con la Border Patrol. Uno de ellos fue en la estación de trenes de Falfurrias, 130 kilómetros al norte de la frontera mexicana-estadounidense. Ahí serví de voluntario para que un perro patrullero me olfateara y encontrara escondido entre los vagones de un tren estacionado. Traté de esconderme lo mejor que pude, sobre un vagón de unos 15 metros de alto, a una distancia de unos 150 metros de donde el perro estaba. A los pocos segundos, Dino me halló, justo cuando comenzaba a creer que era el escondite perfecto. Aquí les dejo el link. http://www.laprensagrafica.com/departamento-15/noticias/6656.html

Lo menos bueno es que durante los recorridos, hechos por y a la medida de los intereses estadounidenses, los agentes no dejaron que entrevistáramos a ningún inmigrante. Eso sin duda habría puesto el elemento drama, tran presente en esta temática de la migración.

También les adjunto los links de las notas que envié para La Prensa Gráfica durante mi estadía allá.

Inmigración ilegal baja un 13% http://www.laprensagrafica.com/departamento-15/noticias/6657.html

Bajan las muertes en la frontera de México y Estados Unidos http://www.laprensagrafica.com/departamento-15/noticias/6754.html

EUA: pandilleros trasiegan armas en frontera http://216.75.53.124/index.php/departamento-15/noticias/7296.html

03 Dic 2008 ‘Quiero que publiquen mi historia’
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Por más que lo busqué no lo encontré. Era el papel en el que hace unas semanas anoté la historia que me contó un hombre que habló por teléfono a la redacción. ‘Quiero que publiquen mi historia’, dijo. Y esto es lo que me relató. Su relato no se publicará en papel, pero tal vez sí en el blog. ¿Por qué? Para compartir con ustedes algunas de las historias que llegan acá.

***

Sucedió en la década de los ’80, en Guazapa, departamento de San Salvador. Recién cumplía 18 años, trabajaba en un taller mecánico, y con el poco dinero que ganaba ayudaba a sostener a su familia. Un día despertó, se miró en el espejo y como si se tratara del personaje kafkiano en ‘Metamorfosis’, ya no se reconoció a sí mismo, sino que a un peludo y horrible simio. El susto fue inmenso. El joven, bauticémoslo como K, imploró a Dios para que le brindara alguna explicación del fenómeno que lo había convertido en uno de sus ancestros. El simio en el espejo le habló:

í¢â‚¬â€Este es un castigo de Dios.

í¢â‚¬â€¿Por qué?

í¢â‚¬â€Porque mucho semen derramás.

K se masturbaba hasta ocho veces al día. ‘Y ese fue el castigo con el que Dios me castigó porque es vida lo que uno bota’. Imploró piedad al Cielo para devolverlo a su estado natural pero K no recibió respuesta. Los únicos que podían ver su semblante de primate eran los perros, los bebés y niños. El resto lo veía como ese muchacho trabajador del taller. Otro día, mientras dormía, una luz inundó su habitación. K creyó que era humano de nuevo. Se miró en el espejo pero lo que vio fue una sucesión de figuras: dragones, caballos, reptiles… K solo escuchaba una voz que le insistía en arrepentirse de sus pecados, y él, a pies juntillas, respondía que más arrepentido no podía estar. Pero la sinceridad de K no bastó. Y así, cada día, K pasó convirtiéndose en un ser distinto cada vez, visible únicamente a los canes y a los recién nacidos… hasta que un día lleno de lágrimas, cinco años después, la transformación llegó.

***

Cuando el señor K llamó a esta redacción, anoté sus datos en un papel y al colgar me apresuré a anotar los detalles.

Si hay algo que reconocerle al señor K es que su historia es buena materia prima porque, como dice el argentino Martín Martín Caparrós, la crónica relata lo que le sucede al ciudadano de a pie para mostrárselo a sus similares. Y de eso se diferencia de la nota informativa que a diario informa de lo que le sucede a un pequeño grupo de personas. La crónica es más inclusiva, intenta mostrar la vida de todos, de cualquiera, dice Caparrós.

Pero la de K es una historia inverosímil. Amable, le pregunté si podía probar lo que contaba, dijo que no, pero se defendió diciendo que estaba dispuesto a dar más detalles si lo visitábamos en su casa. ‘Quiero que publique mi historia’, replicó una vez más. Yo le mentí. Me despedí diciéndole que quizá le llamaríamos.

Me gustaría pensar que el intento de K de figurar en la revista fue más bien un intento por demostrarle al mundo que no solo con la violencia, la tragedia o el drama el ciudadano común, de a pie, -como K- puede lograrse un espacio o una simple mención en la información que transmiten los medios de comunicación. Pero claro, una cosa es llegar a comprobar una historia fantástica y otra es querer sorprender a los comunicadores. Y, al menos esta vez, el intento de soprender al periodista fue evidente… Quién sabe cuántas veces mi credulidad ha sido presa de otras historias -políticas, económicas o judiciales- igual de fantásticas. Espero que no tantas.

29 Nov 2008 La política y el polvo

El polvo es sucio; la política, a veces, también. Este es un adelanto del reportaje ‘Promesas a cambio de votos’ del domingo 30 de noviembre.

Soyapango, por su nombre, sugiere mucho para una campaña electoral. í¢â‚¬Å“Tierra de las banderas de palmaí¢â‚¬Â, significa en náhuat. En este tiempo í¢â‚¬â€œaún tibio- de rivalidades y fervores políticos, recorrer las calles de esta ciudad dormitorio implica vislumbrar manchas partidarias a diestra y siniestra, incluso en las marginales, y el predio frente al Hospital Lamatepec, sobre el Bulevar del Ejército, invadido hace casi un año, no es la excepción.

El 1 de diciembre de 2007, las fábricas a la altura del kilómetro 3½ de la Panamericana amanecieron con 500 familias como nuevos vecinos. En pocos días, eran 1,000. Venían sobre todo de Cuscatlán, de Cabañas y del Gran San Salvador; huían del alquiler asfixiante, del hacinamiento en las posadas, de las pandillas y de la delincuencia. Construían con bambú, madera, plásticos, clavos; inventaban calles, pasajes; bautizaban comunidades y sectores. Nacía una comunidad.

El panorama no ha cambiado desde entonces a excepción de la las champas que ahora están divididas en cuatro comunidades y ya muchas son de lámina. José Alfonso Alfaro, con sus 60 años a cuestas, ya aprendió a vivir así y aprendió que a la suerte í¢â‚¬â€œél la llama bendición- hay que apretarla cuando apenas se le vea la cola… y venga de donde venga, así sea de un partido político. Hace tres décadas ganó dinero mientras impulsaba la campaña del PCN por la alcaldía de Santa Tecla, en La Libertad. El candidato de entonces ganó pero, según recuerda Alfaro, se olvidó de quienes lo llevaron a la silla. Tuvo trabajos similares con ARENA y hace unos meses viajó a Venezuela casi a ciegas, patrocinado por el FMLN y la Operación Milagro, y regresó con una vista que aún le asusta.

í¢â‚¬â€Meterme en política ya no. Aquí lo que hay son necesidades y una fe en Dios que nos mantiene en alto. Porque la verdad, varón, es esta: los políticos solo nos usan de escalera, pero si traen ayuda, bienvenida sea. 

Alfaro levanta la vista y observa, en lo alto de las champas, las banderas azules, rojas y tricolor que han sido puestas o impuestas. Hay candidatos que admiten haberse acercado pero en son de í¢â‚¬Å“humanismoí¢â‚¬Â, nada que ver í¢â‚¬â€œdicen- con las elecciones.

***

La noche de jueves 27, con el tema ya cerrado, asistí, encubierto, a una reunión entre los usurpadores del predio con uno de los candidatos a quienes le reclamaron la poca claridad de las promesas hechas. El candidato, que ha ofrecido un terreno alternativo, insistió en que todo es verdad. Pero el viernes por la mañana, cuando regresé al predio, mis conocidos seguían tensos. Todavía tienen dudas de que, en efecto, el candidato vaya a cumplir y anteponiéndose a eso, ya se preparan para el peor escenario: el del desalojo. ‘De aquí nadie nos mueve, ya me desalojaron una vez, en 1991, pero ahora no tengo miedo. Nos tienen que cumplir o vamos a tomar otras medidas’, dijo una de las líderes de la comunidad.’

Espero sus comentarios, en especial, el de Manuel Molina, quien amablemente nos hizo saber vía correo electrónico, entre otros asuntos, su interés en esta publicación.