“EL SEÑOR CONOCE NUESTRO PENSAMIENTO”

Jesús viene haciendo milagros expulsando demonios. Toda la gente estaba asombrada por las obras que realizaba, son muchedumbre que lo seguían pidiéndole que cure sus enfermedades; y de todos sus males. Pero hay otros que no. Los maestros de la ley dicen: Por Belcebú, Príncipe, de los demonios, expulsa a los demonios. Belcebú, nombre de un antiguo ídolo, era uno de los términos usados para designar al demonio.
Los judíos, del tiempo de Jesús eran obsesionados por la creencia de los demonios; los veían por todas partes y muchas veces consideraban las enfermedades como posesiones diabólicas; pero a Jesús no le interesaba lo que era posesión o una enfermedad; porque en realidad el demonio esta atrás de toda miseria humana, el demonio aprovecha los momentos de debilidad, de desesperación, se alegra cuando nos ve sufrir, porque son oportunidades para meterse en nuestra vida, para hacernos caer en su trampa. Por eso, cuando nos sentimos débiles, desesperados, es cuando más tenemos que orar, pidiéndole a nuestro Señor Jesucristo; que no nos deje solos, para que podamos vencer al enemigo.
Si la gente hablaba mal de Jesús, con cuánta mayor razón no lo harán de nosotros. Por eso no nos extrañemos que cuando ayudemos a alguien a salir de una situación difícil o de un problema, orándole al Señor, para que lo sane de su enfermedad, o lo saque del mal camino de perdición que ha tomado nos critiquen y digan: Y ese ¿qué se cree? ¿Qué tendrá algún don o hará alguna brujería? Lo que debemos hacer por estas personas es orar también por ellos.
Que la gracia de nuestro Señor Jesús esté siempre con nosotros y que en compañía de nuestra Madre la Virgen María sigamos en el camino del bien, amén.

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